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Fracasó plebiscito contra Gustavo Petro Como reseña la BBC de Londres, “Petro ha recibido un llamado de atención de los colombianos, aunque mantiene entre un 30% y un 40% de aprobación en las encuestas”. José Gregorio Rodríguez R
jotaerre577@gmail.com
2 Nov, 2023 | La República de Colombia quizá sea el único país del mundo donde en las elecciones regionales y municipales, la participación ciudadana es superior a las elecciones presidenciales. En nuestro país, por el contrario, desde que se separaron las elecciones municipales y regionales de las nacionales, el número de electores participantes siempre ha sido inferior en las elecciones locales. El pasado domingo 29 de octubre en Colombia no fue diferente, para elegir 32 gobernadores y 1.102 alcaldes; 23 millones 38 mil votantes (59.21%) de los colombianos votaron en estos comicios, lo cual significa cerca de 5 puntos porcentuales, es decir, casi dos millones de electores más que en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2022 en la que participaron 21 millones 442 mil 300 electores (54,98%). Cerca de un millón de votos adicionales en comparación con los que sufragaron en la segunda vuelta presidencial del mes de junio del año pasado 22.687.910 votantes (58.17%), cuando resultó electo el actual presidente, Gustavo Petro. Estos datos revelan, entre otras cosas, la capacidad de movilización de las maquinarias de los partidos y de los grupos empresariales locales, que en algunas regiones actúan como “clanes” políticos y comprueban, el comportamiento “autónomo” de las elecciones regionales y locales respecto de las nacionales, solo comparables con ellas mismas y estrechamente vinculadas a la implantación de las estructuras de las organizaciones sociales, fundamentalmente políticas y económicas en el territorio. Por eso nos atrevemos a afirmar que el resultado de las elecciones regionales en Colombia, no significan una derrota del presidente Petro, entre otras cosas porque ningún partido ni grupo de opinión pudo, ni tuvo la capacidad de promoverlas, y mucho menos convertirlas en un plebiscito contra el mandato presidencial, más allá de las intenciones de algún conglomerado mediático. Lo que sí es verdad, es que el presidente Petro retrocedió en Bogotá, su principal “bastión” político-electoral, donde su candidato, Gustavo Bolívar, llegó de tercero. En la capital se impuso, en su tercer intento, Carlos Fernando Galán, hijo del asesinado fundador del Nuevo Liberalismo, Juan Carlos Galán. Como reseña la BBC de Londres, “Petro ha recibido un llamado de atención de los colombianos, aunque mantiene entre un 30% y un 40% de aprobación en las encuestas”. En esta oportunidad el Pacto Histórico (coalición de partidos) de Gustavo Petro, aún cuando participó con “candidato unitario” en sólo 5 de las 32 gobernaciones en disputa, obtuvo 2 victorias. El Partido Conservador, que alcanzó una gobernación en 2019, ahora no consigue ninguna. El Partido Liberal pasa de dos gobernaciones a tres, el partido de la U (del presidente Santos), que gobernaba en un departamento, ahora no obtuvo ninguna victoria regional y, el Centro Democrático (el partido de Uribe) obtiene solo dos gobernaciones de las 32 que estaban en disputa. Se registró un retroceso general de los partidos tradicionales que copaban el panorama electoral colombiano hasta hace una década, mientras que el Pacto Histórico, aunque todavía “tímidamente”, aparece en la escena política regional y se empieza a consolidar como una organización política nacional. Al comparar “en frío” los resultados de las elecciones regionales de 2019 con los del pasado 29 de octubre, se evidencia el retroceso de los partidos tradicionales en la política colombiana, pero no emerge nítidamente, ninguna fuerza en particular que ocupe los espacios dejados por la “vieja política”. Un dato curioso de estas elecciones regionales y locales en Colombia del pasado domingo, es la elección de Federico Gutiérrez como alcalde de Medellín, capital del departamento de Antioquia, feudo político del ex presidente Álvaro Uribe Vélez. “Fico”, como se le conoce al alcalde electo, viene de ser candidato presidencial del “Uribismo” en el 2022, y quedó desplazado al tercer lugar por Rodolfo Hernández, un empresario que emergió como outsider con una coalición denominada, “Liga de Gobernantes Anticorrupción”. Como refiere el analista político español, Sergio Pascual, experto observador de las elecciones colombianas desde 2018, al analizar los resultados del pasado 29 de octubre: “Lejos de lo que intentan las cabeceras de la derecha colombiana en términos prácticos, hoy Gustavo Petro, sale relativamente airoso de estas elecciones regionales. Paradójicamente lo logra cabalgando una debilidad, la frágil identificación de su figura con el Pacto Histórico. Efectivamente, los partidos que hoy día forman parte del gobierno de Gustavo Petro -particularmente el Verde y el Partido Liberal- han tenido un resultado relativamente sólido dada la heterogénea complejidad de las elecciones locales en Colombia. La dificultad para el presidente no va a estar por tanto en una oposición crecida por un gran resultado electoral sino en la renovada fuerza lograda por sus socios de gobierno que a partir de ahora serán a buen seguro mucho más exigentes en sus demandas. Para la amalgama de partidos de izquierda colombiana situados bajo el paraguas del Pacto Histórico estas elecciones dejan al menos tres enseñanzas: 1) es suicida que quienes fueron a las elecciones presidenciales bajo el mismo paraguas electoral ahora se presenten con hasta 4 candidatos para un mismo cargo. Mientras la izquierda no sea capaz de dirimir sus diferencias democráticamente en el seno de una casa común está condenada a fracasar en las elecciones locales y regionales. 2) Las victorias electorales locales requieren implantación territorial, no se logran con la fuerza del carisma de un dirigente histórico. Es imprescindible una apuesta a largo plazo por liderazgos locales y por un trabajo de unidad paciente y apegado al territorio si se aspira a un 2027 mejor que este 2023 y 3) los electorados de opinión no están consolidados, la elección de los candidatos, particularmente en las grandes ciudades, importa”. La atomización de la política colombiana es de tal magnitud, que no es fácil en las primeras de cambio, hacer una lectura completa de los resultados del 29OCT23, los cuales muestran que al menos 30 organizaciones partidistas están en capacidad de competir con posibilidades de éxito, en las elecciones para gobernaciones y alcaldías. Lo que sí es verdad es que a pesar de todo lo que pronosticaron sus principales detractores, el presidente Gustavo Petro no salió debilitado de este proceso, y su organización, el Pacto Histórico, aunque salió algo fortalecida de la prueba, pudo alcanzar muchas más victorias, si hubiera preservado la unidad. Definitivamente, fracasó rotundamente el intento de la oposición política y mediática colombiana de convertir las elecciones del pasado 29 de octubre, en un plebiscito contra el presidente Gustavo Petro.
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