Medias Rojas. / Foto: CORTESÍA

6 Oct, 2021 | La novela tuvo un final feliz para los residentes de Boston. Xander Bogaerts y Kyle Schwarber jonronearon y guiaron a sus compañeros a el triunfo más importante desde abril, un partido decisivo por lo que implicaba, no se trataba de una serie, sino de un juego de muerte súbita. Un juego de eliminación considerado de comodín y que dejó eliminados a los Yankees, mientras que los Red Sox se preparan para viajar a la Florida a enfrentar a los Rays en St Pete.

Los bates del Bronx estuvieron silenciados y el picheo trastrabilló. No se puede culpar a lo que ocurrió durante la noche de hoy. Las rachas más terribles que vivieron los mulos durante la temporada regular pasaron factura hoy. Difícilmente la gerencia yanquista se quede con los brazos cruzados. Varios movimientos parecen inminentes. Gleyber David Torres será movido de las paradas cortas, Gary Sánchez le afecta el carreraje recibido con su deficiente defensa que se encuentra por debajo del promedio en las grandes ligas.

Culpar a Gerrit Cole por una noche desastrosa no es una acción acorde con el buen desempeño de un aficionado o de la prensa, el derecho fue bateado y adicionalmente sus compañeros no batearon. A Cole se le dio mucho dinero con una contraprestación sencilla: ganar la serie mundial. Las cosas no han salido desde que se mudó a Nueva York pero en los equipos no se puede culpar a uno solo.

Lo que viene

Boston y Tampa se miden en una serie divisional muy interesante. Tampa ha sido un equipo sólido en los últimos años. Actual subcampeón, y amo de la división este de la liga americana recibirá a unos Medias Rojas crecidos pero con la claridad de enfrentar a un mounstro. En la otra acera Astros de Houston y Medias Blancas de Chicago se medirán buscando un cupo rumbo a la serie de campeonato.

¿Podrá Boston eliminar a Tampa? Es una misión dificil, pero no imposible. Toca cuidarse del letal cuerpo de picheo de los Rays y sus sistemas de openers. Optimista el señor Alex Cora y sus muchachos, pero hay que ser sinceros. Tampa anda muy pero muy fuerte en el aspecto más importante del juego: el picheo.