Una lluvia de aplausos para Nella. / Foto: Mario Guillén Montero | @imathiox

7 Dic, 2019 | La presentación de Nella es la isla de Margarita empapó a los insulares de su talento. La primera margariteña en ganar un Latín Grammy maravilló a los presentes con su voz, su música y su arte.

La noche abrió con una fastuosa alfombra verde de Guuao Music por la que desfilaron personalidades de la isla de Margarita, además de sus seguidores quienes esperaban encantados el espectáculo que se celebraría en la terraza del Hotel Unik.

Poco después de las 9 de la noche inició el recital con la canción "La negra Atilia" la cual la intérprete califica como un amuleto de buena suerte, pero no había entonado dos piezas cuando un torrencial aguacero hizo correr a los presentes y a Nella.

Todos los asistentes quedaron empapados, pero jamás desistieron de presenciar el show de la margariteñísima Nella. El ínterin fue toda una expwriencia, el lobby del hotel se llenó de personas que reían y compartían mientras se trasladaba el show hasta el Gran Salón ( bajo techo y libre de lluvia).

La gente del hotel Unik, Guuao y Visión Margarita se esmeraron por recompensar a los asistentes, con atenciones como cuatro habitaciones para que las damas se arreglaran, cafecito, tequeños y unos palitos.

Nella aprovechó para firmar discos para sus fans que no perdieron la oportunidad de tener "Voy" con la rúbrica de esta guapa y talentosa cantante.

A la una de la mañana se reanudó el concierto. Nella salió sonriente y agradeció al público por el cambio de planes que ocasionó la lluvia.

"Ya no estás más a mi lado corazón" retumbó la sala y con ello los aplausos de los presentes que corearon a todo pulmón este bolero. Los temas del disco "Voy" fueron protagonistas en la velada que emocionó a algunos hasta las lágrimas.

Nella afirmó que cuando vivía en Boston tuvo un encuentro con la música de su tierra, ante esto invitó al joven guitarrista César Augusto Cedeño quien la acompañó en temas como "Tonada de Luna Llena".

Definitivamente fue una noche mágica y anacdotica, que seguramente los margariteños y Nella jamás olvidarán.