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6 de diciembre de 2024





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¡Gracias, María Corina!
Acabo de leer un mensaje que me llega muy a propósito para terminar este artículo. Dice así: La esperanza es desear que algo suceda. La fe es creer que va a suceder. Y la valentía es hacer que suceda.
Carolina Jaimes Branger @cjaimesb

28 Jul, 2024 | Escribo este artículo el jueves 25 de julio, de manera que no tengo forma de saber cómo amanece Venezuela hoy lunes. Pero independientemente de ello, siento que le debo un enorme agradecimiento a María Corina Machado por su valentía y determinación en la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela. En medio de un panorama político marcado por la represión y la opresión, su figura se fue creciendo hasta hacerse inmensa, necesaria, esperanzadora.

Las manifestaciones de calle han sido algo nunca visto en Venezuela, ni siquiera con un líder popular y populista como fue Hugo Chávez. La gente la quiere, la admira y mucho más importante, confía en ella porque ha traído de vuelta algo que los venezolanos habíamos perdido hace años: la ilusión.

Conozco a María Corina desde hace muchos años, incluso antes de que estuviera en Súmate. En aquellos momentos de El Firmazo la vi tan inteligente, tan íntegra, tan capaz, que creo que fui una de las primeras personas en sugerirle que podía llegar a presidir la república. Estuve luego en desacuerdo con ella cuando llamó a la abstención en 2005, pero en las primarias de 2012 le di mi voto.

Después vino La Salida, y sus dos nuevos llamados a la abstención con los que no estuve de acuerdo y por eso no voté por ella en estas primarias recientes. Pero al ganar la primaria hice lo que hice en 2013: participar activamente en la campaña de quien las había ganado, Henrique Capriles. Esta vez hice campaña por ella y por Edmundo. La vi crecerse como líder, tomar por fin la ruta electoral, ya convencida de que la abstención no deslegitima gobierno alguno. Pero lo que vino después ha sido un tsunami...

María Corina Machado ha sido una líder opositora incansable, que desafió al régimen de Chávez primero y al de Nicolás Maduro después con coraje y convicción, convirtiéndose en un símbolo de resistencia para la gran mayoría de los venezolanos que clamamos por un cambio. Ha enfrentado amenazas, persecución y difamación por parte del régimen, pero nunca ha claudicado en su lucha. Muchos pensaron que no iba a ceder su puesto, tal vez por el lema “hasta el final”, pero tuvo la gallardía y, sobre todo, la humildad, de dárselo primero a Corina Yoris y después, a Edmundo González. Eso la hizo crecer ante los ojos de quienes no se imaginaban ese escenario y puso a temblar a quienes esperaban que se quedaría estancada ahí esperando su habilitación. Ella supo poner los intereses del país por delante de sus ambiciones personales y eso es admirable.

Su voz se ha convertido en un faro de esperanza para aquellos que buscan que el país tome otro rumbo y para quienes sueñan con regresar a Venezuela. También ha inspirado a miles de personas a no tener miedo de alzar la voz contra la dictadura y la corrupción. Su tesón es un ejemplo.

El régimen le ha puesto toda clase de trabas. Y ha ido sorteando una a una, manteniéndose firme en su compromiso con la democracia y la libertad, demostrando que su cruzada por un país más justo y próspero vale la pena. En medio de la oscuridad y la represión, María Corina Machado se ha convertido en una luz para muchos venezolanos en la lucha contra la tiranía.

Su sacrificio y su dedicación en la defensa de los derechos humanos y la democracia en Venezuela merecen todo nuestro reconocimiento. En este momento crucial para nuestro país, le agradezco a María Corina y a otros líderes como ella, su valor y compromiso, que quedarán como un ejemplo para todos los que luchan en el mundo por un país libre y democrático. Su legado perdurará no sólo en la memoria, sino en los corazones de todos aquellos que anhelamos un futuro mejor para Venezuela.

Acabo de leer un mensaje que me llega muy a propósito para terminar este artículo. Dice así: La esperanza es desear que algo suceda. La fe es creer que va a suceder. Y la valentía es hacer que suceda. ¡Gracias María Corina por tu valentía! ¡Gracias por tu inquebrantable compromiso con y por la libertad y la justicia en Venezuela! ¡Espero verte en el futuro próximo convertida en presidente de nuestra república!




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