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Sobre el asonantamiento en las décimas espinelas y el porqué debe usarse con moderación Aunque Espinel no redactó una guía de cómo escribir estas formas poéticas —de hecho, ni siquiera pidió que llevaran su nombre ni que llegarían a ser tan famosas—, sí que dejó las muestras evidentes de cómo hacerlo. Juan Ortiz
Vicente Espinel. / Foto: CORTESÍA 7 Sep, 2023 | A lo largo de sus 600 años de historia —pocos menos, pocos más—, la décima ha cautivado a millones de poetas de las distintas lenguas romances. Y de entre todas las variantes existentes, la espinela, sin dudas, es la de uso más extendido entre los hablantes del castellano. Ya saben, la forma: abbaaccddc. Ahora, si bien no hay un número exacto que pueda exponerse sobre cuántos juglares contemporáneos usan esta forma, algo muy certero sí puede decirse: muchos de ellos —creyendo ejecutar de manera correcta la estructura planteada por Espinel— caen en el abuso del asonantamiento; incluso, se puede decir que comenten un error que excluye a su creación de ser una espinela. ¿Qué es el asonantamiento? En la teoría básica de la poesía tenemos dos tipos de rimas: consonantes —donde tanto vocales como consonantes deben coincidir luego de la sílaba tónica ("rata" [ata] con "mata" [ata], por ejemplo)— y asonantes —donde solo importa que coincidan las vocales luego de la mayor entonación de las palabras usadas para el fin poético ("rito" [io] con "dijo" [io], por ejemplo)—. Teniendo claras las nociones básicas, procedo a conceptualizar el término que nos ha traído hasta aquí. Se llama asonantamiento a la inclusión de rimas asonantes implícitas dentro de una estructura que comúnmente pide rimas consonantes diferentes. Ejemplo de asonantamiento Para dejar más clara la noción sobre el asonantamiento usaré una décima que escribí al maestro Lauro hace unos años cuando empezaba en este fascinante mundo de la espinela. "¿Qué sería de la guitarra Aunque desde el punto de vista consonante la estrofa cumple con la distribución que exige la espinela (abbaaccddc), estoy asonantando. Esto puede evidenciarse en los versos 2, 3, 6, 7 y 10 (bb y ccc, respectivamente). Allí, si bien “Andreina” rima con “alejandrina”, y “melodía” rima con “día” y “alegría” de manera consonante perfecta, estas palabras riman entre sí de manera asonante. Aquí puede verse más claro al ver solo las coincidencias de las vocales: - Andreína: i-a Por ende, aunque consonantemente la décima rima abbaaccddc, asonantemente rima abbaabbccb. ¿Las décimas asonantadas son espinelas? Bueno, esta respuesta presenta cierta ambigüedad que será respondida en las conclusiones. Si bien Espinel no dejó por escrito un manual donde enseñara como escribir esta estructura, sí que dejó ejemplos claros de cómo hacerlas, específicamente 10 de ellos. Ni más, ni menos. Tras analizar este legado, daré las contestaciones pertinentes. Y sí, Vicente de Ronda escribió (según los registros) únicamente diez décimas con esta estructura. Solo eso le bastó para inmortalizarse en el mundo de la poética hispana, para que el Fénix de los ingenios tomase su estrofa como una de sus preferidas y dijese luego: “… Llámefe Efpinela, por haber fido fu inventor Don Vicente Efpinel”. Esto puede leerse en el «Diccionario de la lengua española», Volumen 3, página 606. ¿En dónde aparecen esas décimas de espinel?, pues, ocho de ellas en su libro «Diversas Rimas» (Málaga 1591) y las otras dos restantes están en el preámbulo al libro de Gonzalo de Céspedes y Meneses «Poema trágico del español Gerardo» (Madrid 1615). Ahora, claro que pudo escribir muchas más, pero estas son las únicas que se adjudican desde el punto de vista histórico. Aquí están las 10 décimas escritas por Espinel Las dos dedicadas «A don Gonzalo de Céspedes y Meneses» I “Si puede haber males justos, II “En los profundos abismos Las ocho espinelas de Diversas Rimas Estas llevan el título de “redondillas”. Dichos poemas constituyen el número 61 de entre las 86 composiciones o “rimas” que Espinel incluyó en tan importante obra. I “No hay bien que del mal me guarde, II “Ya esta suerte, que empeora, III “Suele decirme la gente, IV “Si me os nombran, o si os nombro V “A vos presentar os quiero VI “Sola esta satisfación VII “Esto da fuerza a mi fe VIII “El pensamiento cansado Análisis las décimas dejadas por Espinel y conclusiones al respecto Tras leer estas 10 muestras y hacer el respectivo análisis métrico y de rima, se puede observar que solo una décima presenta asonantamiento. Me refiero, específicamente, a la estrofa número V del libro o «Diversas rimas» (Málaga 1591) y que reza así: “A vos presentar os quiero Si la examinamos desde el punto de vista del asonantamiento, la rima es la siguiente: abbaaccaac. Por lo que los versos 1, 4, 5, 8 y 9 riman de forma asonante entre sí. Aquí les dejo las palabras respectivas con sus terminaciones para que lo comprueben: -“quiero”: e-o Conclusiones Reitero: aunque Espinel no redactó una guía de cómo escribir estas formas poéticas —de hecho, ni siquiera pidió que llevaran su nombre ni que llegarían a ser tan famosas—, sí que dejó las muestras evidentes de cómo hacerlo. Las presentes aseveraciones vienen del análisis de las pruebas y de la aplicación de la lógica, pero, igualmente hay cabida a otras opiniones y aportes. A continuación, mis conjeturas al respecto: -Si de entre las 10 únicas muestras poéticas dejadas por Espinel sobre la décima una sola presenta asonantamiento (solo el 10%, si hablamos estadísticamente), entonces debe usarse este recurso con sumo recato, no abusar de ello; -Los asonantamientos no se tocan entre sí, es decir: no se presentan en rimas continuas, sino en grupos separados dentro de la estructura original planteada (abbaaccddc). Por ende, podrían plantearse asonantamientos como: abbaabbccb, abbaaccaac (la planteada por Espinel), abbaaccbbc; -Con base en el mismo planteamiento anterior, y sustentado en las pruebas dejadas por Espinel, no entrarían dentro del formato de las espinelas las siguientes asonancias: aaaaabbbbb, abbaaaaccaa, abbaaccccc. ¿Por qué?, simple: porque las rimas asonantes se tocan entre sí y denotan un pobre manejo del lenguaje, lo que afecta directamente la expresión poética. Un ejemplo de la primera pudiera ser (ojo, esto es hecho solo para dar una muestra): “Él canta de corazón, Como puede verse, si bien cumple lo que se pide consonantemente (abbaa), presenta rima asonante también (aaaaa). Completen la estrofa y cántenlo para que vean que algo no suena bien. Y, bueno, no en vano, el mismo inventor no usó esas combinaciones. En este punto es necesario que traiga a la palestra a quien me abrió los ojos en torno a este concepto que desconocía y en el cual estaba cayendo: Ángel Marino Ramírez, el Estudiante de Oriente. Él, muy amablemente, luego de leer algunas de mis estrofas, me hizo la acotación. Esto, por su parte, lo aprendió él tras sus conversaciones con reconocidos maestros cubanos de la décima. Si se dan un paseo por las creaciones de los grandes decimistas latinoamericanos (incluyendo nuestros baluartes margariteños) notarán que se evita el asonantamiento. Esto denota elegancia en la composición poética, además de un buen manejo del idioma. Yo, particularmente, le agradezco mucho al Estudiante de Oriente por instruirme al respecto, puesto que su aporte me ha permitido enriquecer enormemente mi poesía en rima, obligándome a buscar más recursos que doten de contenido y expresividad a las estrofas y sus versos.
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