14 May, 2015 | Acabamos de presenciar, no sin asombro, el gran desfile militar preparado por el gobierno de Rusia para conmemorar el 70 aniversario de la victoria contra el fascismo en 1945.

Rusia le mostró los dientes a alguien, sin dudas. El sacrificio del pueblo soviético –existía la Unión Soviética- fue enorme. Más de 25 millones de personas perdieron la vida a manos del ejército comandado por el más grande de los criminales jamás conocido, Adolfo Hitler.

El asalto a Berlín fue autoría y, hay que decirlo sin ninguna mezquindad, de las fuerzas revolucionarias de la Unión Soviética que habiendo derrotado a los nazis en sus pretensiones de apoderarse de Moscú, los persiguieron a través de las estepas y del crudo invierno hasta aplastarlos en las propias narices de Hitler y plantar la bandera de la hoz y el martillo en las alturas Reichstag, sede del parlamento alemán.

Superior eran las fuerzas alemanas, tanto en número como en armamentos. Sin embargo, nada pudieron hacer ante el valor, el heroísmo y las ganas de los soviéticos por defender su patria. Las películas y las fotos tomadas en la época, dan cuenta de la determinación que ellos tenían de vencer por encima de todas las dificultades, incluyendo las maniobras de última hora del alto mando nazi de aliarse incluso con los EUA e Inglaterra con tal de detener el avance del "comunismo". La victoria soviética puso fin a la locura naci-fascista de dominar el mundo para establecer el Estado de la Raza Árida. La humanidad entera debe agradecer a la patria de Lenin.

En el desfile militar ruso, además de la disciplina muy propia de los militares al marchar, sin duda que otros mensajes se lanzaron para aquellos que se niegan a reconocer la realidad del mundo de hoy. Las asimetrías más usuales de los ejércitos son las que hacen referencia a las estrategias y tácticas bélicas; las referidas a la explotación de las debilidades del adversario y las que van dirigidas al poderío propiamente dicho de las fuerzas con que se cuente.

En esto juega un papel preponderante la capacidad que tienen los ejércitos pequeños para desplegar inventivas no convencionales que les equiparen simétricamente frente a los poderosos. Conviene pues tener presente las enseñanzas de los chinos Qiao Liang y Wang Xianghui en su libro "La guerra más allá de las reglas: evaluación de la guerra y los métodos de la guerra en la era de la globalización".

En ese libro se parte de la indiscutible superioridad militar de los EUA y se diseña una estrategia más allá de todas las fronteras y limitaciones, capaz de vencer todas las asimetrías y derrotar al imperio. Las FANB y el pueblo deben conocer este texto.