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"Una Matria ha muerto en Buenos Aires", en honor a mi querida Magenia Con mucho amor y cariño a Rosa Margenia Rondón de Morales, mi amiga, quien partió con el Señor el pasado 3 de febrero en la localidad de San Justo, Buenos Aires, Argentina. Juan Ortiz
![]() 10 Feb, 2023 | "Una Matria ha muerto en Buenos Aires" Una Matria ha muerto en Buenos Aires, donde nunca pensó poner a reposar sus huesos. Venía de lejos con sus setenta a cuestas, edad de no imaginar viajes tan largos, de sentarse a reposar leyendo diarios en las hamacas azules hasta el sueño. Su corazón era dueño de dos loables gentilicios: vallepascuense y margariteña —tierra y sal, mar y río—. Madre, tía, abuela, esposa, mujer guerrera, abnegada rosa, siempre presta al servicio, a dar café, arepa, empanada, su masa al punto calmaba el hambre de quien fuera sin importar de dónde viniera, todo hombre bueno era su hijo. Llegó aquí a la albiceleste a ver a sus críos, después planeaba irse, por su mente no pasó dormirse en el lecho indefinido; volver al mar, a su llano abrigo era el deseo que anhelaba, probar de nuevo la tripeperla recién sacada, el botuto, la sardina, y más allá, la baba, el armadillo, y un tinto mirando el pleno atardecer guariqueño. Una Matria ha muerto en Buenos Aires, era mi amiga, la gran Magenia, humor y amor, consejo grato, conversa de a ratos bajo la mata de su casa, allá en Juan Griego, por las tardes, mientras Duque y Karla tocaban, y Luis Samuel correteaba sonriente a su abuelo Carlos. Una Matria decidió irse al año justo después de Gloria, imposible que no sea notoria esa fecha, este luto, 3 de febrero absoluto de tristeza y despedidas; Magenia, mujer, llanera querida, madre perla coronada, guardo en la ensenada del alma tu abrazo, tu voz oportuna, el buen retazo de cariño que me diste. Qué grata fortuna cruzar caminos, regresa calma, pues, al nido, a la celeste cuna del Padre donde espera Carlos sonreído. ///////// Palabras de Karla Morales Rondón, su hija, mi comadre: "Mamá, fuiste un pilar fundamental en nuestras vidas. Eras una mujer con muchas virtudes: inteligente, paciente, trabajadora y fuerte, hasta tus últimos días fuiste ejemplo de lucha. Dejaste una huella imborrable en cada uno de nosotros. Prometemos mantenerte en nuestros corazones y recordarte por tantos buenos momentos juntos, por tu café y ricas arepas, por tu particular forma de ser y por esas largas conversas con tu buen sentido del humor. Confiamos que ahora nos cuidas desde otro plano, donde ya te debes haber encontrado con el viejo que seguro está feliz de volver a ver al amor de su vida. "Te amaremos por siempre, mamá, gracias por todo lo que nos diste". Vaya un abrazo grande a toda la familia, en especial a mi comadre, Karla, a Jean Carlo y César Elías. Mucha fuerza en estos difíciles momentos.
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