César Villamizar ofrece a la venta galletas polvorosas en dos presentaciones y sabores: tradicional y cacao grande y mini, además de su servicio de catering con panes para cualquier tipo de eventos. / Foto: OLYANA MARCANO-@olymarcano

2 Jul, 2019 | Un programa de televisión encendió la creatividad de César Villamizar. En la pantalla chica, una señora enseñó una receta de golfeados y como se veían apetitosos, él intentó hornear por primera vez. Fueron un éxito. Los consumidores: La familia, luego los vecinos y mientras corría el boca a boca, también crecieron los clientes que hacían cola frente a su puerta para comprar sus tan cotizados panes. Así germinaron en él las ganas de hacer de la gastronomía un negocio y nació Productos El Ilustre.

Polvorosas tradicionales, las novedosas polvorosas de cacao y su nueva línea de catering con bollería o panes y dulces tradicionales son la línea de productos que ofrece. Se encuentra disponible en toda la isla de Margarita y su constancia y entrega le han valido el reconocimiento y la fidelidad de sus clientes.

¿Qué distingue a sus productos? Una pizca de creatividad, ingenio y tratar de darle un toque distinto a los típicos panes y postres que alimentan el recetario nacional. Saben a cítricos, a cacao. A desayuno en el hogar o a fiesta familiar.

Catálogo de sabores

Hecho en Margarita-Productos El Ilustre. / Foto: OLYANA MARCANO-@olymarcano

Los golfeados le dieron paso a su preparación estrella: las polvorosas. Las sabrosas galletas, indispensables en el libro de postres venezolanos, le abrieron las puertas de bodegas y cantinas escolares. Gracias a la receta de su tía Marisol, el negocio creció un poco más.

Y con mucho ingenio, realizó contra viento y marea una formulación muy creativa: las polvorosas de cacao. “Nadie apostaba por ellas, porque no existían. Ahora es un sello de identidad de la marca y es un producto exclusivo en la isla de Margarita”. Las galletas mantienen las características organolépticas y sensoriales de las tradicionales, pero saben a cacao “el mejor del mundo, el venezolano”.

Es como si el cacao y la polvorosa se casaran y tuvieran una rica galleta: granulosa, que se deshace en el paladar, pero con el fuerte sabor de una de las semillas más apreciadas de las plantaciones venezolanas.

Y como su meta es crecer, ahora ofrece servicio de catering. Se puede escoger de su carta variedad de panes como acemitas dulces, golfeados, quesadillas, pan de queso, pan de jamón y queso, rollos de canela y las navegadas pasticas rojas zulianas, en presentaciones grandes y mini.

Está concentrado en sus dos líneas de negocio: polvorosas al mayor y catering para eventos.

Emprendimiento creativo

Ya en 2017 con la formalización de su emprendimiento, comenzó a vender en bodegones y minimarkets. Poco a poco pasó de las ventas al detal en la puerta de su casa, al mayoreo y el trabajo por encargo.

“En panadería y dulcería venezolana soy completamente autodidacta, pero tengo claro mis objetivos y me he apoyado en mi carrera”, asegura el estudiante del octavo semestre de Contaduría Pública en la Universidad de Oriente, conocimientos que le han permitido sobrevivir y crecer en un país con un escenario económico tan particular.

Las nociones en el área financiera, asegura este margariteño, siguen siendo la clave para poder subsistir como pequeña y nueva empresa. “Según lo que he aprendido en mi carrera, Venezuela mantiene la mayor tasa de inicio de emprendimientos, pero igual proporción de fracasos, porque de 10 nuevos negocios, solo 3 sobreviven los tres primeros años”.

Su pequeña empresa crece en la medida en que se prepara. Comenzó con el programa de apoyo al emprendedor de la Universidad Corporativa Sigo. “Eso marcó un cambio, luego participé en el programa de Young Entrepreneur, conocí a la Fundación Fogones y Bandera que me becó; también integré el Meet Up de emprendedores, patrocinado por la Embajada de los Estados Unidos y actualmente estoy en un diplomado de gerencia y gestión de empresas”.

Eso lo tradujo en valores para su marca: agregó los conocimientos en tecnología de los alimentos y ahora cada bolsita comercializada con sus galletas y panes, cuentan con sus tablas nutricionales, código de barra, fecha de vencimiento y todo lo que debe llevar una etiqueta según las normas Covenin. Ahora, además de los sitios gourmet, los bodegones y cadenas de supermercados también venden su mercancía.

Un mote muy familiar

El Ilustre no solo es el nombre de su negocio. Ese era el apodo o mote que la familia le daba a César, porque era el más habilidoso o recursivo de los pequeños que integraban el hogar de Sorelys Martínez y su esposo César Villamizar.

El hijo del medio de los Villamizar Martínez apenas tiene 20 años de edad, pero está decidido a tener una empresa, significando esto una unidad productiva que no requiera su presencia las 24 horas para funcionar en óptimas condiciones, por lo que ya trabaja además en su brand book, en el mercadeo directo y por redes y la gestión de operaciones, entre otros detalles.

El oriundo de La Cruz del pastel, en el municipio García, se declara fiel creyente del trabajo, porque de tener una cocina doméstica con una producción de tres bandejas de golfeados, ha pasado, sin apoyo de entidades financieras, a expandir su línea de producción con un horno, un amasador y las bandejas industriales. “Yo creo firmemente en Venezuela. No se trata del país que me tocó vivir, sino del país que me toca cambiar”.

En su página en Instagram @productoselilustre y a través de su whatsapp 584120945850.