Una mata de mango le habla al mundo
Opinión

Una mata de mango le habla al mundo

Emigdio Malaver G. /emalaverg@gmail.com /@Malavermillo

11 May, 2023 | El perro Pipo corrió a lo largo y ancho del conuco. Las ráfagas del viento chocaban contra su cabeza con fuerza. Mientras que los rayos del sol eran balas que se le clavaban en el pelaje y hacía que el can, no soportara lo caliente de la temperatura. Por eso al terminar de dar la vuelta completa al sembradío, se llegó a la sombra fresca que, siempre ofrece, su amiga la mata de mango, la cual al ver al peludo, le preguntó por Juancho y el perro manifestó:

“Juancho no pudo venir hoy, pues, aparte que tenía unas diligencias que hacer, no se siente bien de salud, pues al parecer hay por ahí un virus que quiere atacarle la garganta y eso lo tiene muy incómodo, por eso hoy vine sólo y después yo le reporto, si hay novedades en el conuco, que por lo que se ve, no hay, aparte de que el viento con su fuerza está tumbando los frutos pequeños del aguacatero y eso le duele mucho a Juancho, por ser su manjar preferido”.



- ¿Pipo, qué opina tú de este mundo de humanos e inhumanos?, preguntó la mata de mango.

- Mira amiga, yo creo que, si este mundo sigue así, para mí, es mejor que se acabe, porque no se puede llamar mundo donde hay tantas injusticias, atropellos y aberraciones.

La mata de mango escuchó detenidamente al perro y luego, señaló: “Yo, Pipo, quiero hablarle al mundo para ver si se dan cuenta que se debe vivir con respeto y armonía, entre todos los seres vivos que ocupamos este planeta. No puede ser que alguien o batallones, vengan y asesinen a cantidades de niños inocentes que no tienen la culpa de nada y no entienden el por qué ellos tienen que morir, porque a alguien se le antojó que había que asesinarlos, juntos a las mujeres y ancianos para robarle sus tierras y sus recursos. Eso no tiene ni pie ni cabeza, ni perdón, eso merece la pena capital para todos aquellos degenerados que levantan un fusil, frente a la cara risueña e inocente de un infante y le descargan una ráfaga de metralla en su tierna humanidad. Esto así no se merece llamar mundo, y quien lo haga será de todo menos un ser humano pensante”.

Pipo, movió la cabeza en señal de estar de acuerdo y luego emprendió el camino de regreso a casa.

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