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28 de marzo de 2024





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Unidad para el cambio
Estamos a la puerta de nuevos hechos como la “recuperación” de la Asamblea Nacional por parte del oficialismo que no pasará de ser un show propagandística más para regodearse y aplaudirse entre ellos mismos.
LUIS LONGART GUERRA

4 Ene, 2021 | Los venezolanos necesitamos un cambio político. Esa es una verdad incuestionable. Todos los sondeos de opinión dan a conocer esa voluntad irrefutable que emana de nuestra gente.
¿Y siendo ello cierto, entonces por qué no se ha producido ese anhelo nacional?
La respuesta a dicha interrogante, puede tener diferentes versiones tejidas de acuerdo con la interpretación que tenga cada quien del asunto planteado.
En ese contexto, me atrevo a señalar que para resolver nuestra situación actual hay que examinar el carácter del régimen que detenta el poder. Estamos en presencia de un sector antidemocrático, profundamente populista, alimentado por el caudillismo, el saqueo y la corrupción, que mantiene estrechos lazos con factores internacionales que pretende imponer en América Latina un modelo político y económico disfrazado de antiimperialista, interesado en alianzas con gobiernos que no respetan la democracia ni los derechos humanos como China, Rusia, Irán, Turquía y Cuba.
Ellos dicen que llegaron para quedarse y realizan todo tipo de triquiñuelas para mantener el poder, pisoteando la Constitución y las leyes, asumiendo poderes públicos ilegítimos sostenidos sólo por el uso de la fuerza represiva, el fusil y la bayoneta ante un pueblo desarmado y empobrecido por sus pésimas gestiones. Los últimos “procesos electorales” han sido farsas producidas para satisfacer los caprichos continuistas de la camarilla gobernante. El secuestro de las tarjetas de los partidos democráticos y la imposición de directivas fantasmas por el “Tribunal Supremo de Justicia” así lo certifican de manera inequívoca. Una verdadera vergüenza.
Un segundo aspecto es su política frente a quienes aspiramos y luchamos por el cambio político. El régimen ha sabido, hasta el momento, surfear los embates de la crisis, afinando estrategias para dividir a los sectores opositores. Hasta hoy, el régimen ha venido jugando a una falsa política de diálogo para ganar tiempo, mientras que, por otra parte, propina golpes represivos al detener selectivamente, hostigar, perseguir y forzar al exilio a dirigentes claves para amedrentar a la oposición. Una típica copia de la actuación del régimen cubano ante la disidencia frente a esa dictadura. Otro de los aspectos que maneja el régimen es el tema de la sanciones. Ellos no son responsables de la crisis, estamos así por las sanciones de los Estados Unidos y la Unión Europea. La búsqueda del enemigo externo para justificar este desastre.
Teniendo como ciertos los comentarios anteriores debemos examinar que hemos hecho los sectores de oposición por lograr el cambio político. En tal sentido, hay que señalar que hemos tenido aciertos y errores, triunfos y reveses. Hoy, la figura de Juan Guaidó sigue apareciendo como el hombre de mayor credibilidad en la oposición. Este joven ha asumido con valentía y gallardía el delicado y honroso papel de capitanear un movimiento de cambio que no ha producido los resultados esperados. Esa es la verdad. Pero, sería mezquino e innoble negar su valioso protagonismo al frente de esta dura y desigual batalla donde ha contado, hasta ahora, con el apoyo irrestricto del mundo democrático internacional. Dejar solo a Guaidó en este momento no le haría ningún beneficio a las fuerzas del cambio, al contrario, las debilita aún más.
Es hora de repensar y rediseñar estrategias. La Unidad de todos los sectores políticos y sociales que buscamos la recuperación de la democracia es la clave. Unidad de acción y propósitos, sin agendas particulares ni grupales. Sólo con la Unidad real alcanzaremos el objetivo.
Estamos a la puerta de nuevos hechos como la “recuperación” de la Asamblea Nacional por parte del oficialismo que no pasará de ser un show propagandística más para regodearse y aplaudirse entre ellos mismos. Un nuevo ejercicio de vedetismo político.
Lo responsable, útil, conveniente y patriótico es luchar por el cambio político cada quien desde su trinchera, su casa, sus amigos, su barrio o urbanización, pueblo, ciudad o caserío, porque hay que salir de esto, las peores administraciones de toda nuestra historia republicana.
Un minuto por la Transparencia: “La honestidad es la mejor política”. Benjamín Franklin.




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