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El CNE divide la oposición Definitivamente, la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral sirvió como detonante, para evidenciar las más profunda e insalvable ruptura afectiva que los afecta. José Gregorio Rodríguez R.
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31 Ago, 2023 | Desde que a mediados del mes de junio pasado renunciaron los rectores principales del Consejo Nacional Electoral (CNE), encabezados por su entonces presidente Pedro Calzadilla, y la Comisión Nacional de Primaria (CNdP) de la Plataforma Unitaria, decretó que el proceso de escogencia del candidato presidencial de ese sector de la oposición previsto para el 22 de octubre próximo, sería manual y autogestionado, se desataron los demonios al interior de esa alianza. Una vez más actuando como “el ombligo del mundo”, asumieron el episodio de la renuncia de los rectores del CNE, como si hubiera sido causado por su primaria, y se convirtió en un nuevo elemento de su ya inocultable “lucha interna”. Inmediatamente, salieron los precandidatos, María Corina Machado, Delsa Solorzano, Andrés Velásquez y Freddy Superlano, a celebrar que conjurado el riesgo de que las primarias fueran apoyadas por el Poder Electoral, serían del pueblo, de la sociedad civil, de los ciudadanos y no de un CNE al servicio de la “dictadura”. El 12 de julio se produjo el debate de los precandidatos en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas, en un evento que contó con la más amplia difusión y cobertura de los medios de comunicación, oportunidad en la que casi todos los participantes en la fulana primaria hablaron sobre cualquier cantidad de asuntos intrascendentes, alejados de la formulación de propuestas para la solución de los más urgentes problemas de los venezolanos. Luego, el 4 de agosto, los 13 aspirantes que participarán en la primaria de la PU, firmaron una “hoja de ruta” que orientará las acciones de quien resulte ganador, en el cual manifestaron retóricamente su “reconocimiento de la diversidad de intereses dentro de una sociedad pluralista bajo el amparo de un estado de derecho democrático y social, respetando la Constitución como marco y la reinstitucionalización del poder público. La afirmación de la primacía de los DDHH con el propósito de restitución de garantías constitucionales; liberación de presos políticos con restablecimiento del orden público en favor de la vida, bienes y derechos de los ciudadanos dentro y fuera del territorio nacional”, pero en ninguna parte se abordaron los dos temas principales de “su realpolitik” de estos tiempos, como lo son, en lo económico, el tema de las sanciones, y en lo político, el asunto de la imposibilidad de postularse como candidatos presidenciales los aspirantes que se encuentran inhabilitados. Así llegamos al 24 de agosto, fecha en la cual la Asamblea Nacional, en uso de sus atribuciones constitucionales, designó los nuevos rectores del CNE, y nuevamente, los detractores permanentes del Poder Electoral, embistieron “lanza en ristre” contra los designados, a quienes comenzaron a satanizar para descalificarlos ante la opinión pública. Nuevamente, los más radicales detractores de los integrantes del nuevo CNE, fueron los precandidatos; Machado, Solorzano, Velásquez y Superlano, a quienes se sumaron el dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, junto con los más connotados representantes del exilio dorado opositor. Una vez más, como evocando tiempos de zozobra y violencia callejera, profundizaron su predica de todos los tiempos contra el CNE y ratificaron su decisión de que lucharán “hasta el final”, para imponer “con la fuerza del pueblo en la calle”, la inscripción de cualquier candidato (a) presidencial, por muy inhabilitado que se encuentre. Mientras tanto, los más centrados dirigentes de esa parte de la oposición labran acuerdos, como el apoyo del gobernador del Zulia, Manuel Rosales, a la aspiración de Henrique Capriles, y el anuncio de que la dirección política de la PU, por fin discutirá el tema de los inhabilitados. Como en el himno de la Federación, “el cielo encapotado anuncia tempestad” por los lados del campo de la PU, y aun cuando todavía no tenemos certeza si la furia de la lluvia y los vientos devastará completamente los caminos de la primaria, estamos convencidos que a estas alturas parece muy difícil que consigan siquiera una candidatura unitaria, por que la única no está en el “presupuesto” de ninguno de los actores del amplio y diverso espectro opositor venezolano. Definitivamente, la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral sirvió como detonante, para evidenciar las más profunda e insalvable ruptura afectiva que los afecta. Mientras tanto, sigue avanzando lento pero seguro, un proceso de separación político-organizativo que parece irreversible, que seguramente dará al traste con el experimento unitario.
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