10 Ene, 2022 | En nuestro artículo anterior expresamos: ”2022 debe ser un año para estimular y avanzar en la unidad, esperanza y lucha por el cambio político. El 9 de enero tenemos la primera prueba en Barinas”.
A estos comicios se llegó por el abuso y la arbitrariedad del régimen reflejados en la infame decisión de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), cada día más desprestigiado, con la anuencia del Consejo Nacional Electoral (CNE), que no supo defender e imponer la voluntad popular de los barineses, lo que viene a demostrar incuestionablemente, una vez más, el secuestro de los poderes públicos a los mandatos e intereses políticos de la camarilla gobernante. Así, con esta burda maniobra, que además contenía la inhabilitación de Freddy Superlano, el gobernador electo para volver a competir, ordenaron nuevas elecciones para ese cargo.
A partir de entonces, Maduro y su camarilla montaron su sainete. Logran con sus alcahuetes del CNE que Jorge Arreaza y Claudio Fermín, se inscriban como candidatos a gobernador. Con su compinche de la Contraloría General inhabilitan a la esposa de Superlano y al diputado barines Julio César Reyes, escogidos para sustituir a Superlano ante su inhabilitación.
La Plataforma Unitaria opta por designar a Sergio Garrido, Ingeniero nativo de este lar llanero y que había resultado electo como diputado al Consejo Legislativo Regional y quien ejerce la Secretaria General de AD legitima en ese estado. La capacidad de maniobra del régimen estaba agotada y Garrido se convertía en el competidor de los candidatos del régimen.
Vino la campaña electoral. Rosales Peña, viejo dirigente de la región, quien había sido candidato a gobernador en los comicios del 21 de noviembre, optó por respaldar a Garrido, al igual que los partidos Avanzada Progresista, Unión y Progreso y Fuerza Vecinal.
Mientras tanto Arreaza y Claudio llegaban a Barinas con un séquito de ministros y jefes de dependencias oficiales para iniciar una sucia y grosera campaña intentando comprar los votos con el reparto de neveras, cocinas, lavadoras, aires acondicionados, bolsas de comida, materiales de construcción, bacheo y pintura de carreteras, avenidas y calles, suministro regular de agua y gasolina, ayudas para adquisición de medicinas y otros, y como alguien en las redes sociales comentó: “Aquí lo único que falta es que le pasen pulidora a las vías de Barinas que lucen tapizadas con afiches de Arreaza y Claudio”.
Pero, nada pudo ante la dignidad del pueblo de Barinas. Llegó el 9 de enero y se expresó de nuevo la voluntad popular de ese pueblo, esta vez con mayor resolución y contundencia.
Resultado: 172.000 votos para Garrido, 128.000 votos para Arreaza, el candidato del régimen, y sólo 5.000 votos para el candidato de la traición y la vergüenza, títere del régimen, Claudio Fermín. Es triste decir eso, pero desafortunadamente es así. ¿Cómo se puede llegar a esto?.
En síntesis, la camarilla gobernante, vino por lana y salió trasquilada, o como se expresa, en otros términos, le salió el tiro por la culata. Pagaron caro su deslealtad, burla y desprecio a los barineses.
Un elemento que anoto como negativo es la no participación de Guaidó en la campaña. Quien pidió acompañar al pueblo barines en su lucha ha debido dar el ejemplo.
Cuando se esperaban los resultados, a las 8 de la noche, Arreaza público un mensaje por las redes sociales anunciando su derrota y con ella el fracaso de las maniobras de Maduro y su régimen.
Ya al final de esa noche, la Junta Electoral de Barinas anunció los resultados de los comicios. Seguramente, si el favorecido hubiese sido Arreaza, antes habría salido el capitán Cabello con su cínica e irónica sonrisa a decir “estamos felices con las noticias de Barinas” y seguramente se habría transmitido resultados en cadena nacional. Pero, como no fue así, ni una cosa ni la otra.
Aspiramos a que esta primera prueba nos sirva de elemento de análisis en la búsqueda de una vía que conquiste el cambio político por el cual luchamos y necesitamos. Seguiremos en los próximos artículos analizando esta situación tan crucial y vital para todos los venezolanos.