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7 de septiembre de 2024





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El nuevo paradigma
La transición de una economía basada solo en el comercio o el turismo a una de tipo múltiple con la agregación de la industria y algunos servicios especializados, conforme a la Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales es, sin duda, una situación de naturaleza estructural y compleja.
Jacinto Marín

23 Ene, 2024 | La creación de las Zonas Económicas Especiales es la política de mayor trascendencia que ha tomado el gobierno venezolano en los últimos once años. Son muchas las connotaciones esenciales que le dan carácter trascendental a la creación de las zonas especiales. Por ahora adelantamos siete connotaciones y son las siguientes:
La primera consiste en su encaje en la estructura de la economía nacional marcando distancia con la tradicional visión de coyuntura .Es un nuevo paradigma, una visión más amplia y profunda de la forma tradicional que aplica el gobierno para atender los problemas económicos.
La segunda se debe a que la zonificación está soportada en una ley orgánica, cinco decretos presidenciales y un plan de desarrollo, además de los decretos que han de soportar a futuras modificaciones.
La tercera connotación está definida con la inclusión de la administración de las zonas en la estructura organizativa del gobierno central, mediante la creación de la Superintendencia Nacional y las Autoridades Únicas, con marcada dependencia y en línea directa con la presidencia y vicepresidencia de la República.
La cuarta característica viene dada con la diversidad de actividades económicas que deben ser desarrolladas de manera especial en las ZEEs, según lo estipulan las normativas.
La quinta connotación se refiere a la ubicación de las cinco zonas especiales en el eje norte-costero, en el cual se concentra el mayor desarrollo industrial del país, cuya concentración sirve de base para el encadenamiento y complementariedad de las empresas a crearse en las zonas especiales.
Una sexta connotación viene dada por el abanico de actividades económicas incluidas en la ley y los decretos, lo cual les permite a las nuevas zonas una ancha base, tanto en lo territorial como en lo sectorial.
Al conjunto de connotaciones debe agregarse una séptima –y no la última- quizás la más expresiva de todas y la de mayor aliento, cuando en las normativas se fundamenta el desarrollo de las ZEEs en los principios de: diversificar la economía, superar el rentismo petrolero, producir para exportar y sustituir las importaciones.
Esas connotaciones le dan un tratamiento estructural al proyecto. La visión capta a una situación como un todo y no como la simple suma de sus partes; es la negación de lo simple y alejada cada vez más del cortoplacismo. Lo estructural se impone sobre lo coyuntural.
En la visión estructural son muchos los factores que interactúan, creando un sistema de relaciones dinámicas y complementarias, en las cuales la probabilidad de que algo ocurra colide con la incertidumbre. La transición de una economía basada solo en el comercio o el turismo a una de tipo múltiple con la agregación de la industria y algunos servicios especializados, conforme a la Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales es, sin duda, una situación de naturaleza estructural y compleja.
Se trata, en fin, de un proceso que pretende reindustrializar al país después de la gran destrucción que ha tenido el sector.
El carácter estructural en el tratamiento de las ZEEs se evidencia en el contraste habido entre algunas medidas adoptadas en los años recientes por el gobierno venezolano y la creación de las ZEEs. Ese contraste sirve como antecedente inmediato para diferenciar los tratamientos de carácter sistémico e integral y los que a manera de parches o paños calientes ha venido aplicando el gobierno durante más de una década. La falta de eficacia de las medidas aplicadas se pone en evidencia con los siguientes casos, entre otros: 1) la inflación, 2) el suministro de gasolina, 3) el control de precios, 4) la bolsa clap, 5) los bonos, 6) los salarios, 7) la Ley Antibloqueo, 8) el control de cambio, 9) la dolarización y 10) el petro, cuya extinción fue anunciada hace unos días.
No obstante el cambio de paradigma, el conocimiento y la discusión pública del mismo deja mucho que desear. No hay evidencia de haberse realizado las consultas pertinentes con las organizaciones y expertos; los representantes de los inversionistas han sido subestimados y el gobierno juega al rol de pitcher, cuarto bate y novio de la madrina. A comienzo del juego, los inversionistas ponen los reales y el gobierno impone las condiciones.
Pero la falta de consulta no inhabilita a los dirigentes comunitarios para la apertura de canales de comunicación y expresar sus ideas respecto al tema. Dada la alta significación que tiene las ZEEs para el futuro de la economía nacional, las organizaciones de la sociedad civil deben asumir una mayor participación en esta etapa inicial de las definiciones fundacionales de la zonificación económica. Es hora para que los partidos políticos, los sindicatos, los gremios profesionales y empresariales y los dirigentes comunitarios expresen sus aportes a objeto de darle mayor apoyo social al proyecto, para lo cual es indispensable el conocimiento amplio y coherente sobre el tema.
El motor industrial está prendido; ahora veremos cuando arranque.
23 de enero de 2024




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