4 Feb, 2025 |Pedro (Perucho) Aguirre (La Asunción, 10 Febrero 1940). Docente de profesión. Músico, compositor, intérprete. Escritor y poeta. Fundador, colaborador y columnista de revistas y periódicos de la región oriental. Estudioso de la cultura popular venezolana. Representa en la actualidad uno de los ya escasos sobrevivientes de las más recientes luchas patrióticas que protagonizamos en la Cuarta República por la defensa de la integridad de la cultura ancestral margariteña, porque él y su conjunto musical “Collar de Perlas”, una de las más trascendentales creaciones producto de su audaz ingenio, en la actualidad y a pesar del tiempo transcurrido, se mantienen fieles a la razón y justificación de su existencia y al valor que se le debe reconocer al canto popular como intérprete y denunciante de nuestra contradictoria realidad. Me resulta doloroso dejarlo escrito, pero de aquel hermoso y heroico movimiento cultural que logró estremecernos en lo más profundo de nuestros sentimientos e identidades, la gran mayoría prefirió después arriar las banderas, entregar las armas del argumento, claudicar en el empeño, traicionar de mil formas y maneras el cultivo de una esperanza, al diseño de un presente y futuro distinto, digno, como bien se lo merece por mil razones el pueblo margariteño.
En aquellos años de la década del 70 del siglo pasado, nosotros insurgimos porque avizoramos, desde momentos tempranos, que el sistema comercial que empezaba a implantarse en nuestra región -a pesar de sus optimistas anuncios- no era más que un fraude cometido por gobiernos serviles a intereses transnacionales, en alianza con sectores económicos oligárquicos, contra las justas aspiraciones de progreso de nuestras colectividades, un engaño a sus reclamos que empezaron a manifestarse a través de dos proyectos desnacionalizadores: la Zona Franca y el Puerto Libre.
Quienes optaron por naufragar en este fraudulento proyecto de desarrollo, prefirieron morir intoxicados en un océano de licores, perforar sus pulmones y sus cerebros con cigarrillos, tabacos y demás hierbas, subastar nuestra tierra al mejor postor, negociar hasta los valores y principios, enriquecerse sin derramar una gota de sudor, antes que hacer causa común con nuestro pueblo heroico, humilde, sencillo, laborioso, ejemplar.
Nosotros optamos entonces por la alternativa más difícil y nos dedicamos a sembrar la semilla esperanzadora. En ese afán crecimos, nos desarrollamos, pero bien pronto tocamos techo y todo se derrumbó. Basta recorrer las calles de Porlamar, a manera de ejemplo, para constatar lo que decimos: Aquello no es más que una ciudad fantasma, sin alma, sin personalidad, muda, ausente, pretendiendo vanamente ocultar su vergüenza al paso del transeúnte.
Pero habrá que insistir, acordamos. Perucho continuó con su música, llenando el espíritu de su pueblo con las melodías que ha necesitado para mantener un hilo de vida ante la amenaza de la muerte, que deberemos detener a como dé lugar. Cuando, varios años después, me correspondió dar una interpretación institucional a su obra y trayectoria ejemplar y ejemplarizante, así lo hicimos: Perucho Aguirre y su Collar de Perlas fueron declarados por la Casa de la Diversidad Cultural de Nueva Esparta, “Símbolo de la Resistencia Cultural del Pueblo Neoespartano”, conceptualmente más claro, fidedigno y justo.
Desde la hermana tierra peruana saludamos a Perucho Aguirre y a su grupo musical “Collar de Perlas”. El movimiento cultural neoespartano debe asumir como un deber patriótico la celebración de este máximo reconocimiento que otorga el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, por primera vez, a un genuino valor de la Margarita profunda. El momento ideal para hacerlo deberá ser el 10 de febrero, día del 85° aniversario de su nacimiento en La Asunción. ¡Salud, Perucho!
Nuevo Chimbote, Perú, 30 de enero 2025.