El planteamiento es porque si bien la situación actual se dio por un hecho fortuito, a fin de cuenta la discontinuidad del servicio es permanente porque ya los equipos no responden.

En tal sentido, el Grupo se apega a lo señalado por Fedecamaras Nueva Esparta en su alerta a la vulnerabilidad en que se mantiene el sistema eléctrico insular, al mantener una delicada dependencia de tierra firme.

El año pasado el Grupo Guayacán promovió el encuentro "Sígueme la corriente" que dejó interesantes propuestas de salvación, y otro reciente evento de expertos insistió en la necesidad de hacer uso de nuevas tecnologías y abrirse a energías alternativas, pero es el Estado el que debe dar los primeros pasos para que eso sea posible.

Como bien lo destacó el pronunciamiento de Fedecamaras, una vía es la Ley de Zonas Económicas Especiales en su posibilidad de dar garantía a capitales privados y foráneos, pero sin una posición clara del Gobierno y su política, las leyes quedan débiles.

Los miembros de Guayacán se suman también al reproche de la desinformación que ha caracterizado la eventualidad del gasoducto, asegurando que las informaciones extraoficiales han sido parte de la zozobra vivida.

Esto también lleva a reafirmar el planteamiento de considerar la descentralización de las acciones, pues estiman que tomas de decisiones más cercanas a la fuente del problema podrían ser más eficientes y acertadas e incorporar no solo a allegados políticamente al Gobierno, sino a todas las fuerzas productivas y autoridades locales.

De allí que en su objetivo de convertir en acciones opiniones que coadyuven a impulsar el desarollo, el Grupo Guayacán también se propone para aportar a las soluciones que se analicen para el bien de Nueva Esparta.