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Hablemos de Lucía Delgado, “La bailaora de Margarita”
Llevo escuchando sobre el trabajo de Lucía desde hace más de 10 años en el panorama dancístico de la Isla de Margarita y pude apreciar su desempeño en unas tres oportunidades en eventos distintos.
Juan Ortiz

27 Feb, 2023 | A la hora de hablar de baile flamenco en el estado Nueva Esparta hay un nombre que no pasa desapercibido, y ese es el de Lucía Margarita Delgado —ganadora del Premio Torbellino Flamenco 2022 en su categoría Solista Adulto en Vivo—, referente obligado de la manifestación dancística de las sevillanas, las alegrías, las bulerías, los tangos, las soleas, los fandangos y siguiriyas en los tablaos de nuestra tierra de sal.
Se trata de una talentosa joven, sensible, humana y humilde. La vida le dio el regalo de ser hija de dos madres, sí, dos seres que representan todo lo bueno de la mujer venezolana, que la aman incondicionalmente y que desde su llegada a este plano la han apoyado y guiado en todo con el mayor amor y ejemplo posible, ellas son: María del Valle Rodríguez —quien la dio a luz el 27 de marzo del 2000— y Lulú Delgado —quien ha ayudado en su crianza desde los dos años—. Por padre, Dios le puso a un hermano del alma, otro ser entregado a su formación, a su crianza, así como también al altruismo, al periodismo, a las letras, la radiodifusión, la música y cuanto oficio noble llegue a sus manos, a mi querido Marco Antonio Delgado.
Llevo escuchando sobre el trabajo de Lucía desde hace más de 10 años en el panorama dancístico de la Isla de Margarita y pude apreciar su desempeño en unas tres oportunidades en eventos distintos. No obstante, la conocí formalmente en 2018, en una breve reunión junto a su padre en casa del querido Frank Berroterán, unos meses antes de venirme a tierras argentinas. Allí, en esas escasas horas de tertulia, pude ver la magnitud del ángel que alberga, por dar un nombre no solo al talento —pues danzó con un grupo de amigos varias coreografías—, sino también a su serenidad y dulce manera de expresarse.
Pocos saben que su primer nombre se debe a la canción homónima del cantante Joan Manuel Serrat, y que fue escogido por su padre, el querido MAD —melómano empedernido—, quien me lo reveló recordando los sentidos versos del afamado tema: “Vuela esta canción / para ti, Lucía, / la más bella historia de amor / que tuve y tendré”. Su segundo nombre, por supuesto, se debe al terruño que le recibió en esta existencia, lugar amado por Marco a lo sumo, su hogar espiritual y físico, su refugio.
Ahora bien, que Lucía lograra este renombre en el mundo del flamenco no ha sido cosa del azar, sino que todo ha sobrevenido producto del esfuerzo y la dedicación, aunados al soporte incondicional de sus madres y su hermana y a una sabia canalización del talento por parte de su padre. Desde muy temprana edad, la joven manifestó su interés por la danza. Al respecto, su padre, mi querido hermano de la vida, Marco Antonio Delgado, me comentó:
“Bueno, te cuento, mientras que las maestras les hacían sus coreografías a sus compañeros del preescolar —niños de 4 años— sobre, no sé, ‘Súbete a mi moto’ o ‘Juana la cubana’, Lucía armaba su propia coreografía de «El lago de los cisnes», y ella ni había estudiado ballet; la chamita, simplemente, se ponía su malla y se metía en su papel, y sus pasos eran poesía mineral. Obviamente, esto lo hizo a raíz de videos que vio al respecto, pero, en sí, todo fluyó de manera intuitiva. También allí, en el Preescolar Ideas, fue donde Lucía tuvo su primer contacto con la danza árabe. Ella se emocionó tanto con este género que me pidió que la dejara seguir practicándolo, y así lo hice. Pasados unos años —cuando ella tenía 11—, la llevé a ver clases de flamenco, con mi querida amiga Fabianna Lange en su academia en La Asunción, y, bueno, creo que la decisión fue la más acertada. Algo anecdótico respecto a este primer instituto educacional al que perteneció Lu, el Preescolar Ideas, es que para ese momento yo les hacía la publicidad y les creé el eslogan, el cual decía ‘Porque el primer paso es el más importante’, y mira que así fue; esto gracias, por supuesto, al cariño de su directora, Daniela Sifuentes, y su equipo de maestras. Bueno, de allí pasó al Colegio María Guadalupe, donde estudió el resto de su vida hasta graduarse de bachiller. Lo cierto es que su crecimiento, desde pequeña, ha sido exponencial, al punto de que hoy es la referencia del flamenco en la Isla, ‘La bailaora de Margarita’. Sea cual fuere el evento regional, nacional o internacional que se dé en la Isla y/o Venezuela, su nombre resalta de una u otra manera”.

Todo este universo sobre el desarrollo educacional y artístico de Lucía me emocionó mucho, así que seguí indagando al respecto. MAD, ni corto ni perezoso, siguió dando datos relevantes y acotó lo siguiente:
“Lo extraño ante tamaño talento, es que Lucía es una mujer sumamente introvertida y de bajo perfil; pero, de hermano a hermano, te digo que la carrera que está haciendo es extraordinaria. Esto te lo expreso con base en los comentarios de los maestros que ha tenido, entre ellos, Fabianna Lange, como ya te dije anteriormente —hija de la maestra bailaora Gloria Plaza, uno de los pilares del flamenco en Venezuela—, Carla Fabiana y Macarena Gutiérrez —instructoras de la academia Fuego Gitano, en donde Lucía ejerce actualmente como maestra—, Siudy Garrido, Carmen Garza, Daniel Riera, El torbellino —ambos reconocidos bailaores—, El colita —guitarrista— y Patricia García —como bailaora y ahora en las palmas—, y otras figuras que han llegado a la Isla. Por cierto, si bien las personas antes mencionadas son de gran peso en la carrera de mi princesa Lu, hay alguien a la que aprecio mucho por el rigor que infundió en ella en torno al arte de la danza en general y a la creatividad que le permitió desarrollar, esa es, sin duda, Vanessa Sánchez, directora de la Academia Clásico y Urbano. Lu es una apasionada irremediable… desde que se despierta, lo que hace es pensar en flamenco. Ella es muy disciplinada, una obstinada estudiante de su disciplina dancística. Otro detalle que es bueno mencionar es que cuando se Lucía se graduó de bachiller, como en la Isla no había algo parecido a danza a nivel universitario, la orienté para que se decidiera por la Licenciatura en Artes Mención Diseño Gráfico en la Unimar, esto para afianzar lo referente al conocimiento artístico y cultural. A la par, por supuesto, la hemos orientado en el aprecio por la poesía, la pintura, la filosofía, la música en general y el resto de elementos humanísticos sensibles inherentes al alma. Hoy veo hacia atrás todo lo andado y certifico que, definitivamente, ella nació para eso, y, como ya te dije, así lo ha manifestado desde niña, tanto en palabras como en sus comportamientos. Agradezco a Dios por darme la dicha de haber identificado desde ese principio hacia donde encaminarla. Creo que no hay mayor orgullo como padre que poder canalizar a los hijos por el sendero que les llevará a llevar a cabo su misión en la vida”.
Además de sus padres, a Lucía la ha acompañado en este camino su querida hermana María Laura, quien ha sido su compañera desde niña, gran amiga, apoyo y confidente. Otro bastión presente en su carrera desde hace más de dos años es el ingeniero químico Ricardo David García Guédez, su novio e hijo de mi querida Magaly Guédez de García, con quien se ha complementado maravillosamente por ser, también, un joven talento de la percusión flamenca. Y sí, como lo piensan, ambos hacen alucinantes presentaciones juntos y se han vuelto con el tiempo compañeros inseparables.
Tras esta sentida e íntima introducción del colega poeta MAD —orgulloso padre—, procedo a mostrar un poco de la esencia y la visión de la bailaora de Margarita a través de una grata conversa que tuvimos hace unos meses por los medios virtuales:

¿Cuáles fueron tus inicios? ¿A qué edad fue a la que comenzaste a bailar?

Inicié mis estudios a los 6 años en clases de danza árabe y a los 12 años comencé formalmente a tomar clases de flamenco. Con este último hice clic desde el primer día y a partir de ahí nada pudo separarnos.

¿Primera presentación?

Mi primera presentación de flamenco fue algo pequeña, participé en «El Sueño de Edna Scrooge», adaptación de mi maestra Fabianna Lange del «Cuento de Navidad» de Charles Dickens, y lo hice con la escuela Flamenco y Artes. A pesar que solo tenía 3 meses tomando clases de este género, me esforcé mucho desde el primer día y pude participar en varios bailes; fue así como confirmé desde muy temprano que el trabajo duro da buenos frutos.

Inspiración: ¿cuáles artistas te llevaron a querer bailar?

Realmente, en un principio no conocía nada sobre los artistas referentes de las danzas que ejecuto. No obstante, luego de hallarme metida en este mundo, empecé a descubrirlos uno a uno. Ahora bien, sí recuerdo que, en el caso del flamenco, fui a ver la edición anterior del cuento en el que 2 años más tarde participé, y me gustó de inmediato, cosa que me motivó a comenzar mi formación. En el caso de la disciplina lírica —que es otro formato de danza que practico desde hace 6 años—, tras ver a la maestra Vanessa Sánchez en unos talleres en los que estaba mi hermana María Laura, pensé "Necesito saber qué se siente bailar esto también". Actualmente, tomo inspiración de todos los maestros con los que he podido ver clases y talleres —los cuales nombraré en las próximas preguntas—, así como también de bailaores famosos, como Belén López, Macarena Ramírez, Carmen Amaya, María Juncal, Alfonso Losa, "El Yiyo", Oscar Quero, y muchos otros grandes del flamenco.

Motivación: ¿por qué bailas?

Yo bailo porque sencillamente no sé cómo es vivir sin hacerlo, porque para mí es liberarse, superarse y a la vez conectarse con una energía más allá, es mi norte y lo que me hace realmente feliz, tanto así que mi lugar favorito es la academia. Yo elegí la danza como un estilo de vida y desde muy temprano lo tomé con la importancia y disciplina necesaria para poder vivir por y para ella.

¿Talleres, maestros?

He tenido el honor de tomar clases y talleres con maestros increíbles, las maestras que me formaron fueron: Fabianna Lange —y todo su staff de profesoras—, Nía Lange, Carla Fabiana Yanuzzi —uno de mis bastiones fundamentales, es inevitable no reconocerlo, de hecho, ella, Carla, me ayudó con la coreografía que me permitió alzarme con el primer lugar individual nacional—, Vanessa Sánchez, Macarena Gutiérrez y Yeinny González.
También he tomado talleres con grandes maestros y bailaores, como lo son: Siudy Garrido, Carmen Garza, María Corina Salcedo, Gaby Alfonzo, Carlos Mezza (El torbellino), Jhon Molina (El niño), Patricia "Pollo" García, Pedro Chacón (El colita), Daniel Riera —con quien he tomado talleres desde el 2015 y también ha sido una pieza importante en mi formación—, y recientemente tuve el honor de asistir a un taller con una maestra y bailaora extraordinaria traída directamente desde España y a la cual admiro desde hace años y es quien otorgó las becas para los ganadores del Premio Torbellino Flamenco: "La truco".

Eventos en los que has participado

He participado cada año en los eventos de las escuelas en las que he estado (Fabianna Lange Flamenco y Artes, Fuego Gitano, Clásico y Urbano y Mariale Sayegh Estudio de Danza); en tres ediciones del Premio Torbellino Flamenco (2015, 2016 y 2022); he asistido también a espectáculos de otras escuelas, agrupaciones y festivales a los cuales me han invitado. Sacando cuentas, he sido parte de más de 100 eventos a lo largo de mi carrera como bailarina —aunque creo que me quedo corta—. Ahora, a pesar de haber bailado en un gran número de eventos, hay una presentación en particular que recuerdo con mucho cariño y nostalgia, y esa fue: "Passio". Esta fue una propuesta representada por las escuelas Fuego Gitano y Clásico y Urbano, donde se fusionaron los dos géneros de danza que más me gustan: el flamenco y el lírico. Allí tuve la oportunidad de formar parte de los elencos de las disciplinas, junto a las alumnas avanzadas de ambas escuelas. Fuimos dirigidas por los maestros Carla Fabiana, Daniel Riera y Vanessa Sánchez —estos dos últimos, por cierto, fueron los protagonistas de esta obra de arte—.

Premios

Como mencioné anteriormente, he podido participar 3 veces en la gran fiesta flamenca de Venezuela: "El Premio Torbellino Flamenco", llevando con orgullo el nombre de mi escuela —y segunda casa—: Fuego Gitano. La primera vez participé siendo parte de un grupo exhibición en el 2015; la segunda, en el 2016, competí junto a mis compañeras como grupo Senior, y, siendo dirigidas por nuestra maestra Carla Fabiana Yanuzzi, ganamos el 1er lugar y un reconocimiento a la mejor propuesta coreográfica; y la tercera vez, este pasado 2022, competí como solista en la categoría Solista Adulto en Vivo —que es la máxima categoría de la competencia— y obtuve el 1er lugar.

Planes a futuro

Dentro de mis planes está seguir aprendiendo a través de talleres a nivel nacional e internacional, si Dios quiere. Además, pretendo seguir ganando más experiencia bailando en diferentes lugares y con otros bailaores talentosos de los que pueda aprender, así como también continuar entregando mis conocimientos y pasión por el flamenco a mis alumnas de Fuego Gitano.
Por supuesto, aquí también se incluye dentro del futuro más próximo el ir este octubre 2023 a Madrid, España, para cursar estudios en el Instituto Flamenco La Truco, gracias a la beca que obtuve por haber ganado El Premio Torbellino Flamenco. Para ello, estoy trabajando duro estos meses previos, entrenando fuerte en cada dinámica, así como también ahorrando lo más que pueda, pues sé que —si bien la subvención otorgada por el concurso es muy buena— hay otros gastos que debo solventar por mi propia cuenta. Esto me emociona mucho, aún recuerdo con nostalgia cuando años atrás, siendo una pichona en el oficio, fui a tierras españolas con mi familia y visité la Academia de Flamenco Amor de Dios. Ver sus instalaciones y a los bailaores, palmeros y músicos haciendo su magia me dejó anonadada, así que me dije: “Practicaré y mejoraré y volveré a este país y cumpliré mi sueño de estudiar aquí, en la raíz, en su matriz, esta danza que tanto amo”.

Una frase que te identifique

"Mi corazón no late, baila".

Unas palabras a los jóvenes que quieren entrar al mundo del flamenco

Particularmente, en esta época en donde el flamenco y otras danzas tradicionales no son lo que está más “de moda”, me llena enormemente ver cómo aún hay jóvenes que se inician en la disciplina y que le entregan su tiempo, amor y dedicación. A ellos quiero decirles que continúen estudiando y dando lo mejor de sí mismos, permítanse sentir cada detalle de este mundo en el que se están adentrando. El flamenco es un universo entero en el cual te vas descubriendo a ti mismo a medida que lo descubres a él. Es importante tener presente que esta danza ancestral es un ente vivo que interactúa con cada persona de maneras distintas, mientras uno va madurando en su vida personal, va descifrando y entendiendo la disciplina más adentro de forma individual… y tras hacer suyo el oficio, cada bailaor saca su yo dancístico. Se trata de un arte que ha trascendido a través de la historia y que prevalecerá siempre, no por nada es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Sigue triunfando, querida Lucía Margarita Delgado

Es motivo de orgullo guaiquerí ver cómo una hija de esta tierra se ha levantado tan dignamente para traernos tamañas preseas producto de su esfuerzo, constancia y disciplina. Eres, bailaora, una muestra inequívoca de la valía de la juventud neoespartana. Dios te bendiga, querida Lucía Margarita Delgado, ahora es que hay camino por recorrer. Vaya un abrazo grande al querido Marco Antonio, a María del Valle, a Lulú, a María Laura y a Riki y al resto de la familia. ¡Que siga la buena labor artística en nuestro lar!
Por cierto, no dejen de seguir a la bailaora de margarita en su Instagram: @Lu_bailaora




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