4 Feb, 2021 |Desde el momento de la instalación de la Comisión de Diálogo, Reconciliación y Paz de la Asamblea Nacional (AN), que dirige el también presidente del parlamento nacional, Jorge Rodríguez, con frecuencia inusitada nos proporciona buenas noticias.

Era de esperarse, Venezuela estaba urgida de un esfuerzo que involucrara a todos los poderes públicos para ofrecer mayor respaldo institucional a los acuerdos que los sectores sociales convinieran en cualquier instancia de diálogo que se dispusiera para la concertación.

Hasta ahora no había sido posible. Una rueda de la carreta estaba “desalineada” y curiosamente siempre agarraba el rumbo hacia su diestra. La Asamblea Nacional que cesó sus funciones el pasado 4 de enero, no comprendió nunca cual era el papel de ese importante espacio para el debate y la confrontación, pero también para el diálogo, la comunicación y los acuerdos, siempre en beneficio de los ciudadanos.

Numerosos fueron los llamados al diálogo, especialmente los formulados por el presidente Nicolás Maduro, pero casi todos fueron boicoteados desde el campo de la oposición sediciosa, agrupada en el ya no tan famoso, ni tan G4.

Sin embargo estimo justo y necesario el reconocimiento a la Mesa de Diálogo, que se instaló el 19 de septiembre del 2019, gracias a la cual transitamos en paz, el camino que nos condujo a la elección de esta nueva Asamblea Nacional instalada el pasado 5 de enero.

Algunos de los actores “principalísimos” del éxito de ese esfuerzo no resultaron electos a la AN y por cierto ninguno ha salido a “cantar” que la elección fue fraudulenta ni mucho menos.

Tan sólo el MAS, que reclama y hasta un recurso intentó ante el TSJ, que se perfeccione el sistema de representación proporcional de las minorías. De allí no han pasado. Del ejercicio soberano del “derecho al pataleo”.

Debo subrayar, me pareció ejemplar la postura del presidente fundador de la agrupación política Soluciones, Claudio Fermín, quien reconoció con humildad que los resultados no le fueron favorables en esta oportunidad y ratificó su participación en las elecciones de gobernadores y alcaldes que se asoman en él panorama.

Ahora bien, la Comisión de Diálogo, Reconciliación y Paz de la nueva AN, que se instaló el pasado 14 de enero, avanza a un ritmo vertiginoso que nos hace optimistas frente al desafío del reencuentro para la recuperación económica, política y afectiva de nuestro país.

En menos de tres semanas de actuación ya se han reunido con los empresarios, las autoridades universitarias, las iglesias evangélicas, con los directivos de las Casas de Bolsa de Venezuela, entre otros sectores de la vida nacional, y este fin de semana sus integrantes deben comenzar el despliegue por la geografía nacional para “regionalizar” el diálogo.

También han tenido tiempo para entrarle al tema de la conformación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), y han anunciado que en los próximos días la AN instalará el Comité de Postulaciones, y comenzará el proceso de presentación de candidatos a rectores principales y suplentes del Poder Electoral. Algunos señalan que entre finales de abril y los primeros días de mayo tendremos un nuevo CNE.

Además esta semana, se reunieron con la Relatora de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como parte del esfuerzo para lograr que Venezuela pueda reinsertarse, sin restricciones, en el escenario internacional. El bloqueo ha funcionado también el ámbito diplomático.

Hasta una cuenta de correo electrónico fue creada para que los ciudadanos envíen sus propuestas a la comisión de diálogo, reconciliación y paz: dialogopazyreconciliacion@an.gob.ve

Mientras esto ocurre, el mundo comienza a percibir la “verdad verdadera” de la situación venezolana y cada día son más los países que, en contravía de la “realidad virtual” que les fuera impuesta desde los EEUU y la mediática internacional, reconocen a Nicolás Maduro como el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela.

Definitivamente, el diálogo avanza ¡A PASO DE VENCEDORES!