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Feliz Año al bravo pueblo de Venezuela
Subestimaron a un presidente y a una dirección política que supieron revertir la situación, no solamente por los continuos y graves errores cometidos por sus adversarios, sino también porque con humildad y entrega se replegaron hacia las catacumbas del pueblo .
José Gregorio Rodríguez Jotaerre577@gmail.com

31 Dic, 2020 | Después de 5 años, por fin llega a su final el lustro perdido del Poder Legislativo venezolano 2.016-2.021. Ninguna mente sensata, medianamente formada, políticamente pensante, logra dar con una explicación suficientemente satisfactoria para explicar semejante desastre.

¿Cómo hizo esta gente para desaprovechar una de las oportunidades, cuidado sino la única, que se le presentó a comunidad política alguna en el planeta, para materializar la conquista del poder político total?

El 6 de diciembre del año 2015, la coalición suprapartidista opositora venezolana denominada, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se alzó con la victoria en las elecciones parlamentarias y a partir de ese momento comenzó el largo y tortuoso camino de desaciertos que condujo al antichavismo vernáculo a su peor situación política de los últimos 20 años.

Inmediatamente después del triunfo electoral, comenzó la “matazón” por los carguitos de la burocracia parlamentaria, el autodenominado Grupo de los 4, G-4, acordaron rotarse en la presidencia de la AN de acuerdo con el número de diputados obtenidos, de mayor a menor, a saber: PJ, AD, UNT y VP.

Se fueron de vacaciones a celebrar la victoria. La mayoría viajó a Europa, los EEUU y Colombia. Volvieron los primeros días de enero para preparar la instalación del 5 de enero del 2016 y repartirse las posiciones burocráticas.

Allí comenzaron los problemas, AD y VP se aliaron, desconocieron el acuerdo original en lo que a la presidencia de la AN respecta, convocaron una encerrona, y con los votos de AD, VP y las “minorías”; Vente Venezuela, Causa R, y algunos partidos regionales, acordaron que el diputado de AD, Henry Ramos Allup, fuera el presidente de la AN para el período 2016-2017.

Así comenzó el peor quinquenio parlamentario que recuerde Venezuela desde el año 1.958. Henry Ramos fue presidente, proclamando que Nicolás Maduro dejaría la presidencia de la república en no más de seis meses, lo sucedió en el cargo el diputado Julio Borges (PJ), para el período 2017-2018, luego tomó el testigo Omar Barboza (UNT), para el ejercicio parlamentario 2018-2019, le correspondió el turno al diputado Juan Guaidó, para el lapso 2019-2020 y allí para mal, para muy mal, la oposición aceleró el paso hacia el abismo político y el diputado de La Guaira se autoproclamó el 23 de enero de ese mismo año, como “presidente interino” de la “nada”, y al año siguiente, el 5 de enero del 2020, se negó a reconocer que había quedado en minoría en la oposición venezolana y que el diputado del Yaracuy, Luis Parra, había ganado la presidencia de la Asamblea Nacional.

Cinco años perdidos, en los que no se produjo ninguna ley, dedicados principalmente a promover el más feroz y criminal bloqueo económico, comercial, político y diplomático, que la historia de la humanidad recuerde, insólitamente auspiciado por venezolanos de nacimiento, más no de sangre y convicción.

En sesenta meses lo intentaron todo: Promovieron la renuncia de Nicolás Maduro, declararon que no era venezolano por nacimiento, propusieron una enmienda de la Carta Magna para reducir la duración del gobierno de seis a cuatro años, amagaron con la activación de un proceso constituyente y no pudieron concretar un referendo revocatorio presidencial.

En el camino, la violencia, junto con el apoyo incondicional de la administración del presidente saliente de los EEUU, Donald Trump y los principales aliados del mismo en el continente americano, fueron los principales compañeros de ruta de la gestión parlamentaria que llega a su fin el próximo 4 de enero 2021.

Un intento de magnicidio, un conato de golpe de estado sin FANB y sin pueblo, una invasión por la costa venezolana de un grupo de mercenarios, acompañados de una política dirigida al sufrimiento extremo del pueblo, principal víctima del desquiciamiento opositor venezolano, adornaron la gestión política de un sector que se atrincheró en el parlamento y lo convirtió en el principal escenario para la promoción de la violencia callejera, el estallido social y un pronunciamiento militar.

Subestimaron a un presidente y a una dirección política que supieron revertir la situación, no solamente por los continuos y graves errores cometidos por sus adversarios, sino también porque con humildad y entrega se replegaron hacia las catacumbas del pueblo y con muchos más aciertos que errores supieron revertir la situación adversa y en 5 años, lograron recuperar de la mano del pueblo, la Asamblea Nacional.

Difícil recuento para tan corto espacio, pero no podíamos dejar de hacerlo para despedir el viejo año y recibir el 2.021, deseándole lo mejor del mundo al principal protagonista de esta historia.

¡FELIZ AÑO AL BRAVO PUEBLO DE VENEZUELA!




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