20 Abr, 2025 | La oposición extremista de nuestro país ha aprovechado, sin escrúpulo alguno, el tema del éxodo de los venezolanos al exterior, especialmente a los EEUU, con fines estrictamente políticos. No les importa nada la situación personal, laboral, familiar de los migrantes, el tema es como instrumentalizar la situación, para colocarla al servicio de su propósito de acceder al poder político por cualquier vía.
Ahora coinciden sus intereses con los del nuevo gobierno estadounidense, y actúan en concordancia. La migración es en este momento utilizada con fines políticos, tanto por Washington como por el extremismo opositor de Venezuela.
En esta oportunidad quiero recordar que esta conducta se remonta por lo menos a 2017, momento a partir del cual, la narrativa de las principales figuras del extremismo vernáculo, coinciden en el tratamiento del asunto.
El 6 de abril de 2017, el entonces presidente de la Asamblea Nacional (AN), Julio Borges, en una rueda de prensa realizada en la sede de la Organización de Estados Americanos en Washington, afirmó: “esto no es un problema sólo de Venezuela. La crisis de Venezuela es una enfermedad contagiosa que se ha expandido a toda la región (…) Colombia tiene hoy a 500 mil venezolanos. Somos el 3 por ciento de la población de Panamá. Ha habido un éxodo hacia el Caribe, República Dominicana, al sur a Chile, Argentina (…) incluso en Brasil: el estado Roraima tiene más de 70 mil venezolanos que entran y salen, causando todo un problema social allí (…) ese problema social de las migraciones… ese problema migratorio, que ya es un problema de la región, se ve acompañado por otros problemas como crimen organizado, militarismo, paramilitarismo, tráfico de drogas, incluso el tema del terrorismo. De tal manera que Venezuela hoy es el foco de la inestabilidad y de todo lo que significa la degradación social, que puede ser una enfermedad contagiosa en toda América Latina”. Eso sigue pensando Borges de nuestros migrantes.
Siguieron pasando cosas en la política venezolana asociadas al empeño de la AN 2105, por derrocar por cualquier vía al gobierno nacional, y luego de la “autoproclamación” de Juan Guaidó, el 23 de enero 2019, el tema de la migración nuevamente figuró como uno de los más importantes en el discurso opositor para invocar la intervención extranjera y la imposición de sanciones.
El 02 de julio de ese año, María Corina Machado, afirmó en twitter: “Para nuestros vecinos, el incremento de la migración no significa sólo la demanda inmanejable de servicios básicos, sino también el riesgo de enfermedades no controladas y la infiltración de agentes del régimen en ‘movimientos sociales’, que buscan provocar desestabilización”.
Hace 6 años, como lo hace hoy, la señora Machado estigmatiza nuestros migrantes y ahora, además, apoyando el trato violatorio de sus DDHH y el traslado a cárceles de terceros países como El Salvador ¿Cómo se puede calificar esa “política”?
Pero ahí no se queda el asunto, diez días después, el 12 julio 2019, el coordinador de la Organización de Estados Americanos (OEA) para los refugiados venezolanos, David Smolansky, concentrando su discurso en el “valor” de los migrantes dijo a la Voz de América: “se trata de la segunda mayor crisis de este tipo en el mundo, solo superada por Siria, un país que lleva más de ocho años en guerra (…) mientras a un refugiado sirio se le ha otorgado unos 5.000 dólares per cápita, un venezolano solo ha recibido unos 100 dólares”. Por cierto, debería aprovechar el gobierno de preguntar a quienes hoy retornan al país, si en algún momento recibieron ese aporte ¿no les parece?
El extremismo siguió utilizando el tema como parte de estrategia política y financiera, hasta que el 13 de diciembre en una visita al congreso colombiano, el “comisionado presidencial para el Centro de Gobierno de interino de Juan Guaidó”, afirmó que, para diciembre 2021, “la crisis de migración de Venezuela se convertirá en la más profunda, en la más dramática de todo el planeta tierra, una tragedia humana de miles de historias, de millones de historias”, y solicitó, “a las Naciones Unidas, a Europa, a Norte América, a todos los países que pueda proveer ayuda humanitaria para Venezuela a través del apoyo que se pueda dar mediante las Agencias Internacionales, para que lo hagan, porque lo necesitan millones de personas que hoy están sufriendo”. ¿Qué organismo internacional puede contabilizar la cantidad de recursos recibidos por la oposición venezolana para apoyar a los migrantes? y, lo más importante, ¿cuántos fueron realmente beneficiados con algún aporte? o si definitivamente, todo se “extravió” en el camino.
El tema no es nuevo, por eso no extraña que los principales voceros del extremismo venezolano coincidan nuevamente con los intereses de EEUU para perseguir nuestros migrantes y agredir nuestro país.
Solo quise recordar que el tema no es nuevo, siempre ha sido parte de la agenda de quienes tienen más de cinco lustros conduciendo el tren opositor a un incierto destino, simplemente a la nada.