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«Perucho Aguirre, un icono de la resistencia cultural del pueblo margariteño», por Elizabeth Duque Se trata de un denso trabajo investigativo realizado por mi estimada colega Elizabeth Duque, quien, muy amablemente, accedió a que se publicara su material a manera de homenaje a este insigne cultor. Juan Ortiz
![]() Elizabeth Duque / Foto: Cortesía 20 Feb, 2025 | La semana pasada, la comunidad neoespartana se vistió de júbilo celebrando los 85 años del maestro Perucho Aguirre. En vista de tan importante evento, hoy comparto por este espacio «Transeúnte» un material biográfico que considero de gran peso e importancia sobre esta noble figura del quehacer cultural neoespartano. Se trata de un denso trabajo investigativo realizado por mi estimada colega Elizabeth Duque, quien, muy amablemente, accedió a que se publicara su material a manera de homenaje a este insigne cultor. Un poco sobre la vida de la docente investigadora Elizabeth Duque Elizabeth Duque nació el 29 de junio de 1988 en Caracas, Venezuela. Sus padres son Luis Duque Moncada —nativo del estado Táchira— y Vicentica Salazar —oriunda de Nueva Esparta—. Su infancia transcurrió feliz entre viajes y gratos momentos familiares entre la capital, las tierras andinas y la Isla de Margarita. Primera etapa de estudios Cursó educación inicial en el Jardín de Infancia CNEL José Luis Betancourt, ubicado en Caracas. A la edad de 6 años viajó a Cordero, estado Táchira, donde sus padres decidieron establecerse. Realizó sus estudios primarios hasta Cuarto Grado en la Unidad Educativa Colegio Franciscano María Auxiliadora. Lo que se hereda no se hurta: la nieta de José Jesús Salazar Posteriormente, a la edad de 10 años, se mudó a la Isla de Margarita, estado Nueva Esparta, específicamente a Santa Ana del Norte, lugar en el cual residían sus raíces maternas. Su abuelo, el insigne maestro José Jesús Salazar, fue quién le inculcó el amor por la educación y la literatura. Educación diversificada y universitaria Luego de pasar un tiempo con sus abuelos, sus padres decidieron mudarse a la ciudad de Juan Griego, donde Elizabeth culminó sus estudios primarios y secundarios. En esta etapa, Duque destacó a nivel académico. Era común verla participar activamente en concursos como Reto al Conocimiento y Brigadas de Salud. Finalmente, obtuvo su título de Bachiller en Ciencias en 2006. Su amor por la academia no terminó allí. Apenas terminó su educación media, continuó sus estudios en la Universidad de Oriente, núcleo Nueva Esparta (UDONE). La notable influencia de su abuelo la orilló a la docencia y las letras, de allí que años más tarde, sin perder ni un semestre, se graduó como Licenciada de Educación Integral Mención Lengua y Literatura en 2012. En la mencionada casa de estudios, participó en diversidad de talleres y cursos como: jornadas Internacionales; Cultura Investigativa, ética, complejidad y actitud ante la investigación”. Una docente con 10 años de trayectoria y amor por el oficio Hoy en día, ejerce sus labores docentes en el Complejo Educativo de Talento Deportivo, Guaiqueríes de Margarita —situado en la Asunción—, donde labora hace más de 10 años con vocación y entrega por el futuro de nuestra comunidad. Pueden seguirla en su Instagram: @ElizaVDS. «Perucho Aguirre, un icono de la resistencia cultural del pueblo margariteño», por Elizabeth Duque Perucho Aguirre es un margariteño de destacada trayectoria como escritor, docente, músico, compositor y cantor. Nació el 10 de febrero en La Otra Banda —ubicado al norte de La Asunción—, Estado Nueva Esparta. Hijo de Mateo Beltrán Aguirre Guerra y Ana Matilde Fernández y nieto del también maestro y poeta Pedro Aguirre Guerra. Su niñez se vio afectada tras el fallecimiento de su padre, para ese entonces tenía tan solo 8 años de edad y no comprendía con exactitud lo que ocurría. A partir de ahí, su madre —Ana Matilde Fernández— decidió mudarse a Porlamar, a la casa materna, en busca de un mejor porvenir. Perucho se dedicaba a ayudar a su abuela —Celestina Rojas—, y lo hacía no solo con los oficios de la casa, sino también con la venta de arepas. A pesar de la manifiesta oposición de su abuela hacia su inclinación musical y poética, Aguirre desde niño se propuso aprender a componer y cantar. Así pues, con el dinero que ahorraba ayudando a su abuela, el pequeño logró reunir los 18 bolívares que costó su primera guitarra. Aprendió a tocar el instrumento, pero años más tarde adoptó el cuatro como su utensilio musical principal, debido a su facilidad para trasladarlo de un sitio a otro. Desde muy joven mostró su interés por comprender la complejidad rítmica y las formas musicales de su pueblo natal —como la jota, el polo y el galerón—, las cuales aprendió de sus mayores. Con su música quería contribuir con la preservación de las raíces históricas de su isla. Cursó sus estudios de primaria en el Grupo Escolar Estado Zulia, y la secundaria hasta cuarto año en el Liceo Dr. Francisco Antonio Risquez. Posteriormente, ingresó a la escuela Naval de Venezuela —ubicada en Catia la Mar, Estado Vargas—, allí obtuvo su título de bachiller y egresó como guardamarina. Continuó sus estudios en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, donde se graduó como profesor de Física y Matemáticas en 1969. Es creador y director del popular grupo Collar de Perlas, el cual fundó el 17 de mayo de 1970. Para ello contó con la compañía de destacados músicos, como: Tomas Díaz, Luis Maestre, Santiago Lunar, Juan Díaz, José Rivas, entre otros. Este conjunto margariteño es reconocido a nivel nacional y ostenta el potencial musical y la entereza insular guaiquerí. En ese mismo año contrajo matrimonio con Berenice del Valle Milano, también margariteña —educadora, orientadora y especialista en trabajo social—, con quien tuvo 4 hijos. Inicialmente se establecieron en Monagas, pero hoy en día residen en Margarita y actualmente tienen 54 años de casados. Su legado se extiende a nivel literario, puesto a que también se desempeñó como escritor y se dedicó a conservar vívidas las anécdotas insulares. En adelante se presentará el talento y la autenticidad inmersa en cada obra de Aguirre, quien a sus 85 años sigue componiendo con fervor y amor a su tierra. Producción musical El repertorio musical de Aguirre es muy extenso y versátil, en él se evidencia la autenticidad y talento que corre por sus venas. Su producción sonora inició con «Posiclero», la cual compuso a la edad de 14 años. Posteriormente, continuó creando piezas populares como: «Mi abuela», «El bote», «Las tetas de María Guevara», «Alma Guaiquerí», «La Asunción» y muchas más. Dentro de su amplio portafolio musical se incluyen canciones de su autoría en la voz de otros artistas y también las que canta con su grupo Collar de Perlas. Además de las ya mencionadas, entre sus melodías más destacadas están: «Mi abuela», «El piñonate», «Ay Margarita», «Juana la avanzadora», «El bagre», «Juanita la empreñada», «La lancha maldita», «El ángel de moreno», «Benjamín y su acordeón», «Las angoletas de la plaza», «El milagro de la Virgen del Valle», «Orgullo insular», «Con medio real», «Alma guaiquerí», «El guayamate» y «Luisa la heroína». La mayoría de su compilación fue producida entre 1975 y 1980, con un total de 6 álbumes. En adelante se presentan algunas de las canciones que encarnan personajes importantes en la vida del autor, así como lugares y sus historias. «El posiclero» Este tema es interpretado por Santiago Lunar, mejor conocido como Chaguito Lunar, miembro y también fundador del grupo Collar de Perlas. La letra de este sencillo personifica a aquel vendedor de helados que recorría las calles de Margarita llevando alegría a todos los niños. Parte de la canción declama: «Con su camisa sudada empujando su carrito, lleva las sabrosas tinas y el posicle de palito, langi/langi/lang, campaneando va (….)». «Mi abuela» Se trata de una canción que Aguirre compuso para su abuela Celestina Rojas, quien inicialmente se oponía a su vocación musical y poética. Perucho la ayudaba con los quehaceres diarios y a repartir las arepas que ella vendía, sin dejar de lado sus estudios. No obstante, participaba a escondidas en las parrandas y diversiones tradicionales como «El Carite». Fue Luis «Licho» Moya quien le vendió su primera guitarra y le enseñó a tocar en secreto. El mismo día de haberla comprado llegó a casa en medio de una reunión con algunos vecinos, quienes solían escuchar la novela juntos en un radio compartido. En aquel momento, sin dudar sacó su guitarra y comenzó a entonar «Margarita, tus playas soñadoras (…), pese a que su abuela le pareció que cantaba muy bonito esta no dudó en pedirle el instrumento y lo golpeó contra un haz de leña. Posteriormente, Aguirre fue castigado por 3 días seguidos. Tiempo después, Celestina finalmente aceptó su pasión por la música y la poesía y fue así como compuso en honor a ella esta pieza musical. La misma pronuncia entre sus estrofas: «Mi abuela nunca aprendió lo que es la geometría, pero una arepa en sus manos redondita le salía (…)». Esta canción se hizo muy popular y es interpretada en la voz de Gualberto Ibarreto. «Juana la avanzadora» Esta pieza musical la compuso Aguirre en honor a Juana Ramírez, quien nació en Monagas, donde el compositor pasó gran parte de su vida. Es conocida como «La avanzadora» dado a que fue militar y luchó valientemente en la guerra de la independencia de Venezuela. Por ello es considerada una heroína, su coraje y su batalla contra la opresión de los pueblos y la igualdad femenina la proclaman hoy como un personaje histórico e importante para el país. «Las Tetas de María Guevara» Esta canción gira en torno a un lugar ubicado en la Isla de Margarita que fue declarado monumento natural el 27 de febrero de 1974. Estas montañas en forma de senos son utilizadas como punto de referencia por los pescadores de la región. Con esta obra, Aguirre rinde tributo a estos cerros emblemáticos que llevan el nombre de María Guevara, una mujer de carácter fuerte y emprendedor de origen cumanés. María residía en Nueva Esparta y fue gracias a esfuerzo que Punta de Piedras prosperó. «Alma Guaiquerí» Con esta canción el compositor muestra parte de las riquezas que ostenta su tierra natal. Entre líneas expone algunas de las bondades fructíferas que habitan en la Isla de Margarita como el limón y el ají margariteño, los cuales se encuentran en Boquerón y Paraguachí. También menciona parte de la flora que se localiza en cada rincón insular como lo son la acacia, el tomillo y el guamache. El intérprete resalta las zonas de Altagracia, Manzanillo y el Piache como principales regiones donde se aprecian dichas plantas. Asimismo, se incluyen algunos de los animales que conforman la fauna neoespartana como lo son el venado, el turpial, el potoco y el tutuel. Siendo estos últimos mayormente apreciados en Macanao, El Tamoco y La Cruz del Pastel. Finalmente, en el coro se evidencia el sentimiento guaiquerí que expresa Aguirre en su melodía y expresa: «La tierra de ser así, de cantar así, de doler así, donde se alimenta y música dice el alma guaiquerí (…)». «El milagro de la Virgen del Valle» Esta singular composición describe el sentir de un margariteño al ver los cambios acelerados que produce la sociedad en su tierra natal. La llegada de extranjeros y la incorporación de comercios alrededor de la isla como obstáculo para la prosperidad de la fauna y naturalidad de la misma. Este polo margariteño es un clamor donde el cantante pide a la Virgen del Valle la redención de Margarita y la salud de los enfermos del hospital Luis Ortega de Porlamar. Parte de sus versos vocalizan: «Hoy he venido a pedirte virgencita que me salves la tierra a mi Nueva Esparta, a Paraguachoa de esta enfermedad venérea que ha hecho de mi Margarita la pena, más pena de mis penas (…)». Sin duda, una pieza que vale la pena escuchar, dado que llama a reflexionar sobre las acciones llevadas a cabo por foráneos con fines productivos que han deteriorado de alguna forma su naturaleza. Producción literaria en prosa La producción literaria en prosa de Aguirre inicia con Cuerpo Presente (1979) y finaliza con Carticas de volador (2022) con motivo de los 50 aniversario del Sol de Margarita. El repertorio de textos que el cronista escribió puede que no sea extenso, pero sí es variado y muy significativo para los margariteños. Estas creaciones son mayormente biográficas e históricas con motivo de homenajear a personajes ilustres de su isla. Cuerpo Presente (1979) Se trata de un texto biográfico que el autor escribió a la edad de 35 años mediante la crónica, la tradición y la inspiración. El contenido encarna el momento que vivió el escritor durante el velorio de su padre, cuando él apenas era un niño. Del mismo modo, se incluyen datos reveladores de su vida, así como las personas que influyeron de manera significativa en él y su futuro. Inicialmente da a conocer sus orígenes y la importancia de aquellas personas que aportaron a su formación. Tras la manifiesta incredulidad de su padre, quien le expresaba que él jamás aprendería a leer ni escribir, Aguirre no desistió hasta lograrlo. Relata que fue su madrina —la maestra Luisa— quien le enseñó «El martirio victorioso del lápiz», y Ezequiel «Cheque» Lárez —el zapatero—, los números (pág. 2). Concluyó esta primera página con la lección de que la esperanza nunca debe perderse. El cronista incluye en la obra un poema bajo el seudónimo «Guarapiche», en el cual describe al hombre como un negocio del tiempo. A través de este busca expresar cómo el tiempo tiene el poder de aniquilar la ingenuidad, los sentimientos y oportunidades si no se valora cada segundo, que debemos aprovechar la riqueza de ser niños para llegar a ser adultos felices y plenos. Una vez que logró llegar al lecho donde se encontraba su papá, la nostalgia lo envolvió y sus lágrimas comenzaron a fluir. Finalmente, el autor concluyó expresando que este es un recuerdo que lo acompañará por siempre y será imborrable en su vida. Por añadidura, el texto contiene una parte titulada «Coche, la isla del color», en la cual se incluyen las palabras pronunciadas al recibir el premio de Cuentos Vicente Fuentes, así como también el discurso que emitió tras la mención honorífica en el de Poesía Luis Castro de la Casa de la Cultura Monseñor Navarro de la Asunción. En la obra se puede apreciar cómo Aguirre describe a la Isla de Coche como un verdadero paraíso a través de las palabras: «En la Isla de Coche, el entusiasmo se reparte a domicilio con ojos, manos, fe, risa y bondad. ¡Es que en Coche, el domicilio es el corazón de su gente!»... La partida de José Pepita (1979) En cada parada se incluyen las palabras de despedida, lágrimas de sus amigos, así como los homenajes de algunos presentes. Uno de los tributos que destacó fue cuando alguien pronunció: «Hombre con querer y con saber que sembró, y que ahora cosecha, llantos y recuerdos… Maestro del chiste de color y sin color o de la anécdota de salón… El ilustre Joche la otra cara del velorio, hoy en vísperas de su propio velorio — ¿Quién ocupará su cargo esta noche?» (pág. 16). De igual forma, las palabras de Mayo León, quien expresó: «Joche, a muchas nos hiciste reír, hoy a todos nos haces llorar» (pág. 20). Carticas de volador (Compilación de artículos – 2022) Con motivo de la conmemoración de los 50 aniversarios del Sol de Margarita, su directora, la periodista Mariela Contramaestre, decidió dar un obsequio a sus seguidores. Se trata de un libro electrónico con una compilación de artículos denominados Carticas de Volador, escritos por el cronista semanalmente para la sección de opinión. Aguirre redactaba las cartas en un ciber —dado que no contaba con servicio de internet— y las enviaba vía correo electrónico desde Maturín. Tras la llegada de la pandemia del COVID-19, cerraron el ciber y no se lograron obtener más escritos del autor. Sin embargo, el periódico ya contaba con una considerable colección de apartados para deleitar a los neoespartanos con el talento y autenticidad que caracteriza a Perucho Aguirre. El diseño de esta obra estuvo a cargo de Yazmín Bravo, quien con su ingenio y profesionalismo logró expresar gráficamente el propósito de dicha publicación. Las Carticas de Volador revelan la margariteñidad que se conserva vehemente a lo largo de los años, su gente, su esencia, sus antepasados y ese sentir oriental que solo Perucho Aguirre puede transmitir a través de sus letras. Algunos de los títulos que resaltan en esta colección son: «Para Jesús Fernández, un rosario de perlas», «Humboldt: El genio más genio de la humanidad», «Hay cuerdas... ¿mías?... Las espartanas», «¡Ay, Campito, todo nos lo quitaron menos la vergüenza!», «Con el narrador Carlos Lira», «Hortensia ¡Eso de ser parrandero…!», «¡El tremendo Rómulo Quijada!», «Pedro Manuel Salima», «Para Edwar Ernández con E», «Alfonsina y el mar a Ángel Figueroa “El tumbalele”» y «Loa a tus playas soñadoras». Producción literaria en poesía Su producción poética comienza con El mar visto desde mis años (1979) y concluye con Papagayo (2000). Este primer poemario fue inaugurado en la revista hablada Frente a frente bajo la dirección de Rubén Ferrer Rosas. El diseño estuvo a cargo de Gilberto Aristimuño Palacios y Efraín Villarroel Moya, quienes supieron acoplar el estilo con el contexto inmerso en la obra. En conjunto son: El mar visto desde mis años (1979), Lastres de soledad (1991), Sucre en la décima de Perucho Aguirre (1996) y Papagayo (2000). El mar visto desde mis años (1979), poemario Este poemario fue escrito por el cronista entre enero y febrero de 1979 y se convirtió en la primera producción de la revista hablada Frente a Frente, de Maturín. El diseño estuvo a cargo de Efraín Villarroel Moya y Gilberto Aristimuño Palacios, el cual sumerge a los lectores en las azules y frescas aguas del mar margariteño. Aguirre en su epílogo anuncia lo que será su lírica, sus raíces, su musa: el inmenso mar de su isla, ese que jamás será vendido. Este texto que conjuga prosa y poesía expresa un homenaje al mar donde el escritor lo define como «El verbo que exorcizaron los juguetes en sus ojos». Su redacción es realizada a través del verso libre, donde el primero profiere: «Entraña mía / materna, tus entrañas jamás dijéronme el azul / es el mar». De esta forma comienza una correlación de verbos que precisan lo que es el mar para Aguirre, algunos de estos son: soplar, respirar, intentar, inspirar, viajar, palpitar, besar, amar (…). En medio de la poesía hace una pausa para incorporar un escrito con el título «Amigo mío», con palabras de referencia del mar hacia todos. Un extracto enuncia: «No puedes robarme la canción multicolor de la brisa (…) Eso sí, te regalo cuanto tenga en mis senos y profundidades (…)» (pág. 11). Con estas finas y reveladoras líneas el autor busca reflejar el sentir del mar, su deseo de entregarnos su azul, su profundidad, su calma y más. Sin que esto nos haga olvidar que no podemos poseerlo, el mar es libre, no está a la venta, pero podemos disfrutar siempre de sus bondades. Lastres de Soledad (1991) poemario Se trata de un poemario impreso por Gráficas Internacional en 1991, con diseño de edición a cargo de Cristina González. Este texto envuelve una dedicatoria que el autor hace a Luisa Teresa Sosa, a quien describe como: «su octava nota musical». En Lastres de Soledad, la metáfora, el fervor y las emociones a flor de piel son las protagonistas de esta tercera obra poética. A lo largo de esta composición se encuentran versos como: «La vida se nos quedará íntimamente dormida en la oscuridad de otro amanecer lloviendo en nosotros (…)». Esto alude a dos personas que se quieren, pero que no pueden estar juntas por alguna razón. Como si de una historia de amor inconclusa se tratase, narra en los siguientes versos que ese amor los ha hecho dolientes insondables de aquellos momentos que pasaban juntos, pero que ya no habían regresado. Esta obra finaliza con una invitación del autor a «vivir sin temor a nosotros mismos», a darle rienda a nuestros sentimientos y amar con intensidad. Sucre en la décima de Perucho Aguirre (1996) Una tercera obra poética bajo el título Sucre en la décima de Perucho Aguirre surge como tributo al bicentenario del natalicio de Antonio José de Sucre. La cubierta del libro exhibe la imagen de la estatua ecuestre del Gran Mariscal ubicada en el Parque de Ayacucho, Cumaná, estado Sucre. El prólogo a cargo de Ramón Ordaz habla acerca de cómo el cronista aproxima a sus congéneres a la ejemplar historia de este prócer venezolano a través de la décima. El escritor relata en sus primeros versos lo siguiente: «Yo no pretendo plasmarte con fechas, nombres y citas (…) he preferido pintarte con mis humildes cantares (…)». De esta forma comienza a recitar la lucha, coraje y la huella imborrable que Sucre ha dejado como legado. Y su preferencia por expresarlo a través de sus coplas. El cronista busca instruir a los jóvenes sobre la historia de Sucre y los motiva a usar dicho material para tal fin. Papagayo (2000) poemario Se trata de su último poemario, donde cielo y mar juegan un rol trascendental a lo largo de la obra. El texto se terminó de imprimir el 20 de julio del 2000 en los Talleres Litográficos de Impresos Omar, Caracas. Representa el primer proyecto editorial de la Casa de la Poesía Monaguense «Félix Armando Núñez», con motivo de aportar a la evolución literaria de Venezuela. El diseño de la portada e ilustraciones es de Juan Frontado, quien le añade un toque de chispa y color al libro. El epílogo anuncia parte de las claves esenciales que contiene este libro, donde señala que el autor da cuerpo a sus reflexiones de vida, amor y muerte. Este poemario está lleno de alegorías que conjugan sus recuerdos, esos donde el poeta desahoga sus sentimientos más profundos. Entre sus versos podemos encontrar distintas metamorfosis como: «Seductora diversión / horizonte sangrante/ río de juveniles ritmos / frágil barca / pájaro regresado», sirviendo este último como referencia al vuelo que emprende el autor y posible regreso a su tierra natal. En la parte final del poemario, el cronista expresa en sus versos: «Amar es lo único que nos queda / Lo único que jamás dejará de ser posible (…)», haciendo alusión a que el amor es la fuerza que mueve al mundo y es algo que nadie puede quitarnos. Con este texto de versos libres, Aguirre con sus raíces insulares, se aviva a imaginar su papagayo como una «Frágil barca» a través de la cual se pueden ver las bondades del cielo, el mar, las montañas y de toda la majestuosa naturaleza. A manera de conclusión Este cantautor, logra conjugar —con su prosa y su poesía— el amor, la nostalgia, los recuerdos y el fervor hacia su Isla de Margarita en cada producción literaria. En sus textos también rememora las vivencias, evocaciones y sentimientos que lo han marcado en la tierra que lo acogió y le manifestó total aceptación: Maturín. La composición literaria de Aguirre representa una contribución significativa para las futuras generaciones, un tesoro que debe ser preservado y difundido.
Aguirre, Perucho Fuentes electrónicas
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