7 Sep, 2023 | Pero, ¿qué esperan los padres para actuar? Lo mínimo que deberían hacer es retirar a sus hijos de las escuelas y colegios donde buscan invertir los sexos y pervertir las almas. Es preferible un iletrado bueno, honesto y correcto, como lo fueron nuestros abuelos, que un detestable letrado pisaverde de papeles invertidos. Un corazón noble vale mucho más que un cerebro repleto de petulancia.

Si. Repito lo que anote en artículo anterior, pero esta vez respecto al adoctrinamiento en la perversión de los sexos, que se está llevando a efecto en los centros escolares de la Argentina.

Es algo sencillamente increíble. Absurdo y abominable al mismo tiempo. Y lo da a conocer una dama sumamente angustiada y llorosa, como se observa en un video que llego a mis manos, pero que no puedo difundir porque me lo impide la mordaza amenazante de los todopoderosos de las llamadas redes sociales, que imperan en el mundo de la alcahuetería desvergonzada y del mutuo acobijamiento criminal.

Porque es desvergonzado y criminal que, como lo revelan algunas maestras forzadas a esa labor diabólica, se den a los niños lecciones retorcidas y despreciables, mediante frases subliminales y dibujos obscenos, para incitarlos a la homosexualidad e impulsarlos a "sentirse así", tal como lo testifica una maestra de segundo grado.

Otro caso, lo que afirma el padre de uno de los niños: su hijo, de 2o grado, llevó a casa "un dibujo horrible", indigno de describirse, que la maestra le mostraba mientras le hacía sentir frases de complacencia.

Niñas que al ser examinadas por especialistas, presentaron serias afecciones de los genitales debido a los "artificios" utilizados por la maestra para violarlas.

En la Provincia de Buenos Aires, a los de siete años la maestra les lee "Gonzalito",

libro de cuentos de niños homosexuales oficializado por el Ministerio de Educación, que la docente corrupta conserva bajo llave en la gaveta de su escritorio, como collar de gemas.

Y ¿para qué seguir si con estos ejemplos basta para que los padres, (si es que de verdad aman a los hijos), comprendan el gravísimo peligro que corren y que les desgraciará toda la vida?

Se trata de un serísimo problema que afecta a todos los países, tanto, que originalmente arrancó de la ONU, y del cual no puede escapar Venezuela a menos que los padres hagan respetar debidamente la dignidad humana de los niños.

Mi pregunta es la de siempre: ¿hasta cuándo siguen confiando los padres en un Estado de Derecho débil, falso, obtuso, manejable y complaciente, que rechaza la Ley Moral?

LA DEJADEZ SE PAGA CARA. Lo lamentable es que la paguen los niños con padres ciegos, indolentes y torpes.

Pero, ¿qué esperan los padres para actuar? Con simples comentarios en voz baja, lo feo se pone cada vez más horrible día tras día.