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Cuenta regresiva en Colombia
Según nuestra opinión, quienes adversan al candidato del Pacto Histórico, están tratando de quedar lo mejor posicionados posibles en la primera vuelta electoral del domingo 29 de mayo, que la diferencia no sea tan grande como pronostican las encuestas
José Gregorio Rodríguez jotaerre577@gmail.com

19 May, 2022 | A menos de diez días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia, sube la temperatura política. Este miércoles 18 de mayo inició una audiencia en el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, relacionada con una acción judicial que busca suspender al registrador Alexander Vega de su cargo, por las irregularidades en las que pudo haber incurrido durante la jornada electoral del pasado 13 de marzo.

Ante el tribunal le correspondió declarar al ex presidente Andrés Pastrana, quien señaló que el candidato presidencial Gustavo Petro, se reunió en febrero pasado con las cabezas de la empresa Indra en España, encargada de consolidar los datos del proceso electoral: “Resultan extraño estos hechos por parte de un candidato con la firma encargada de consolidar los votos y anunciarlos. Conocí esta información por las publicaciones de prensa, La W Radio publicó la agenda que tuvo el candidato Petro en España (...) tiene que ser él quien dé explicaciones sobre esta reunión”.

Según dijo Pastrana en la audiencia, los hechos se presentaron durante un coloquio realizado en Madrid, España, el 4 de febrero de 2022. Sin embargo, no aportó prueba alguna, de que Petro se haya reunido en privado con las directivas de Indra.

Pastrana no hizo sino “reciclar” la misma denuncia que había realizado hace un par de meses, en ocasión de las elecciones legislativas del 13 de marzo pasado y que no prosperó por carecer de fundamento.

Ese mismo día después de Pastrana, compareció ante el mismo tribunal el presidente del Senado, Juan Diego Gómez, quien también ha denunciado irregularidades durante la pasada jornada electoral. El senador conservador le ha dicho a la Fiscalía y la Procuraduría que la presencia de Alexander Vega, en las elecciones del 29 de mayo, no son garantía de transparencia, idoneidad y rectitud en el proceso con miras a elegir al próximo presidente de Colombia.

Sin aportar prueba alguna, más que un informe de una ONG vinculada al gobierno de Iván Duque, el presidente del senado señaló que hubo una intervención y manipulación indebida del software de escrutinio que alteró los resultados del 13 de marzo, “con una matriz del 82% a favor del Pacto Histórico y del 18% a favor de los demás partidos”.

Lo cierto del asunto es que ambos personajes, junto con la flamante vicepresidenta y canciller de Colombia, Martha Lucía Ramírez, son dirigentes del Partido Conservador, y desde que el candidato Gustavo Petro lidera las encuestas y luego que el Pacto Histórico, se convirtió en la “primera minoría” del congreso de ese país, no han hecho sino declarar alertando sobre la posibilidad de un fraude electoral en ese país, sin aportar prueba alguna que respalde sus denuncias.

En la misma onda andan el ex presidente Álvaro Uribe Vélez y la candidata Ingrid Betancourt, quienes han alertado sobre un presunto fraude pero no sustentan sus denuncias con prueba alguna.

Todo indica que es una “operación política” dirigida a atemorizar a la población sugiriendo que Petro es capaz de cualquier cosa, incluso de perpetrar un fraude electoral, y de alguna manera ir preparando el ambiente para consumar un “arrebatón” a la voluntad popular que se exprese en las urnas electorales.

Es en este contexto de desesperación extrema, que han aparecido empresarios ejerciendo presiones indebidas sobre sus trabajadores, para que se abstengan de votar por Gustavo Petro, un comportamiento que la Misión de Observación Electoral ha calificado como “delictivo”.

Un claro ejemplo de este comportamiento es el caso de Sergio Araújo Castro, uno de los fundadores del Centro Democrático, el actual partido de Gobierno, junto al ex presidente Álvaro Uribe, quien desató una acalorada discusión esta semana al asegurar en sus redes sociales que se propone despedir a los trabajadores de sus empresas que apoyan al candidato presidencial del Pacto Histórico: “Un empleado que vote por Petro no cabe en mi esquema empresarial y simplemente se tiene que ir”.

Situación similar se presenta en varias empresas del vecino país, como por ejemplo el caso del gerente de una gran cooperativa que produce lácteos, quien envió una comunicación a sus trabajadores, en la que sin mencionarlo, utilizó frases y colores de la campaña de Fico Gutiérrez, el candidato de la coalición denominada Equipo Colombia, que respalda el presidente Duque, y lo más granado del “establecimiento” colombiano. Otro caso, el discurso del gerente general de una empresa de cueros, que dibuja a sus empleados un escenario catastrófico en caso de que Petro sea presidente.

La Misión de Observación Electoral ha rechazado estos episodios, y ha pedido a las autoridades las investigaciones y sanciones respectivas. Entre los informes recibidos, la MOE señala que se han presentado casos de empresas que comunican a sus empleados que “de ganar cierto candidato” cerrarán las instalaciones y perderán su puesto, lo que “representa un delito electoral en torno al derecho al voto libre”. También se han presentado casos de empleadores que, en contra de la reglamentación, no quieren permitir que sus trabajadores vayan a votar el día de elecciones, y otros que están organizando eventos de proselitismo político en favor de algún candidato en los lugares de trabajo.

Ante esta situación, el consultor y analista Andrés Mejía Vergnaud, ha señalado que ese comportamiento refleja el deterioro de la capacidad política de la élite gobernante en Colombia, al extremo de es recurrir a ese tipo de “recursos” de coerción, que de alguna manera confirman el agotamiento de su ascendencia y credibilidad en la población, y revelan su incapacidad de leer la nueva realidad política. “¿Cómo no se dan cuenta de que eso es contraproducente?”, se pregunta.

Según nuestra opinión, quienes adversan al candidato del Pacto Histórico, están tratando de quedar lo mejor posicionados posibles en la primera vuelta electoral del domingo 29 de mayo, que la diferencia no sea tan grande como pronostican las encuestas, e intentar el repunte en el balotaje del 19 de junio.

Sin embargo, muchos piensan que bajo ninguna circunstancia los dueños del poder en la hermana república “por los siglos de los siglos”, dejarán que un personaje como Gustavo Petro, se instale en la Casa de Nariño.

Lo cierto es que comenzó la cuenta regresiva en Colombia y el resultado final es de pronóstico reservado.




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