30 Jul, 2021 | Un escritor no debería explicar que todo lo que escribe no entra dentro de lo biográfico ni lo vivencial. La ficción está presente en la mayoría de los casos.

Lo común es que se tome algo que deje una reflexión (o que entretenga), se desarrolle de manera óptima y lógica y se aderece para captar la atención del lector.

En mi caso particular, mi objetivo es hacer que la gente lea. Digo, así como el carpintero busca vender sus mesas, sus sillas, y para ello las trabaja esmeradamente; o así como el luthier elabora su instrumento con una destreza y un cuido a los detalles para que el resultado final resuene de la manera más prolija y sea del agrado del ejecutante y del escucha, así mismo el escritor hace con las oraciones y párrafos de cada texto, o por lo menos así procuro yo.

De hecho, rara vez una obra queda igual a como se concibió. Yo borró mucho, pero mucho.

He notado una reacción en particular respecto a mis escritos que, si bien me agrada (porque es muestra de que algo hay que logra llamar la atención del lector), al mismo tiempo me deja pensativo, sobre todo cuando viene de gente que uno asume que debe haber leído mucho. Se trata de que algunos creen que todos mis escritos son la descripción fidedigna de algo que realmente ocurrió.

Hay quienes, en mis cuentos de terror, colocan "¿Dónde fue?, digo, ¡para no ir!", "Esto es muy fuerte", "¡No pude dormir!", "¡Dime qué esa vaina no pasó!", entre muchas otras reacciones que, si bien en cierta manera halagan, repito, te dejan pensativo.

Y sí, si así pasa en los de terror, en los reflexivos la reacción es mucho mayor, porque suelo hacerlos más cercanos, aderezar sus atmósferas con elementos comunes, diarios, y eso funciona.

Ahora imaginen en la poesía, y en este caso, la mía. Trabajo el erotismo, el costumbrismo, el tema marino, la muerte, el suicidio, el fin de la humanidad, la depresión, y aunque hay algo del sentir propio (porque no puede dejarse de lado), el desarrollo está lleno de recursos metafóricos, rítmicos, métricos y demás que me permiten dar los matices necesarios a lo que quise transmitir. ¿Que me funciona?, bueno, sí, tengo lectores a los que les gusta; ¿que son reales?... mmmm..., es casi imposible que plasmen la realidad de manera fidedigna; son sólo una puerta de escape.

Y en efecto, un escritor no debería decirles que mucho, pero mucho de lo que leen en las redes o en los libros no es real, pero hay quien se lo cree y se mete aquel puñal y juzga, y cuestiona. Yo no puedo hacer casi nada al respecto, tan solo ejerzo una de mis pasiones, el resto es problema de cada quien.