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La Flor de la Canela
A un mes de cumplirse los 4 años de constitución del tristemente célebre Grupo de Lima, esta es la situación interna de buena parte de los países que lo integran.
José Gregorio Rodríguez Jotaerre577@gmail.com

8 Jul, 2021 | El 8 de agosto del 2017 nació en la capital de Perú, el tristemente célebre Grupo de Lima, el cual originalmente estaba conformado por 12 países que firmaron la declaración inicial: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú, y luego, se incorporaron: Guyana y Santa Lucía.

A punto de cumplir 4 años de la declaración y constitución de este mecanismo de coerción inventado por los EEUU de Norteamérica para apalancar la política de intervención en los asuntos internos de Venezuela y promover el derrocamiento del presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros, veamos qué ha sucedido:

Pedro Pablo Kuczynski, Presidente de la República del Perú al momento de la fundación del Grupo de Lima, renunció a la primera magistratura de su país el 21 de marzo del 2018, por estar implicado en hechos de corrupción. Desde ese momento hasta el pasado mes de junio del 2021, casi un presidente por año ha tenido ese país, en alguno llegó a tener hasta dos jefes de estado.

En este momento evoluciona un “golpe suave” destinado a desconocer la victoria electoral presidencial del señor Pedro Castillo. Estamos seguros que si el G-Lima sirviera para algo, ya hubiera desconocido la victoria del pueblo peruano.

Luego le correspondió el turno al ex presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien el 27 de octubre del 2019, perdió las elecciones con el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, quien con Cristina Kirchner, como vicepresidenta, hoy ejerce la presidencia del gobierno de la República Argentina.

Imposible olvidar que, luego asumir la presidencia de su país, el 10 de diciembre del 2015, conjuntamente con el entonces presidente de Paraguay, Horacio Cartes, lideró una ofensiva diplomática continental para aislar a Venezuela, a la que luego del golpe de estado parlamentario en Brasil contra Dilma Rousseff, se sumó Michel Temer, para impedir que Maduro asumiera la Presidencia pro tempore de Mercosur.

Sobre Sebastián Piñera, solo vamos a señalar que se encuentra en graves problemas de gobernabilidad, luego de un estallido social que a pesar de la pandemia del Covid-19, obligó a elegir una Asamblea Constituyente en ese país, que se instaló recientemente, la cual “firmará el acta de defunción”, de carta magna elaborada en plena dictadura de Augusto Pinochet, que todavía rige los destinos de la patria de Bernardo O’Higgins.

De la Colombia del binomio Iván Duque-Álvaro Uribe, no podemos decir nada diferente a lo que expresaron los colombianos en las elecciones locales del domingo 3 de noviembre del 2019, cuyos catastróficos resultados para la élite dominante en la hermana república, asumió el entonces senador Uribe claramente: “Perdimos, reconozco la derrota con humildad”. Así habrá sido el tamaño de la "pela" recibida, que el arrogante Uribe, la reconoció inmediatamente.

De esos polvos vienen estos lodos, y desde el 28 de abril que inició el paro nacional que tiene en estado de “estremecimiento continuado” al establecimiento colombiano, el cual todavía se encuentra en pleno desarrollo, a pesar de la “veda informativa” mundial, que le aplican las grandes corporaciones mediáticas de estos tiempos.

Pero el pueblo colombiano sigue ahí, en pie de lucha, sin descanso y dispuesto a perseverar en la pelea por la conquista de un mejor país.

De los capitostes del gobierno de Honduras, se ocupó la Fiscalía de Nueva York, cuando en octubre del 2019, el investigador Jason Richman, declaró que tenía evidencias de que el entonces presidente de ese país, Juan Orlando Hernández, y su hermano, el ex diputado Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, recibieron dinero del narcotraficante Joaquín ‘Chapo’ Guzmán”.

Los Estados Unidos Mexicanos, marcaron distancia del Grupo de Lima desde que asumió la presidencia de ese país, Andrés Manuel López Obrador, el primero de diciembre del 2018, cuando el 4 de enero del 2019, se negó a firmar un documento del grupo, desconociendo la presidencia de Nicolás Maduro.

Finalmente, nos encontramos con el gobierno del “fundamentalista tropical”, Jair Bolsonaro, quien tiene mucho de qué preocuparse por los desastres ocasionados por su irresponsable comportamiento frente a la pandemia del Covid-19 y, por la “puesta en escena” del líder político y social más importante en el Brasil de los últimos tiempos, Luiz Ignacio “Lula” Da Silva, el cual de acuerdo con los últimos sondeos de opinión realizados en ese país en junio de este año, por el Instituto de Inteligencia en Investigación y Consultoría (IPEC), aventaja por 26 puntos porcentuales a Bolsonaro en intención de voto para la presidencia de Brasil. Lula, 49% y Bolsonaro, 23%.

A un mes de cumplirse los 4 años de constitución del tristemente célebre Grupo de Lima, esta es la situación interna de buena parte de los países que lo integran.

Mientras tanto en nuestro país, el presidente Nicolás Maduro, continúa “tranquilo y sin nervios” en el poder, y se prepara para las megaelecciones regionales y municipales del 21 de noviembre próximo, marcando el camino en la ruta de la reinstitucionalización política de la República Bolivariana de Venezuela.

Por nuestra parte, preferimos recordar a Lima por la amabilidad y gallardía de su gente buena y por la letra de la canción de Chabuca Granda y Oscar Avilés, La Flor de la Canela: “Déjame que te cuente limeña. Déjame que te diga la gloria. Del ensueño que evoca la memoria. Del viejo puente, del río y la alameda…”




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