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No son todos los están ni están todos los que son
No son todos los están ni están todos los que son. Que me perdonen los otros, pero no es fácil recordar tantos nombres.
JOSE GREGORIO RODRIGUEZ jotaerre577@gmail.com

29 Sep, 2022 | Han transcurrido casi cinco meses desde que la Plataforma Unitaria anunció la realización de elecciones primarias para escoger el candidato de la oposición venezolana para las elecciones presidenciales que constitucionalmente corresponden realizarse en el 2024, y todavía no se materializa ni siquiera en un anuncio parcial, cómo anda ese proceso.

A estas alturas del juego, entrando en el último trimestre del año 2022, esa alianza opositora que reúne en su seno a lo que hasta hace poco era conocido como el G4 Plus; todavía no fija la fecha de la escogencia, ni designa la comisión electoral, ni terminan de ponerse de acuerdo con el reglamento, especialmente con las normas que regulan el “perfil” de los participantes, ni definen si se realizan con el apoyo con el apoyo del CNE o de manera independiente, si participan o no los venezolanos radicados en el exterior, y si lo hacen, de qué manera sería, en fin, casi medio año después parecen haber más interrogantes que certezas.

El tiempo pasa y lo que si se observa con regularidad, es la aparición de más aspirantes a candidatos presidenciales y las declaraciones de quienes vetan la participación de algunos y de quienes se oponen a cualquier tipo de restricción.

Lo cierto del asunto es que el antiguo G4 Plus, integrado por los seguidores de Henry Ramos Allup en AD; la gente de Julio Borges, en Primero Justicia; la camarilla de Leopoldo López y Juan Guaidó, en Voluntad Popular y los directivos de Un Nuevo Tiempo, de Manuel Rosales; “secuestraron” el proceso de primarias opositoras e intentan imponer las reglas del juego.

En todo este tiempo no han logrado siquiera conciliar totalmente los intereses de los “aliados” de la Plataforma Unitaria, mucho menos han podido incorporar nuevos actores a la convocatoria práctica del proceso. Se han reunido con muchos sectores, partidos políticos e individualidades, pero no han logrado ningún aliado que los guíe por la ruta del reencuentro con los ciudadanos venezolanos.

Uno de los principales obstáculos con el que se han conseguido los capitostes de la PU, es el del financiamiento, pero ya parece le “consiguieron la vuelta” y con la “solución”, pretenden silenciar cualquier cuestionamiento a la administración de fondos de la república mientras estuvieron al margen de la legalidad democrática. Pretenden “matar dos pájaros de un solo tiro”.

Resulta que una de las opciones es que el proceso sea financiado con recursos del Fondo para la Defensa de la Democracia que maneja el “gobierno interino”, lo cual requeriría de una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC en inglés). De entrada, conseguirían el visto bueno de sus jefes políticos del norte.

Al examinar lo hecho hasta la fecha por este “remake” de la Coordinadora Democrática y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), recuerdo un artículo de opinión publicado a finales de mayo pasado, a los pocos días de la “constitución” de la Plataforma Unitaria, de la designación de Omar Barboza como su secretario ejecutivo y del anuncio de que la organización de las elecciones primarias y su convocatoria, sería su principal y casi única tarea, titulado “El malestar de la política”, escrito por el analista político vinculado al antichavismo vernáculo, Alexis A. Alzuru, en el cual reflexiona: “Salir de Maduro con votos no será una tarea sencilla. Entre otras cosas, porque el requisito para conseguirlo es reconectar a la gente con la política; pero ese pueblo que debería protagonizar la transición a la democracia está molesto con la política. Y la cura de ese malestar no se conseguirá maquillando lo ocurrido con primarias o regresando a México (…) La cura solo se alcanzará tomando decisiones que son difíciles porque su finalidad no sería otra que restituir la credibilidad y confianza del venezolano en sus voceros políticos. (…) Para derrotar a Maduro tampoco servirá acudir a la receta de siempre. Esa que apela a la tecnocracia comunicacional para manipular la opinión y el voto de la gente. La política no se sustituye con marketing y publicidad (…) Al contrario, ese deber exige un ajuste de cuentas con el pasado. Un escrutinio crítico de lo sucedido. Exige, para decirlo sin tapujos, que no se maquille, se niegue o simplifique la responsabilidad que las élites opositoras y sus voceros han tenido en esa ruptura que hay entre ciudadanía y política (…) Los dirigentes nocivos deberían sustituirse por ciudadanos con credibilidad, confiables y capaces. Tres cualidades que se requieren para negociar con éxito”.

La desconexión de la cúpula dirigente opositora, especialmente esa que se agrupa en la Plataforma Unitaria, es cada día más amplia, suponen que el asunto lo resuelven con la selección de un candidato unitario, que parece apuntar a que será el aspirante de la unidad de ese segmento de la oposición, pero nunca unitario, porque para muchos otros existe la convicción de que el que ande mucho con los “mariscales de la derrota”, como llaman a los “jefes” del G4, quedarían “muy feos para la foto”.

Están tan convencidos que el asunto se resuelve con las primarias que cada día aparecen más candidatos a participar en ese proceso: Henrique Capriles, Leopoldo López, Juan Guaidó, Lorenzo Mendoza, Jesús “Chuo” Torrealba”, Carlos Prosperi, Bernabé Gutiérrez, Claudio Fermín, David Uzcátegui, Gustavo Duque, Antonio Ecarri, Henry Falcón, Ricardo Cusanno, Andrés Caleca, Delsa Solórzano, Manuel Rosales, María Corina Machado, Benjamín Rausseo (el Conde del Guácharo), Javier Bertucci, Leocenis García, Freddy Superlano, Juan Pablo Guanipa, José Brito, Laidy Sánchez, Biaggio Pilieri, Daniel Ceballos, Andrés Velásquez, Américo De Grazzia, Roberto Enríquez, Nicmer Evans y Cesar Pérez Vivas, entre otros.

No son todos los están ni están todos los que son. Que me perdonen los otros, pero no es fácil recordar tantos nombres.

Solamente me permito apuntar a uno que otro dirigente de los que aparecen “ingenuamente” anotados en este listado, que examinen minuciosamente a sus contendores y la forma de financiamiento del proceso, no vaya a ser que terminen “embadurnados” por el desastre y la corrupción del “interinato”.




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