25 Abr, 2025 | El periodista Juancho Marcano observaba las informaciones en su celular y hasta hacía gestos de asombro a veces por lo que leía. " Caramba no puede ser que un alquiler de un toldo costara en esta semana santa que pasó, 100 dólares y de paso el sábado en la tarde, estaban agotados. Hay que ver que la gente tiene dinero, pues con esa cantidad cualquiera va al mercado y compras unas cosas y tiene que comer varios días", pensó el periodista.

El perro Pipo que observaba los pájaros en el jardín que buscaban como mitigar su hambre, se encontraba distraído, pero miró adonde estaba sentado Juancho y como se notaba que estaba desocupado, optó por acercarse y rápidamente lo abordó: ¿Qué lees, Juancho?

El periodista vio tranquilo a su perro y luego manifestó: "Leo, Pipo, sobre la semana santa y de verdad que los tiempos han cambiado".

- ¿En qué sentido, Juancho?

- La semana santa para nuestros antepasados, en esta Tacarigua de Margarita, fue un tiempo de recogimiento espiritual. Era una época donde las personas se preparaban antes para no trabajar y así poder asistir a los actos religiosos que se hacían en La Asunción. En ese tiempo ni se cocinaba, no se buscaba leña y de paso era prohibido ir a la playa, porque, según te volvías pez o Sirena.

- ¿Y ahora como ves la Semana Santa, Juancho?

- Muy diferente, pues antes las actividades religiosas copaban la escena. Había gente que se iba desde muy temprano a La Asunción y regresaba en la noche y además iban todos los días a los actos que representaba la pasión, vida y resurrección de Jesucristo. Pero ahora en los templos hay poca gente y en las playas, a las que nadie iba, ahora viven full y, como si fuera poco, presentan grandes espectáculos musicales, a los cuales asisten una gran cantidad de jóvenes que por lo que se deja ver nunca han asistido a una iglesia y menos conocen la vida de Jesús, el hijo de Dios.

El perro escuchó atentamente al periodista y después señaló: "Juancho, por lo que hemos hablado las cosas han cambiado y no va ser la semana santa la excepción. Sin embargo, hay que seguir viendo hacía adelante y desvanecer con la borra del lápiz del presente, las huellas o los recuerdos de un pasado que no fue triste, pero que da tristeza".

"Caramba, Pipo, poética tu explicación. Pero te pregunto: tú has escuchado esto: "Lo innecesario, aunque cueste un sólo céntimo es caro".

- Claro, amigo Juancho, y esa frase es de Séneca, dijo el perro y corrió hacia la esposa del periodista que lo llamaba.