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La Unidad Educativa Nueva Cádiz arriba a sus 30 años de fundación
Todos los años tratamos de innovar para que nuestros alumnos continúen motivados por el estudio. Este año iniciaremos con educación inicial. Es una solicitud que hemos recibido de muchos representantes.
Juan Ortiz

15 May, 2025 | Celebrar treinta años de labor educativa no es solo contar calendarios, sino revivir una historia tejida con compromiso, visión pedagógica y profundo amor por una comunidad. La Unidad Educativa Nueva Cádiz, fundada el 1 de octubre de 1995, representa una de las apuestas más firmes por la formación integral en el estado Nueva Esparta bajo la sabia y comprometida dirección de la mente que la concibió, la doctora Sor Elena Salazar.

La profesora, con una sólida trayectoria docente y un claro sentido de pertenencia, salió un día de su terruño para forjarse académicamente y regresó luego para compartir lo aprendido, para materializar un sueño que ha dado frutos en múltiples generaciones de estudiantes, muchos de ellos hoy profesionales destacados.

El recorrido de la Unidad Educativa Nueva Cádiz no solo ha sido académico: ha estado marcado por la promoción de la identidad regional, la exaltación de la literatura regional, nacional e hispanoamericana, la innovación curricular y un afecto genuino por cada uno de los alumnos que han pasado por sus aulas.

En estas tres décadas, Nueva Cádiz no solo ha graduado a más de quinientos bachilleres; ha cultivado historias, anécdotas entrañables y una comunidad educativa que ha crecido con vocación y esperanza. Se trata de una institución con una trayectoria excepcional, un testimonio vivo de entrega en pro de la ínsula y su gente.

Una breve conversación con la profesora Sor Elena Salazar

Como ya es costumbre en este espacio transeúnte, me dispuse a tener una charla con la madre de la institución, para que me contara más sobre los orígenes del colegio y su gente. En adelante, lo hablado con ella.

¿Cómo describe este transitar de 30 años en el quehacer educativo neoespartano?

La Unidad Educativa se creó el 1ero de octubre de 1995. A partir de ese momento mi compromiso con Nueva Esparta fue mayor. Yo vivía en Caracas desde 1976 y en abril de 1995 me regreso a la isla para realizar las diligencias y fundar el colegio. Vengo con una experiencia docente. Había trabajado en educación media privada y en educación superior en Caracas, San Antonio de Los Altos y Los Teques.

El colegio inició con la 3era etapa de Educación Media: 1ero, 2do y 3er año, con una matrícula de 85 alumnos. Luego fuimos creciendo. Estas tres décadas para mí fueron maravillosas porque no sólo he egresado XXVII promociones de bachilleres, sino que también estuve muy cerca de la formación académica de mis hijas: Amaranta y Aromaia. La primera egresó como bachiller en el 2000 y la segunda en el 2006. De esta institución también han egresado muchos sobrinos, parientes y amigos. Durante sus 30 años hemos realizado trabajos de investigación científica, histórica y literaria. Mis alumnos han representado al colegio en eventos nacionales. He tenido la oportunidad de organizar concursos de cuentos y exaltar la literatura hispanoamericana y muy especialmente la nacional y regional. A través del Día del Libro y del Idioma hemos desarrollado proyectos pedagógicos que resaltan la identidad del estado. De ahí que estos 30 años han sido de trabajo educativo, pedagógico, histórico y literario. Hemos honrado a Nueva Cádiz, este nombre histórico que tiene un distinguido significado para la historia regional.

¿Cuántos muchachos se han graduado ya? ¿De ellos hay algunos que recuerde con especial cariño?

Sí, han egresado 566 bachilleres. Y sí, de nuevo, realmente recuerdo a muchos de ellos. Las primeras que recuerdo siempre son a mis hijas: Amaranta y Aromaia. Recuerdo con mucho afecto a “Jesús Alejandro Chuchú” López Lander y a Jesús Gómez, quienes estudiaron desde 1er grado hasta 5to año de bachillerato en este colegio. Extraño el afecto de esos niños, que ahora son unos hombrecitos. También recuerdo con mucho afecto a Alejandra Boada Maione —hija de la maestra Fernanda—, a Ismari Díaz, Leonardo Camacho Gamboa, a los hermanos Duque Gamboa, los hermanos Hernández Urbáez, los hermanos García Guerra, los hermanos Agreda Bellorín, los hermanos Guerra Oliveros, a Carlos Tomás Biondi, a Dilcia, Mayerling, Nelaidy, nuestras reinas de carnaval. Extraño mucho los estudiantes de intercambio cultural: Stella Bazie, Inga, Luckas, Anne, Mona y Tirachet Meesaiyaat.

¿Algunas anécdotas en éstas tres décadas como directora?

Tengo varias. La que más recuerdo es la de Tirachet Meesaiyaat, un estudiante tailandés que cursó 5to año por intercambio cultural. Él no sabía nada de español y las primeras palabras que sus compañeros le enseñaron fueron las groserías. Un día en clase de literatura se le salió una de ellas y yo me quedé asombrada porque esa grosería solo la podía entender un estudiante de contexto regional. El caso es que Tirachet Meesaiyaat no sólo aprendió el lenguaje escatológico sino también aprendió a querer nuestra literatura, nuestra historia y a tocar cuatro con el músico y profesor Mario Carrión.

¿Cuáles son los planes para este año en su institución en el panorama curricular?

Todos los años tratamos de innovar para que nuestros alumnos continúen motivados por el estudio. Este año iniciaremos con educación inicial. Es una solicitud que hemos recibido de muchos representantes.

De igual manera, para todos los estudiantes tendremos talleres de Robótica. También tenemos previsto reforzar el conocimiento de las lenguas extranjeras como el francés y el inglés. En este mismo tono, de acuerdo a la experiencia que hemos tenido este año escolar con la puesta en escena de muchas obras dramáticas nacionales, hemos decidido extender la participación teatral a todos los alumnos. Para el próximo año realizaremos jornadas de historia, lengua, literatura y matemática para todos los alumnos, con el único propósito de que ellos egresen con un conocimiento que supere las propuestas del pensum académico tradicional y convencional.

¿Unas palabras para sus estudiantes (egresados y actuales) y su personal docente, administrativo y ambientalista?

Voy a responder esta pregunta con una frase de Mario Vargas Llosa, el último escritor del Boom latinoamericano que nos quedaba vivo:
«Nada enriquece tanto los sentidos, la sensibilidad, los deseos humanos, como la lectura. Estoy completamente convencido de que una persona que lee, y que lee bien, disfruta muchísimo mejor de la vida, aunque también es una persona que tiene más problemas frente al mundo». Este pensamiento va especialmente para los estudiantes. Siempre les recalco que no hay que ser rico, millonario para conocer el mundo, lo puedes conocer a través de la literatura. Rómulo Gallegos describió varias partes de Venezuela. Doña Bárbara recrea los llanos venezolanos, Canaina, retrata esta ciudad homónima y así con toda su narrativa y dramaturgia; Francisco Suniaga recrea parte de Guacuco, La Asunción en La Otra Isla y En Esta Gente; Juan Ortiz describe los encantos geográficos de Punta de Piedras En La Boca de Los Caimanes y en su poesía; Enrique Bernardo Núñez describe Nueva Cádiz, La Asunción en Cubagua; Arturo Uslar Pietri, César Rengifo y otros recrearon el país de su época.

Al personal docente mi agradecimiento eterno por acompañarme en esta expedición de la pedagogía, de la educación y de la investigación, quienes desde rostros disímiles conforman y apoyan esta embarcación con rumbo fijo: preparar al profesional del futuro.

A las grandes mujeres de la administración: Leydi Brito, Birzayith Castro y Carolina Quevedo, gracias por administrar bien ese bolívar que cabalga en su degradación y a Nancy Coromoto González mi eterno agradecimiento por acompañarme y cuidar de la familia gaditana durante estas tres décadas. A Yuly Cruz Maza (+) mi cariño eterno, siempre vivirás en Nueva Cádiz.

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La U. E. Nueva Cádiz: un sinónimo de excelencia en el panorama educativo insular

Treinta años después de haber iniciado su camino con apenas 85 estudiantes, la Unidad Educativa Nueva Cádiz se erige como un faro de constancia y vocación en la educación insular. Cada docente, cada personal ambientalista, de cocina, cada aula, cada acto académico, cada jornada cultural y científica, y cada rostro que ha pasado por sus pasillos ha dejado una huella imborrable en la memoria de esta institución.

Su legado no solo se mide en promociones de egresados, sino en la profundidad del impacto que ha tenido en la formación de ciudadanos sensibles, lectores apasionados y profesionales comprometidos.

A través del amor por la literatura, la identidad regional y la innovación pedagógica, se ha tejido una comunidad que honra su historia y mira al futuro con entusiasmo. Así, Nueva Cádiz no es solo una escuela: es un proyecto de vida que sigue navegando, con rumbo firme, hacia nuevas generaciones que también encontrarán allí un lugar para aprender, crecer y soñar. Que sean muchos más años aportando ciudadanos de bien a Nueva Esparta, Venezuela y el mundo.




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