Cacao y gran variedad de frutos se cultivan en las faldas del cerro El Copey / FOTOS ARCADIO MILLÁN
5 May, 2025 | Sembrar siempre ha despertado un gran interés en el agricultor Francisco Castillo, quien lleva 27 años cultivando en terrenos ubicados en la calle Libertad en El Copey, municipio Arismendi. Aunque su fuerte es el cultivo de ají y tomate margariteño, hace 5 años hizo una pausa con estos rubros, y decide arriesgarse y experimentar con la plantación de unas 600 matas de cacao criollo y trinitario, y otras tantas de aguacate.
“De las primeras 30 matas de cacao ya se ha recogido producción, pero no la cantidad suficiente para el mercado. Esperamos que para futuro estemos comercializando”, manifiesta Castillo, quien conoce la importancia histórica y económica que tiene este fruto para Venezuela, especialmente durante la época colonial, donde fue el principal producto de exportación.
El agricultor describe que iniciar un cultivo nuevo no es nada fácil, implica poner en práctica una serie de procesos, entre ellos, investigar y buscar asesoría para brindar el cuidado necesario a las plantas, en este caso las de cacao.
Menciona que el riego de la mata de cacao es fundamental para su crecimiento y producción, sobre todo en estas épocas de escasas lluvias en la isla de Margarita. Él se ayuda con el agua de la montaña que surte a la caja de agua y que luego le baja al pueblo, de lo contrario habría perdido su siembra, debido a que los ciclos de agua siguen siendo extensos.
Las matas de cacao están sembradas entre plantas de aguacate, cambur, coco, níspero, guayaba, pan de año, y plátano. Del otro lado de los terrenos, se cultiva yuca, auyama, y nuevamente ají margariteño, las cuales reciben el mismo cuidado y amor por parte del agricultor.
Con respecto a incentivos de parte del estado y las instituciones competentes en materia agrícola, Castillo señala que nadie se ha interesado en apoyar la producción de sus tierras, aún cuando el gobierno venezolano ha venido haciendo hincapié en impulsar la producción agrícola y garantizar la seguridad alimentaria.
“Hay quienes nos dedicamos toda la vida a cultivar y a tomarnos la siembra muy en serio, y somos los menos en ser tomados en cuenta por las instituciones y gobiernos para recibir un crédito”, sostiene.
Y si hay algo que ha aprendido durante estos 27 años de vida agrícola es que, el tenga su terreno debe valorarlo y ponerlo a producir sin esperar por otros.
ABONO DE MONTAÑAS
Para las prácticas agrícolas, Francisco Castillo utiliza abono 100% orgánico que extrae directamente desde los altos de las zonas montañosas, cerca del terreno. Se emplea sobre todo para el cultivo de ají.
Francisco Castillo combina la siembra con la cría de cerdos Pietrain americano, pollo de engorde y patos, para generar ingresos extras y poder cubrir algunos gastos que son necesarios en el terreno.