20 Feb, 2020 | Vamos, muchachos, cantemos! Cantemos fuerte!
“Al árbol debemos solícito amor / Jamás olvidemos que es obra de Dios…” Este es un instante y, es mío, de siempre… Para la paz en mis recuerdos y en mis sentidas nostalgias. Presencia de siempre estar. Manjar de música que rehabilita en ese instante. Materno, infantil y adolescente. Que anda conmigo siempre llevándome de sus manos ¡Que son infinitas! Grupo escolar “Estado Zulia” la concentración… ¡Presente, maestra, Alicia! Pueblo de La Mar, hoy, Porlamar. El viejo no este nuevo, no porque de veras, no lo es… El de Caslito Moraos, el que con sus llaves abría y nos daba el poquito de agua que el podía. El de Ramón Subero, Chabolo y Gualberto, bodegueros eternos y, de celebrar con una potoquita de ron ¡Infinitas! El de los Calderines ¡palabras mayores! El de “La Maricutana” de Julio Lunar, ya en 80 años y, aun cargando con ese histórico peso. ¡El pueblo de La Mar de Doña Alicia Caraballo! – Esta célebre mujer que nacida en Río Caribe, se convirtió en una margariteña encendida con las luces de las estrellas y vestida con los azules esplendorosos de nuestra mar; de botes y piraguas ¡De incansable amor! Llegó por aquí y enseñó quien era y aquí se quedó. Echó su baúl de ensueños musicales, lo logró, en infinita magnitud ¡murió (teóricamente) y, aquí, yace! ¡Viva, aun! En el recuerdo de su amor que nos late en los corazones de quienes tuvimos esa dicha de recibir sus sacramentos musicales, canciones y amor, multiplicativo certero amor! ¡Vainas!

-Vamos, muchachos, jóvenes, cantemos lo de “La Burriquita” que salió de Pampatar. ¡Cantemos, porque mientras más, cantemos, más jóvenes seremos!
-¿Sus restos estarán en el cementerio Nuevo o en El Piache?... ¿Por dónde andan?
-¡Quién sabe!; pero, lo que si sabemos es que Alicia Caraballo aun palpita en los corazones de todos los margariteños, que somos buenos… y, Aun!...
-Puros…!

¿Azul?