31 Ene, 2025 | Los jefes de los partidos de la Plataforma Unitaria (PU) parecen estar bajo trance en manos de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia (EGU). Si no salen de él, habrán caído por inocentes, en una impecable operación de destrucción de las organizaciones partidistas de la mencionada PU. Hablamos de la facción de Acción Democrática que lidera Henry Ramos Allup; lo que fue Primero Justicia, que gobierna desde el exilio Julio Borges y Juan Pablo Guanipa; Voluntad Popular, de Leopoldo López, Juan Guaidó, Carlos Vecchio y David Smolansky; y Un Nuevo Tiempo, de Manuel Rosales.
La operación de destrucción política comenzó desde el momento en que permitieron que, sin formar parte de esa alianza, Machado impusiera las condiciones de la realización de la primaria para escoger el candidato presidencial. Eso a pesar de que tenía años solo manteniendo una postura abstencionista, y de descrédito y satanización de esos partidos y sus principales dirigentes.
Envolvió de tal forma a una dirección partidista que se suponía infinitamente más experimentada en el oficio, y logró que nunca se discutiera la previsión para decidir un candidato en el caso, seguro, por cierto, de que la primaria eligiera un inhabilitado, como finalmente sucedió el 22 de octubre 2023.
Logró imponer una narrativa voluntarista y discurso potable para una ciudadanía cansada del reiterado fracaso de una dirección partidista que los había conducido de “derrota en derrota” durante los últimos cinco lustros, excepción hecha de las elecciones parlamentarias de diciembre 2015.
Se presentó como si acabara de llegar a la política, ocultando que es responsable de todos los errores cometidos por la oposición a en estos años. Logró, con habilidad, inteligencia y complicidad por omisión de sus víctimas, deslindarse de ellos y acusar a quienes habían sido sus socios hasta hace poco, de ser los responsables del reiterado fracaso.
La verdad voy a obviar unos cuantos episodios de esta trama. La señora Machado nunca se planteó desplazar al chavismo por la vía electoral, porque no comparte las sutilezas de la política y se afianza más bien en la destrucción del adversario para imponer su ideario. De eso se trató siempre y de eso se trata todavía.
Ella necesitaba la legitimidad de una contundente victoria porcentual en el proceso de primaria. A partir de ahí les fue imponiendo su particular manera de realizar la elección, para que el resultado no fuera auditable, independientemente del número efectivo de personas que participaran en la consulta. Así debía alzarse con el liderazgo del sector que tenía tarjetas partidistas ante el CNE, porque Vente nunca logró reunir los recaudos completos para su registro en el CNE. Los votos y las actas, fueron incinerados por “razones de seguridad”. La de MCM, por supuesto.
No olvidemos que Machado, con auxilio de la tecnología de punta de su dedo, ungió a la señora Corina Yoris como su sustituta, pero la rechazó el CNE. Al final del último día hábil para postular, Un Nuevo Tiempo (UNT), y Fuerza Vecinal (FV), inscribieron a Manuel Rosales para no quedar por fuera de la contienda presidencial, desatando la ira de la dama. Ella ordenó una de las más despiadadas y desconsideradas campañas de satanización, desprestigio y ridiculización en contra del gobernador del Zulia, extensiva a sus familiares, colaboradores políticos y amigos más cercanos.
Ahora está a punto de suceder lo mismo del 2005, 2018 y 2020. MCM, anunció el 19E25, su decisión de no participar en las elecciones previstas para 2025 (AN, gobernaciones, legisladores regionales, alcaldes y concejales). Según ella, hasta que no se asuma su idea del 28J, la oposición debe entrar en un estado cataléptico. Con tono bíblico, afirma: “Para los aliados internacionales: los venezolanos decidimos ser libres; el momento de actuar es ya, para el régimen: entiendan de una vez por todas que Venezuela no es gobernable en dictadura. Quienes quieren estar con los dos lados, la historia será implacable con la traición. Quién no es parte de la solución, es parte del problema (…) Es la hora de mantener el foco”. Además, insistió en llamar a los militares y las fuerzas policiales a desconocer la autoridad de su Comandante en Jefe, Nicolás Maduro.
Por su parte, el ex candidato González continuó con su periplo internacional, fue a la investidura presidencial de Donald Trump y la miró por TV desde un cuarto contiguo, acompañando a su amigo el senador Scott, quien carga a EGU como el bacalao de la emulsión venezolana que lleva su apellido.
Convocó y después suspendió un acto en Miami, alega razones de agenda y viaja por Latinoamérica para reunirse con los presidentes Daniel Noboa, de Ecuador y Dina Boluarte, de Perú.
La demolición emprendida por MCM sigue y expulsan del grupo de Ramos Allup al gobernador de Barinas, Sergio Garrido. Mientras, Manuel Rosales anunció la candidatura a la gobernación del Zulia, y su participación en todos los comicios a celebrarse este año en Venezuela.
Se materializa la división de la PU y basta ahora saber quiénes impondrán su línea, los abstencionistas de MCM, o los que sigan el ejemplo de UNT.
Los principales socios de Machado siguen siendo los promotores de la violencia callejera de 2014 y 2017, Leopoldo López; Juan Guaidó; Julio Borges y Carlos Vecchio, entre otros que viven de los dineros públicos congelados por el gobierno de los EEUU en bancos de ese país, de Citgo, Monómeros, y el oro en custodia en la banca londinense.