Porlamar
28 de marzo de 2024





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Hablemos de Las vivencias de Luis Marcano
Es grato hallar este tipo de piezas cuando se está en la distancia. Hay mucha de esa sal necesaria en sus letras, mucha de esa sapiencia centenaria, de ese saber de orilla de nuestra gente.
Juan Ortiz

1 Dic, 2022 | Las vivencias de Luis Marcano es un libro que compila parte de la amplia obra lírica del poeta margariteño Luis Gregorio Marcano Marval. El título llegó a mí por acción de la providencia. Mi amiga y vecina aquí en la Argentina, Angely Rodríguez, fue de visita por unos días a la Isla, y de retorno trajo esta joya de nuestra cultura poética. El maestro Luis era el abuelo de Angely —padre de su madre, la estimada Luisa Nidia Marcano Castellanos—.
Apenas me comentó sobre el texto, le pedí que me lo pasara. El texto fue prologado por Omar Morillo, Artero R. Rodríguez y Luisa Marcano; se publicó en el 2000 bajo el sello editorial Benavente & Martínez, con patrocinio de la alcaldía y del Concejo Municipal de Mariño.
Es grato hallar este tipo de piezas cuando se está en la distancia. Hay mucha de esa sal necesaria en sus letras, mucha de esa sapiencia centenaria, de ese saber de orilla de nuestra gente. Uno lee, y los versos propician un viaje hacia adentro que trae calma y sosiego ante la dura realidad de la distancia.
De entre sus primeras páginas, me es necesario traer a la palestra su sensible dedicatoria:
"A mis hijos:
A quienes dedico con todo mi corazón estas décimas, que, aunque no sea yo un lírico poeta de honda inspiración, he puesto todo mi empeño para que ellas recojan todo lo mejor de mis humildes y sencillas palabras que son para mí mi verdadera inspiración, y sé que ustedes son los más grandes de mis décimas y mis trovos, como sé que también ustedes las conservarán como el más grato recuerdo de su padre".
Luis Marval era oriundo de la localidad de Las Casitas, entre El Guamache y Punta de Piedras. Allí nació un 25 de mayo de 1925 —aunque la señora Luisa Nidia dice que, muy posiblemente, ese no sea el día exacto—. Desde pequeño, el “casitero” aprendió el arte poético directamente de su abuelo, quien —según cuenta Marval en su autobiografía— “… se la pasaba componiendo trovos, y como él estaba ciego, siempre me llamaba para que copiara el trovo que había sacado. Yo muchas veces les cambiaba la rima a los versos y la mía era más exacta; claro, que yo nunca le decía”.
Durante toda su vida —desde los 10 años— este ilustre margariteño se dedicó a escribir redondillas y décimas. Él contaba que cuando ejercía como pescador, en su niñez y adolescencia, se llevaba consigo —además de los trastes, plomos y anzuelos— sus cuadernos, por si se daba alguna historia buena en el camino, enseguida hacía unas décimas para así inmortalizarla.
Se le cuentan más de quinientas (500) composiciones, no obstante, en Las vivencias de Luis Marcano solo aparecen sesentaiuna (61) de ellas distribuidas en ocho (8) capítulos. En su noble ejercicio, el poeta se valió de un lenguaje sumamente rico, repleto de imágenes y metáforas. En estas hechuras poéticas podemos apreciar una descripción de diversos tópicos propios del quehacer diario insular; Marval escribió del amor, de la fe, de la política, del oficio del pescador, de los personajes emblemáticos del pueblo, de las injusticias, y enarboló, por supuesto, su hondo amor por su tierra. El poeta escribió hasta su último día en este plano, un 13 de noviembre del 2013.
Vaya un saludo respetuoso a toda la familia que constituyó con quien fuera su fiel compañera, Mary del Carmen Castellanos; sus hijos: Judith Pastora Domínguez Castellanos, Mary Margarita Marcano Castellanos, Luisa Nidia Marcano Castellanos, Luis Edilberto Marcano Castellanos, Edilberto Luis Marcano Castellanos; y sus nietos: Arsenio, Daniel, Linda, Duber,Edilberto, Jose, Emiro, Luisa, Adriana, Ynes, Eliana, Arlus, Luisana, Mariana, Edilbeth, muy especialmente a Angely, no solo por facilitarme el libro, sino también por ayudar en la transcripción de los poemas.
Para cerrar, no me queda más que compartir cinco de las composiciones presentes en Las vivencias de Luis Marcano, para que disfruten una parte de esta gema lírica de nuestra poética oriental.
“El varadero de Felipe Marval”
Palabras del poeta respecto a esta composición:

“En la población de Las Casitas del Guamache, al igual que en todo el estado Nueva Esparta, suelen ponerse apodos entre los mismos habitantes del sector. Es de allí que me inspiré para hacer este relato de personajes del pueblo con nombres de animales, casi la mayoría de las familias que asiduamente visitaban este varadero de mi primo y compadre Don Felipe Marval, a quien se lo dedico con todo afecto para que quede en la memoria”.
I
Un zoológico ideal
sería lo verdadero,
el famoso varadero
de Don Felipe Marval.
II
Un día me fui a la playa
a entretenerme un ratito
y observé un pajarito
volando tras una Olalla.
Pero la vista me falla,
no era olalla el animal,
era un caracare, el cual:
en un bote aterrizó;
entonces me dije yo:
“Un zoológico ideal”.
III
Estuve allí poco rato,
pues raudo siguió volando,
porque lo estaba cazando
debajo del bote un gato;
para seguir mi relato
se posó sobre un madero,
pero un mono pendenciero
casi el plumaje le arruina,
mejor dicho: lo asesina,
sería lo verdadero.
IV
“¿Qué busca este pajarraco
aquí en este lugar?,
¿será que quiere almorzar
con algún puerco verraco?
¿O tal vez con un cataco?,
con ese caimán cerrero
que tiene tan duro el cuero”,
todo esto pensé yo,
y que también es un zoo,
el famoso varadero.
V
Sin desayuno y sin casa
el caracare se quedó,
porque al paso le salió
una temible ballena.
Un morrocoy en la arena
también lo trató muy mal,
el león que fue leal,
y el perro que fue sincero
lo echaron del varadero
de Don Felipe Marval.
“Despedida”
I
No es por ti que estoy llorando,
no creas que lloro por ti,
fue por otra que perdí
cuando a ti te estaba amando.
II
Hoy mil veces me arrepiento
haberte dado mi amor,
hubiese sido mejor
soportar un cruel tormento.
Hoy por ti ya nada siento
nuestro amor está acabando,
así es que no estés pensando
que por eso vivo triste,
y si llorar tú me viste,
no es por ti que estoy llorando.
III
Hoy de tu lado me iré,
porque todo se acabó,
pero has de saber que yo
tus ofensas perdoné.
Satisfecho viviré
que maltratos no te di,
y si algún día te ofendí,
por un enojo sería
y si lloro, vida mía,
no creas que lloro por ti.
IV
Cuando ya no esté a tu lado,
no te aflijas por mi ausencia,
tú sabes que mi presencia
amarguras te ha causado,
en fin, todo está olvidado,
tú lo quisiste así,
y si acaso ves en mí
una marcada tristeza,
te lo digo con nobleza:
fue por otra que perdí.
V
Que es triste la despedida,
me has dicho más de una vez,
pero para mí no es,
porque alegre es mi partida.
Y si estás entristecida
porque me estoy alejando,
no quiero vivas pensando
que algún día volveré,
busco el amor que se fue
cuando a ti te estaba amando.
Perro gordo y perro flaco
I
Paseando por un prado,
cerca de un bosque de pinos,
se encontraron dos caninos
caminando lado a lado.
Uno gordo y bien cuidado,
el otro flaco y pulgoso,
y el gordo muy amistoso
al flaco le preguntaba
que por qué tan flaco estaba,
tan desgarbado y terroso.
II
Después que se saludaron
con distintos ademanes,
como es costumbre entre canes,
cosas perronas hablaron.
“Hace tiempo me botaron
de mi casa por bellaco,
por eso me ves tan flaco
sin tener ningún progreso,
por allí hurgando un hueso
para meterme en el saco”.
III
Siguió diciendo el canino,
andando siempre a su lado:
“Tú en cambio estás bien cuidado
y gordo como un cochino”.
“!Porque yo soy perro fino!”,
replicó con gran sarcasmo
el otro mojando un ramo
y diciéndole así:
“Pues yo tengo pedigrí,
es lo que dice mi amo”.
IV
Lo dijo con arrogancia:
“Y ya que eres mi amigo,
¿por qué no vienes conmigo?,
yo te llevaré a mi estancia.
Tendrás allá, en abundancia,
comida, también un techo,
un blando y cálido lecho
donde duermas abrigado,
ya que lástima me has dado
al verte sucio y maltrecho”.
V
“Pueda que tengas razón”,
le contestó el can pulgoso,
“Todo eso es muy hermoso,
acepto tú invitación.
Tienes un buen corazón,
y eso siempre es muy bello,
pero observo que en tu cuello
llevas atado un collar,
¿tú me podrás explicar
la razón que hay en ello?”.

“Del hablar haces derroche
pero voy a contestar,
porque sé que al preguntar
no haces ningún reproche.
Es que mi amo de noche
con cadena me sujeta,
pero puedo dar la vuelta
a entera satisfacción,
me duermo como un lirón
y en la mañana me suelta”.

“Gracias mi querido amigo
por todo lo que me ofreces,
y aunque me pagues con creces,
oiga bien lo que le digo:
prefiero ser un mendigo,
es la más pura verdad,
pues, aunque yo en realidad
no tengo hogar ni comida,
prefiero perder la vida
pero no la libertad”.

Dijo el flaco y se alejó
por un angosto sender,
dejando a su compañero
que más nada comentó.
A lo mejor él pensó,
con pensamientos caninos,
“Tenemos distintos sinos
todos los perros del mundo”,
mientras ya el vagabundo
se perdía entre los pinos.
Margarita es una Gema
Dice el poeta que escribe:
Margarita es una gema
engarzada en la diadema
que se ciñe el Mar Caribe.
I
¡Oh, tierra dulce y amada!,
y de egregios paladines,
tu epopeya en mil confines
por siempre será cantada.
En un himno, una tonada,
una copla que describe
las glorias con que revive
tantas bélicas victorias,
cantando evoco tus glorias,
dice el poeta que escribe.
II
Su himno es mi cantar,
bello símbolo bendito,
porque el trabajo es su rito,
porque la gloria es su altar.
Su historia para ensalzar
está escrita en su poema
es el más sagrado emblema
de nuestra ínsula hermosa
y en el collar de una Diosa
Margarita es una gema.
III
Odas de las mil campañas
el bardo cantó en su lira
tema lírico que inspira
sus homéricas hazañas.
Y así de sus entrañas
la inspiración más suprema
brotó y quedó como lema
de su excelsitud brillante
cual más valioso diamante
engarzado en la diadema.
IV
Pregonaron los clarines
victoria en sones marciales
y canciones celestiales
cantaron los serafines.
Volcaron los querubines
la esencia que el mar recibe
y en ese mar glorias vive
quien sus honores blasona
Margarita la corona
que ciñe el Mar Caribe.
Margarita es una estrella
Margarita es una estrella
de rutilante fulgor
es perla, mujer y flor
indómita, bravía y bella.
I
Con lauros ciñó la historia
su heroico nombre inmortal
y sus héroes sin igual
le dieron renombre y gloria.
Hoy sus hijos con euforia
en son cantan su epopeya,
porque en lid, gallarda ella,
se libró de la opresión,
Margarita es una estrella.
II
Matasiete la corona
con ambas, nubes y brumas
borda sus playas de espuma
el Mar Caribe que entona.
Su rumor en esa zona
como un cántico de amor
aumentado así el primor
de sus ondas cristalinas
peladas con perlas finas
de rutilante fulgor.
III
Toda su gloria está intacta,
su bello nombre perdura
y por su heroica bravura
le llamaron Nueva Esparta.
Hoy por eso está tan alta
la bandera de su honor,
rica patria de valor,
hermosa tierra bendita,
y por eso Margarita
es perla, mujer y flor.
IV
Gallarda, noble y guerrera
fue siempre en la magna lucha
su gran bizarría fue mucha
en las lides, la primera,
que victoriosa descuella
y cual fulgente centella
irradiando resplandor,
sacudió el yugo opresor
indómita, bravía y bella.




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