Los pescadores y vendedores que se encuentran a las afueras del mercado son víctimas constantes de la delincuencia. / Foto: GLADIFER ALBORNOZ | @gladiferalbornoz

26 Nov, 2016 | Alrededor de cien vendedores de productos del mar, se ven afectados por el auge de delincuencia que se ha manifestado durante los últimos meses en los alrededores del Mercado del Pescado de Punda.

Los propietarios de los puestos de venta de pescado y mariscos, aseguran que más que las lluvias o el alza de los precios, lo que más les ha afectado es el alto índice de inseguridad que hay en la zona.

Actualmente hay abundancia de productos como raya, el cazón y la sardina, lo que trae como consecuencia la normalización de los precios.

Un kilo de alguno de estos pescados se encuentra en el orden de los mil bolívares, haciéndolos protagonistas de las ventas diarias.

La realidad del alto costo de la vida que se vive en el estado Nueva Esparta beneficia la comercialización de estos alimentos, sobre todo de la sardina, cuyo valor varía entre los 450 o 500 bolívares por kilogramo.

Los pescadores aseguran que si no fuese por la sardina y su bajo costo, ya el pueblo se hubiese volcado a las calles. Algunos precios han subido debido a la escasa existencia de algunas especies, pero en términos generales la venta ha sido regular.

Sin embargo, los pescadores y vendedores han visto mermar la frecuencia de sus ventas debido a los robos, los cuales se han intensificado los últimos meses.

Carmelo Brito, vendedor de pescado en este centro de abastecimiento, expresó la molestia que ha ocasionado en sus colegas el hecho de que hace 15 días la gobernación retiró del lugar a la Guardia del pueblo. “Los que trabajamos en este mercado, exigimos al gobernador que nos de seguridad, así no podemos seguir trabajando”, aseveró Brito.

Otros comerciantes también condenan la desidia por parte de las autoridades con respecto al caso del mercado de Punda.

Francisco Velásquez aseguró que desde que la gobernación tomó el mercado, ellos se encuentran en total abandono. “Ante la inseguridad tenemos que defendernos nosotros mismos; no sabemos quién nos administra, no tenemos quien dé la cara por nosotros”, puntualizó Velásquez.

El vendedor comentó que la inseguridad ha afectado notablemente las actividades mercantiles y pesqueras. “En lo que va de semana se han robado varias propelas, mangueras y tanques, en altamar se llevan los botes con sus motores y a los pescadores los lanzan al agua”, aseguró.

Los comerciantes de esta entidad exigen que el Gobierno regional les garantice organización y seguridad durante la jornada laboral, sobre todo en el mes de diciembre, que, según ellos, es cuando aumentan los robos.