20 Oct, 2021 | El mismo día que Tarek William Saab mediante un escueto mensaje de twitter anunció la muerte del General Raul Isaías Baduel, había leído temprano, como siempre, el Evangelio del día que decía: “Cuídense de la levadura de los fariseos. Porque nada hay secreto que no haya de ser descubierto, ni nada hay oculto que no haya de ser conocido. .. A ustedes, amigos míos, les digo no tengan miedo a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden hacer más nada”. Lucas 12, 1-7. “Después de leer la infausta información, recordé la parte del Evangelio que había leído y ratifique mi convicción que la Biblia es el texto de mayor enseñanza para la vida del hombre.
Lo que pasó con la misteriosa muerte del General Baduel, más tempano que tarde, se sabrá y se despejarán las dudas que hoy existen en torno al espinoso tema.
Lo incuestionable, lo irrebatible es que Baduel era un prisionero político que murió en manos de sus captores. Eso no puede ser desmentido por nadie.
Al General Baduel se le venía cobrando con ensañamiento su rompimiento con el llamado Socialismo del siglo XXI, cuando el julio de 2007, realizó una rueda de prensa llamando a votar NO a la reforma constitucional planteada por su compadre Presidente de la República Hugo Chávez Frias. Es más, derrotado ese peligroso proyecto de disolución nacional, Baduel advirtió que se le trataría de imponer al país por otras vías y que Venezuela marchaba “como un barco rumbo a la colisión”.
Posteriormente, el General Baduel fue detenido por agentes de seguridad del Estado y recluido en diversas cárceles, entre ellas, la tristemente célebre “Tumba”, celdas ubicadas bajo tierra y en El Helicoide, donde terminó sus días. Más de 10 años preso, sin debido proceso, y violando sus más elementales derechos humanos.
Ahora, lo menos que se esperaba de un funcionario como William Saab, era una declaración prudente que indicara que el organismo a su cargo iniciaría una investigación sobre las causas de la muerte del General Baduel, un prisionero que muere en manos de sus carceleros. Pero, no, lo que hizo fue abrazar la tesis del organismo de seguridad del Estado. Lo mismo hizo con el horrendo homicidio del concejal Fernando Albán y con la terrible muerte del Capitán Acosta Arévalo quien sucumbió en medio de salvajes torturas.
Por si fuera poco, no entregan el cadáver a su familia y realizan un entierro controlado con la presencia de solo 6 familiares. ¿Qué esconden, a qué le temen?
Hay un cúmulo de indicios que hacen presumir que existen razones más que suficientes para promover y solicitar una investigación independiente e idónea sobre las causas de la muerte del General Baduel.
William Saab, no te escondas bajo el subterfugio de la soberanía. La soberanía no es pretexto para violar los derechos humanos.
Para corroborar todo esto, hoy se da a conocer los resultados de una Evaluación del Índice del Estado de Derecho en la cual Venezuela aparece en el último lugar de los 139 países evaluados. Fue un estudio que contó con la participación de 420 expertos y que presentado el 14 de octubre del presente año. Una verdadera pena y vergüenza que viene a certificar que aquí no existe Estado de Derecho.
Por cierto, una vez recuperada la democracia en nuestro país, recintos como “La Tumba” y “El Helicoide” deben ser mantenidos para mostrar al mundo a los venezolanos y al mundo entero las más importantes piezas del Museo del Horror de los regímenes autoritarios.
Mientras tanto, sigamos creyendo, sigamos orando, sigamos confiando, sigamos luchando y Dios hará el resto.