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Las ZEE a paso de morrocoy
La dimensión del proyecto pone en evidencia, entre otros factores, a la cobertura regional y sectorial, la carencia de una planificación debidamente articulada y por consiguiente, la factibilidad de su desarrollo
Jacinto Marín

30 Ago, 2023 | Es bastante difícil hacer un ejercicio mental para comprender y calibrar las verdaderas motivaciones que ha tenido el gobierno nacional para la creación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE). Lo primero que salta a la vista es la dimensión del proyecto, cuyo alcance comprende a varios de los sectores más importantes de la economía nacional y por vía de extensión a los estados de mayor potencial industrial en el país. Salvo las previsiones comprendidas tradicionalmente en los planes generales de la nación, pocas veces se ha visto algo similar en la historia de la economía venezolana. Además, el desarrollo de las ZEE comprende, en gran medida, a la región norte-costera del país, en la cual se han realizado cuantiosas inversiones en las cuatro décadas que van desde 1960 hasta el 2000, con mayor énfasis en el desarrollo manufacturero.
El ejercicio para comprender y calibrar la creación de las ZEE comienza el 30 de junio del año pasado cuando el presidente Nicolás Maduro anunció al país su disposición para crear cinco zonas especiales para el desarrollo económico regional mediante la aprobación de una ley orgánica por parte de la Asamblea Nacional, haciéndose efectiva su promulgación el 20 de julio de 2022, veinte días después del anuncio del presidente Maduro. Es a partir de allí cuando comienza a desarrollarse un conjunto de hechos relacionados sin que se hayan dado las explicaciones pertinentes, después de haberse creado muchas y justificadas expectativas por parte de la ciudadanía, respecto al alcance y complejidad de la ley orgánica.
El primer acontecimiento que resalta después de promulgada la Ley de las ZEE fue el prolongado silencio que mantuvo el gobierno para avanzar con los cinco proyectos de zonas económicas especiales aprobados legalmente, a tal punto que transcurrieron trece meses y unos días más sin que la ciudadanía haya recibido una explicación que justificara el silencio. La falta de información se interrumpió el 10 de agosto de 2023 cuando el Ejecutivo Nacional publicó en la Gaceta Oficial los decretos correspondientes para cuatro de las cinco regiones inicialmente previstas, así como la designación de autoridades para la Superintendencia respectiva.
Entretanto, varios diputados de la Asamblea Nacional y otros dirigentes del oficialismo solicitaron públicamente y en diferentes oportunidades la aceleración de tales instrumentos, con el agregado de otras voces de las regiones incluidas solicitando la prontitud del caso. Se agrega también la observación respecto a que en el lapso de los trece meses no se registraron cambios sustantivos que justificaran la espera, salvo la inesperada exclusión del estado Nueva Esparta en el conjunto inicialmente aprobado, cuya exclusión tampoco ha sido explicada públicamente, por lo menos hasta el momento en que escribo este artículo.
La dimensión del proyecto pone en evidencia, entre otros factores, a la cobertura regional y sectorial, la carencia de una planificación debidamente articulada y por consiguiente, la factibilidad de su desarrollo, incrementando así los riesgos de repetir experiencias altamente conocidas en el país en las dos décadas recientes. En este orden, llama la atención el hecho de que el gobierno haya descartado otras alternativas de existencia real para optar por la creación de las ZEE. La recuperación y transformación del Arco Minero del Orinoco, la reactivación de los 14 parques industriales ubicados en la geografía nacional, los correctivos que están pendientes en las empresas básicas de Guayana y el mejoramiento de los puertos libres de Nueva Esparta. Paraguaná y Santa Elena de Uairén son algunas de esas alternativas.
La sola lectura de los propósitos de las ZEE, contenidos en el artículo 6 de la Ley Orgánica, da una idea de la dimensión del optimismo en el logro de un desarrollo socioeconómico nacional y subregional, más aún cuando los antecedentes de planes similares puestos en marcha en los últimos veinte años evidencian el más rotundo fracaso.
Tales propósitos de las ZEE son: 1. Desarrollar un nuevo modelo productivo nacional, 2. Promover la actividad económica productiva nacional y extranjera en el territorio nacional. 3. Diversificar y aumentar las exportaciones. 4. Participar en las innovaciones, cadenas productivas y mercados internacionales. 5. Impulsar el desarrollo industrial de la Nación. 6. Promover la sustitución selectiva de importaciones. 7. Contribuir con la diversificación de la economía del país. 8. Garantizar la transferencia tecnológica. 9. Asegurar el aprovechamiento pleno de las ventajas comparativas. 10. Impulsar el desarrollo de ventajas competitivas. 11. Crear nuevas fuentes de trabajo. 12. Incrementar la generación de ingresos para su justa distribución en la Nación. 13. Velar por la sustentabilidad ambiental en los procesos productivos.
Adicionalmente, el optimismo contrasta con un entorno en el cual destacan: la desconfianza evidente entre potenciales inversionistas, la inseguridad jurídica para las nuevas inversiones y la carencia de recursos financieros para acometer las infraestructuras básicas por parte del gobierno nacional. El optimismo gubernamental llega a sus límites cuando el presidente Maduro anuncia de manera casi simultánea con la publicación de los cuatro decretos para el inicio de las ZEE y fuera de la Ley Orgánica respectiva, la creación de una zona especial más, esta vez comprendida en los cinco estados de oriente-sur, con una extensión de más de cinco millones de hectáreas para el desarrollo de la agricultura y la ganadería. Este anuncio estuvo precedido unos meses antes por otro similar, cuando Maduro declaró un convenio con el gobierno de Irán para el aprovechamiento de un millón de hectáreas.
Por ahora, tres preguntas quedan en el aire en espera de respuestas convincentes: ¿por qué el gobierno descartó la posibilidad de reactivar los parques industriales y sobreestimó a las ZEE? ¿Por qué el gobierno se tomó más de un año para crear las zonas específicas en las regiones? ¿Por qué no se ha dado una explicación respecto a la exclusión de Nueva Esparta en la creación de las ZEE? Al final de la tarde y ya dentro del ascensor el vecino me increpa y me dice: si para hacer cuatro decretos se tomaron tanto tiempo, ¿cuánto más necesitarán para ver los primeros logros de las ZEE?




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