20 Jul, 2024 | Desde el propio 22 de octubre 2023, cuando María Corina Machado, se impuso con el 92 % de los votos contados por Súmate, organización de la “sociedad civil” que fundó en 2002 para patrocinar el referendo revocatorio contra el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, el sector de la oposición agrupado en la alianza denominada Plataforma Unitaria (PU), ha introducido paulatinamente el “coco” del fraude en su narrativa política.
Bien sea para asociarlo con el impedimento legal para que la ganadora de las primarias de ese sector materializara su aspiración presidencial, bien sea para negar cualquier posibilidad de que el candidato por ella respaldado pierda la contienda electoral.
En la medida que se acerca el 28 de julio, día pautado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para la realización de las elecciones presidenciales, se multiplican las voces que denuncian un fraude electoral por anticipado.
Es de tal magnitud la operación en marcha que, hasta una resolución bicameral del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, a finales del mes de junio pasado, se produjo por iniciativa de los senadores del Partido Republicano de los EEUU, Lindsey Graham y Marco Rubio, junto con los representantes también republicanos; Carlos Giménez, María Salazar y el Demócrata, Jared Moskowitz, condenando por anticipado al “régimen ilegítimo” de Nicolás Maduro, por “presunción” de fraude electoral.
Resolución que “alienta a la Administración del presidente Joe Biden, a condenar los resultados de las elecciones venezolanas del 28 de julio de 2024, y a imponer posteriormente sanciones adicionales a Maduro y a los coconspiradores de su régimen ilegítimo para garantizar que no puedan beneficiarse de sus actividades ilegales y corruptas”.
La actuación de la comunidad internacional en este caso, como algunos otros que señalamos a continuación, ha sido promovida por el intenso lobby realizado por los principales protagonistas de la violencia callejera registrada en nuestro país especialmente durante los años 2014 y 2017, popularmente conocida como “guarimbas”.
Casualmente son los mismos que trabajaron arduamente por conseguir la “mayor suma de sanciones posibles” para que el sufrimiento del pueblo venezolano por el impacto de las casi mil medidas coercitivas unilaterales, económicas, financieras y especialmente petroleras, les facilitara el trabajo de provocar una “explosión social” para justificar cualquier intervención internacional y acceder al poder.
Son los principales “beneficiarios” del mal llamado “gobierno interino” del ex presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó.
Esa ha sido la actuación de Leopoldo López, Julio Borges, Juan Guaidó, Carlos Vecchio y David Smolansky, entre otros, quienes disfrutan del “exilio dorado”, gracias a los fondos dispuestos por el gobierno de los EEUU, provenientes de los recursos del estado venezolano colocados en la banca estadounidense.
Fondos proporcionados por la mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional de 2015, todavía reconocida por el gobierno de USA, quienes se “pavonean” en nuestro país ostentado “la dolce vita” de la que disfrutan por sus elevados salarios en dólares.
Ahora se la pasan, junto con la máxima líder de la PU, pidiendo pronunciamientos de la comunidad internacional, alertando sobre una supuesta “voluntad de fraude electoral” de los partidarios de gobierno nacional.
Como siempre, se pronuncia el grupo de ex mandatarios que forman la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), destacando, el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar y los ex mandatarios de Colombia; Andrés Pastrana, Iván Duque y Álvaro Uribe, quienes en reiteradas oportunidades han declarado denunciando la posibilidad de un fraude electoral en las presidenciales venezolanas.
En esta ocasión hasta el periodista Andrés Oppenheimer, escribió en el Miami Herald el pasado 4 de julio, un artículo de opinión titulado “El catálogo de trampas electorales de Maduro”, donde afirma que el presidente venezolano, “que según Estados Unidos y más de 50 democracias ya se reeligió fraudulentamente en 2018, está aplicando viejas y nuevas triquiñuelas para reelegirse para un tercer mandato consecutivo”.
Luego señala hasta “nueve trampas” de Maduro para mantenerse en el poder, cada una más descabellada que la otra, como si los honorarios por lo escrito, se hubieran calculado de acuerdo con la cantidad de causales para “demostrar la voluntad de fraude” del jefe de estado venezolano.
Fundamenta su escrito Oppenheimer, en un estudio del sociólogo venezolano, Héctor Briceño, del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, en la cual se afirma que “en cuanto a las posibilidades de una victoria electoral de Nicolás Maduro el régimen chavista ya decidió recurrir al fraude para estos comicios (…) que la mayoría de los venezolanos enfrentará complicaciones, coerciones y obstáculos de diverso tipo a la hora de emitir su voto en los comicios del próximo 28 de julio”.
En fecha más reciente, el miércoles de esta semana, la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), integrada por Costa Rica, Panamá, Ecuador y República Dominicana, hizo un llamado para que en Venezuela se lleven a cabo elecciones presidenciales libres, transparentes y acompañadas por organismos internacionales.
"Reiteramos nuestro llamado para que el próximo 28 de julio se garanticen en Venezuela unos comicios libres, justos y transparentes con el acompañamiento de organismos internacionales reconocidos y en un clima de paz y de respeto pleno a los derechos de todos los actores políticos", señala el pronunciamiento de la ADD.
Casi todas las declaraciones, llamamientos, exhortos, dan por descontado el triunfo electoral del candidato presidencial de la Plataforma Unitaria, comprobando que responden a la versión que, de la situación política venezolana, les han informado los “lobistas” de ese sector de la oposición política venezolana.
La mayoría de los pronunciamientos vienen de instituciones y personalidades de comprobados y consuetudinarios vínculos con esa parte del oposicionismo vernáculo. Pareciera que no han aprendido nada con todo lo que ha pasado.
¿Responderán incorporándose al coro de quienes desde Venezuela canten fraude si los resultados electorales le son adversos, para nuevamente enmascarar su incompetencia política?
¿Estarán todavía en la onda de seguir agrediendo a nuestro país, promoviendo más sanciones económicas contra nuestro pueblo?
¡AMANECERÁ Y VEREMOS!