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28 de marzo de 2024





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Perucho Aguirre: “La riqueza musical y de composición de la Isla de Margarita no la tiene ningún otro pueblo del mundo”
Afirma el cantante y compositor margariteño Perucho Aguirre y subraya: “anótalo, porque te lo está diciendo una persona, que tiene una responsabilidad mundial al expresarse y no es mi condición mentir”.
Mariela Contramaestre| @marielacontramaestre

Foto: Archivo

Perucho Aguirre se siente un triunfador. / Foto: Archivo

5 May, 2022 | Para Perucho Aguirre, cantar y componer son dones que le dan sentido a su vida. Comenzó esta actividad desde niño y hoy a sus 82 años sigue cultivando el arte musical. “Son 82 años, más los nueve meses que estuve metido en “el buche” de mi madre y que uno no los cuenta nunca”.

Mucha gente que ha escuchado y cantado sus canciones populares (El Piñonate, El Bote, Las Tetas de María Guevara”, entre otras) tal vez desconozca que el artista además de haber estudiado primaria y bachillerato en la Isla de Margarita, cursó en la Escuela Naval de Venezuela de donde egresó como bachiller; luego estudió en el Instituto Pedagógico de Caracas y se graduó de profesor de Física y Matemáticas. Fue presidente del Colegio de Profesores de Monagas y Delta Amacuro y ha logrado varios premios de literatura, entre las muchas actividades profesionales desplegadas en el país pero siempre consecuente con la música, el canto y la composición, típicas de Margarita, que son los ingredientes que lo energizan.

Conversamos con Perucho en su residencia de la Isla, donde se encuentra con su esposa Berenice, su eterno amor y con quien constituyó una familia con cuatro hijos. Ninguno artista, todos profesionales en distintas áreas. También ella es margariteña y su colega educadora, orientadora especializada en trabajo social, pero muy discreta. Prefiere el bajo perfil. Tienen 52 años de casados. Berenice lo cautivó cuando a los 14 años fue electa Reina del Municipio Mariño. Después que él tuvo sus andanzas estudiantiles, artísticas y gremiales, un tanto bohemio viviendo en Caracas, se reencontraron en la Isla en el sepelio de un familiar. Ese amor adolescente se despertó nuevamente y enseguida se casaron y establecieron en el estado Monagas. Insistimos en fotografiarlos juntos.

-Ella no se toma fotos conmigo-, responde Perucho. Dice que soy pavoso y tan bueno que le he salido…Esa mujer tiene en su haber todo lo que es bello, bonito y placentero. En ella pocas veces he visto el dolor, por eso ella ha sido mi gran amor y mi ilustre compañera”.

En la casa y el entorno de la residencia de los esposos Aguirre se respira una atmósfera de relax y paz.

- ¿Cuál es su balance de estos 82 años de vida en medio de esta tranquilidad, y el período de introspección que ha vivido en estos últimos meses en la Isla?

-Los resumo con la satisfacción, primero, de estar vivo, lo que quiere decir que Dios, el Padre Creador, se pasa en años con uno. Pero claro, él sabrá qué está haciendo con un personaje, con un ser de este planeta para darle esta satisfacción de vivir tanto tiempo, en el que uno debería aprovechar todos los momentos para celebrar. Yo siempre concibo que por sobre todas las cosas se debe celebrar, porque Dios nos dijo: “mira aquí tienes este planeta, es tuyo, vive en él, aquí tienes todo cuanto necesitan para que tengas una vida fructífera, llena de mucho amor, de muchas satisfacciones, llena de cuanto él nos da, pero que muchas veces nosotros -por la condición esa de vivir medio “churulato” donde está-, o a veces no sé si por cuestiones de un olvido aprendido, o un aprendizaje que nunca se le dio a uno, actúa de manera sumamente contraria a la que Dios nos dispuso, entonces se olvida que uno vino a crear y a celebrar todas las creaciones”.

Foto: Arcadio Millán

Es el fundador de la agrupación Collar de Perlas. / Foto: Arcadio Millán

Como pensando en voz alta complementa la idea: “…yo estoy intranquilo y estoy mal cuando no celebro. Para mí, una de las grandes satisfacciones y una de las grandes cosas que el hombre debe realizar en su permanencia aquí en este bendito pero tan asediado planeta, es la de celebrar. Hay gente que no quiere darle la grandeza y la importancia que tiene el haber nacido y el haberte dado algo que nunca se da, sino en esta oportunidad: La Tierra, planeta bello, lleno de agua, de azules, de nubosidad, lleno de cielo, lleno de criaturas, de arboledas, de pájaros, de cantos, de la familia…¡Cónchale..!, entonces el hombre contraría toda la disposición y el programa que el Señor nos da para que seamos felices

Entonces nosotros vamos continuamente a una permanente infelicidad, que no es el sentido, según yo lo veo, de acuerdo con la pregunta que me estás haciendo- agregó Perucho.

-¿ Y la familia que significa para usted?

- Es el núcleo máximo. Estar con la familia es la actitud cónsona con el proyecto de Dios. Eso lo aceptamos y punto. Si no creamos una familia y la honramos, entonces no es posible crear la existencia o la vida. Es como el núcleo de un átomo de la permanencia humana y el hombre a veces hace familia como el que quiere hacer majarete, mercoche o rosca cubierta. Meter unos ingredientes en una licuadora…no es eso. La vida es familia, el compromiso máximo del ser humano. La existencia, la permanencia, son para mí de las tantas cosas determinantes en la parranda humana.

- Perucho, ¿se siente un triunfador?

Foto: Arcadio Millán

El maestro Perucho Aguirre en uno de sus expresivos gestos / Foto: Arcadio Millán

- Permanentemente y gracias, pues, al ser que desde niño me engendró la idea que hasta en los juegos había que ser triunfador: la picha, el trompo, el volador o papagayo…para mí el volador simboliza una de las libertades del ser humano, un sueño permanente de tener un volador con la cola de todos los colores, que yo lo pueda mover.

Para Perucho Aguirre el amor tiene vital importancia en su vida: “es que en esa palabrita de cuatro letras, A M O R, está encendido el tizón de la felicidad, la gran antorcha del ser humano. Si nos ponemos a ver la vida, todo es fuego. fuego de amor, de cariño, un fuego de vivir, de cantar, de componer, de alegrar a las personas.

- ¡Qué bonito es una serenata! Y las serenatas también se marcharon, acotó nostálgico. Los tríos también han desaparecido.

- Alguna vez pensó ¿qué sería de Perucho Aguirre a los 80 años?

- Yo nunca recuerdo haber pensado en eso, vivo mi vida intensamente. Desde niño me hice el propósito de aprender música, de parrandear, de componer, de cantar. Aprendí primero a tocar guitarra que cuatro, pero después me quedé con el cuatro porque es más fácil de transportar.

Foto: Arcadio Millán

Fue amigo del grandeliga Alfonso Carrasquel / Foto: Arcadio Millán

Perucho Aguirre nació en La Asunción en La Otra Banda. El 10 de febrero de 1940. Hijo de Mateo Beltrán Aguirre Guerra y Ana Matilde Fernández de Aguirre. De esa unión nacieron cinco hijos, de los cuales hoy en día tres están vivos. Su padre muere a los 27 años y su mamá se marcha a vivir a Porlamar a la casa materna, con una crítica situación económica. La abuela, una mujer de carácter fuerte, cuando le observó sus inquietudes por la música, le advirtió que no quería que fuera músico, ni poeta. El era como su mano derecha en las tareas del hogar y la ayudaba a repartir las arepas que ella vendía en el vecindario, a cargar agua y otras tareas domésticas, además de cumplir con el deber de estudiar. Y a escondidas participaba en las diversiones típicas, como El Carite. Y en las parrandas. Conoció en Porlamar a Don Lino Gutiérrez, a Concho Marcano, a Chilo Lunar, Augusto Fermín, Cheché Marcano, Santiago Brito, Aniceto Rojas, que se sentaban a tocar y él estaba allí mirando y escuchando.

Producto de una asignación que le daba su abuela por ayudarla a colaborar con las tareas domésticas tenía algún ahorrito y le alcanzo para comprar la guitarra que le estaba ofreciendo en venta por 18 bolívares, su amigo Licho Natalia Moya, su maestro de guitarra a escondidas. Aunque no dijo en que lo invertiría, sino que era una sorpresa, la abuela le permitió que los retirara de la latica donde guardaban el dinero, y le advirtió: “¡Cuidado con vainas!”.

Fue corriendo a la casa de Licho a buscar su guitarra y al llegar de regreso a la suya había visita de un grupo de vecinos que iban de tarde a escuchar la novela El Derecho de Nacer, porque ellos tenían el único radio de la zona. En una pausa, sacó su guitarra y se acompañó la canción… “Margarita tus playas soñadoras”…al escucharlo, la abuela comentó bajito: “y el c. de m. canta vergatario”. A lo que él pensó, aliviado, que su abuela había cambiado de opinión sobre que no debería ser músico ni cantante. Recibió aplausos y más atrás la abuela le pidió la guitarra y cuál fue su sorpresa que la reventó contra un haz de leña. Y de paso, castigado tres días encerrado desnudo en un cuarto.

- Quien mandaba en esa casa era mi abuela Celestina Rojas- dice y hoy se ríe. A esa abuela le suplicó muchas veces que lo dejara reunirse con los músicos, participar en las parrandas, en las diversiones: “Yo le lloraba hincado de rodillas que yo no me iba a perder”. Hasta que finalmente aceptó su vocación musical. A ella le compuso la famosa canción que dice:

“¿Qué va a saber mi abuela

De ciencia y de medicina

Si mi abuela lo pasaba

Todo el día en la cocina”

“Mi abuela nunca aprendió

lo que es la geometría

pero una arepa en sus manos

redondita le salía”

Foto: Arcadio Millán

Perucho Aguirre recuerda con precisión toda su trayectoria. / Foto: Arcadio Millán

Perucho Aguirre elogia la creatividad musical de los margariteños, los cochenses y los que han venido a quedarse que se han adaptado a ese don de la creatividad popular.

- Aquí tenemos talentos como Beto Valderrama, a quien considero como un apóstol de la música margariteña, que se ha dedicado íntegramente a investigar, a estudiar a enseñar. Es bandolinista, guitarrista, cuatrista. A Purrungo Salazar, que está considerado como uno de los mejores bandolinistas de Venezuela. Los niños nacen genios de la música, con mucha facilidad tocan un instrumento, cantan, bailan. Las mujeres cantan bonito. En cada Municipio debería existir un inventario, un registro de talentos, musicales, poéticos. Todos somos folclore y canto popular, pero ese talento está disperso. Cuando eres músico y te haces músico, no puedes largar la música, porque ese es un talento que te dio Dios. Yo insisto, que ningún otro pueblo del mundo entero tiene la riqueza musical y de composición popular, que hay en la Isla de Margarita. Anótalo, que te lo digo yo que tengo una responsabilidad mundial. Hay que preservar las parrandas y las Diversiones de Coche, que son un compendio de música, teatro popular, comedia, producción donde participan familias y pueblo, con toda la creatividad musical.

EL TESTAMENTO

De Pedro Antonio Aguirre Fernández

Nace en La Otra Banda de La Asunción en la Isla de Margarita, estado Nueva Esparta el 10 de febrero de 1940. Fueron sus padres: Mateo Beltrán Aguirre Guerra y Ana Matilde Fernández de Aguirre. Es nieto del escritor Pedro Aguirre Guerra, autor del poema “Margariteñerías”. Aprende las primeras letras con su madrina, la educadora Luisa Noriega de Rodríguez, en La Asunción y con el zapatero “Cheque” Lárez en Porlamar. Es a su maestra Luisa Noriega a quien Perucho le dedica su testamento:

Cuando ya no piense

Y

otros

respondan mi pensamiento

respétese

el rumbo de mi definitiva mirada

la sonrisa de mis labios alborozados

mi paz inmóvil

Colóquenme dentro de una lágrima de sal coloreada

por una espada de sol

y échenme al mar

al río

a la placenta de mis vientos

y aguarden

Así no ha de ser una sorpresa que los peces canten

que una guerrilla de pájaros enardecidos

les regale una nueva isla

y volvamos a vernos

Composiciones musicales

El Posiclero, (la compuso a los 13 años), El Bote, Benjamín y su Acordeón, Las Tetas de María Guevara, El Piñonate, Las Angoletas de la Plaza, El Milagro de la Virgen del Valle, Mi Abuela, Orgullo Insular, Con medio real, La Asunción, El Guayamate, Lucía la mercochera, entre las más populares




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