6 Mar, 2025 | En las oportunidades que he narrado algunas de mis experiencias de investigación en el área cultural he recordado gratamente lo ocurrido con el cantor popular sucrense Luis Mariano Rivera y ahora he considerado la pertinencia de dejarla escrita para regocijo de todos con motivo del 23° aniversario de su muerte ocurrida el 15 de marzo de 2002 en su natal Carúpano:
A finales del año 1974 participé en Concurso de Oposición convocado por el Colegio Universitario de Carúpano y resulté ganador en la asignatura Técnicas de Estudio e Investigación y tan pronto me instalé con mi esposa Ana María y mis dos pequeños hijos –Iván Marcelino y Marianela- en una sencilla vivienda ubicada en la calle Miranda, fui a visitar a Luis Mariano Rivera en su rancho del bucólico Canchunchú Florido.
En muy poco tiempo me fui integrando al trabajo cultural extensionista universitario -venía de ejercer por cuatro años la Delegación de Extensión Cultural del Núcleo de Nueva Esparta de la Universidad de Oriente- y junto con un grupo de colegas creamos el Centro de Estudios de Historia y Ciencias Sociales José Francisco Bermúdez, bajo cuyos auspicios realizamos por varios años una destacada labor educativa en Carúpano y la región pariana.
Cuando llegó el momento de iniciarme en las tareas relacionadas con la investigación de la historia y cultura sucrense y, en circunstancias inesperadas, advertí que “el viejo Mariano” –como le decíamos- además de su dedicación a la composición musical, que era interpretada por el grupo “Canchunchú Florido”, también destinaba parte de su tiempo a la creación poética, y decidí convertirme en su amanuense -grabar, transcribir, corregir, archivar, ordenar, una y mil veces- al extremo que me hice responsable de todas las ediciones y de sus presentaciones en los más diversos escenarios. Producto de más de veinte años de trabajo constante, consecuente y compartido logramos publicar las siguientes obras: *Volveremos por esos caminos (1980). *Cantos de fragancia, amor y tierra (1991). *El universo de mi amor (1994). *Siembra de sueños (1996). *Canto a las flores, a los pájaros, a la tierra y a mi pueblo (2006), con motivo del centenario de su nacimiento. *Canto a la vida. Poesía reunida (2016).
De toda la obra que pude legar al pueblo carupanero –consistente en mi obra profesional en las áreas de la docencia, investigación y extensión universitaria, representada en una participación activa en eventos de la más variada índole; publicación de numerosos artículos y ensayos en folletos, periódicos, revistas, libros; iniciativas dirigidas a la protección y puesta en uso social del patrimonio histórico-cultural local, entre otras, la que alcanzó mayor coherencia, solidez y trascendencia fue la que dedicara a registrar, investigar, promocionar y divulgar la obra poética de Luis Mariano Rivera, ya que gracias a la perseverancia que mantuvimos por tantos años, traspasó los linderos locales y regionales, se proyectó a escala nacional y quedó, definitivamente, inscrita en la memoria de nuestro pueblo cultural, con lo cual adquirió rasgos firmes que garantizan su permanencia en el tiempo. En el cumplimiento de esta apasionante trayectoria debo también dejar escrito que en otro momento culminante decidimos exponer al público el registro fotográfico que, también por muchos años, llevaba mi esposa Ana María. De todas, seleccionamos cincuenta, la identificamos con el título de “Luis Mariano Rivera: pinceladas para trazar su imagen” y los salones de la Casa “Andrés Mata” albergaron por primera vez este rico y excepcional patrimonio gráfico- testimonial de la cultura popular carupanera.
El protagonismo desempeñado en este caso muy particular, puso en evidencia ante las ciencias sociales un ejemplo útil para demostrar el significado que puede adquirir la práctica de la investigación como soporte y fundamento del ejercicio docente cuando se asume como acto de compromiso con los valores identitarios de la comunidad, su lucha cotidiana y sus anhelos de progreso.
Nuevo Chimbote, Perú, 4 de marzo 2025.