25 Mar, 2021 | Estamos atravesando una crisis sumamente grave, a causa de la nueva cepa del covid-19,que nos ha llevado al inicio de la pandemia, pero ahora con mayor fuerza; cuando pensábamos que la cosa estaba pasando, producto de la aplicación de los distintos tipos de vacuna que ya se están suministrando, incluso en nuestro país.

Dicha situación ha provocado que la mayoría de los gobiernos del mundo retomen los mecanismos drásticos de bioseguridad; en el caso de Venezuela, el Presidente Maduro decretó dos semanas radicales consecutivas, incluida la semana santa; situación de la que estamos conscientes de su necesidad, por el alto nivel de peligrosidad de la cepa llegada a nuestro país desde Brasil.

Pero como de costumbre, la procesión no puede ir en paz, sino que tienen que salir algunos dirigentes políticos o sindicales a manipular las informaciones para crear malestar y zozobra.

En Nueva Esparta está rodando un audio del presidente de un sindicato de transporte, donde informa: “Estimados directivos, presidentes de organizaciones de transporte público urbano, suburbano, cinco puestos; deben girar instrucciones a sus correspondientes fiscales, que a partir de este momento, queda terminantemente prohibido el abordaje en nuestras unidades, o el traslado en nuestras unidades, de personas de pie, personas de tercera edad, niños, niñas y damas embarazadas; terminantemente prohibido por la cuarentena radical.

Les adelanto que ya eso fue decidido el día domingo por el Presidente Nicolás Maduro, y hace escasos minutos estuvieron en el terminal las comisiones que manejan el tema de la salud y exhortando ya, a todas las organizaciones a que no se traslade nadie de pie; dos: no pueden ser trasladados las personas de la tercera edad; tres: los niños y niñas tampoco pueden ir en nuestras unidades; y cuarto: las mujeres embarazadas tampoco pueden trasladarse en nuestras unidades.

Deben de acatar todas esas personas estrictamente y de forma obligatoria, la cuarentena radical”. Eso es sumamente delicado, porque imagínense, la protesta de aquellas personas de tercera edad, que viven solas, y me reflejo allí que estoy pisando los 60; o sea ¿los viejitos tienen que movilizarse a pie para poder buscar donde adquirir sus artículos de primera necesidad, trasladarse al médico o cualquier otra diligencia urgente?.

Un llamado a nuestras autoridades para que desmientan o aclaren esta situación, que atenta contra la salud de nuestros viejitos y de los que estamos en el umbral; el caso de los niños es razonable, son sus padres, abuelos o cualquier familiar que viva con ellos que debe movilizarse.

Pareciera que aparte del caos, también están haciendo campaña política para desprestigiar a nuestro Presidente, que anda sin recursos, ubicando las vacunas para colocarla gratis a toda nuestra población, a parte de los artículos de las cestas alimentarias, y el pago de salarios de los trabajadores de la administración pública, sin estar recibiendo prácticamente nada de ingresos petroleros.

Hay que estar ojo pelao; si algún funcionario público está tratando de manipular, es al primero que hay que quitarle la cabeza, por ser parte del juego terrible contra el gobierno y nuestro pueblo.

Por otra parte, queremos hacer un llamado a nuestras autoridades en Nueva Esparta, para que revisen el cronograma de suministro de combustible, que hasta este lunes se había normalizado; pero, que en esta cuarentena radical de dos semanas, se estableció, que solo los vehículos priorizados, con su QR, podrán suministrar combustible; ningún particular podrá echar gasolina durante dos semanas consecutivas.

Es importante que se analice la posibilidad, aunque sea una vez a la semana, por número de placas, de surtir combustible a los particulares, para que puedan atender necesidades básicas como ir a comprar alimentos y cualquier emergencia que se le presente al grupo familiar.

Hay que radicalizar los controles, pero también debemos analizar las necesidades de los débiles jurídicos, que somos la mayoría, colocando las prevenciones necesarias, pero también abriendo un espacio estrictamente controlado para que las personas puedan atender sus necesidades básicas y emergencias.