29 May, 2025 | Llegó el 25 de mayo, se realizaron las elecciones de diputados a la Asamblea Nacional (AN), gobernadores y legisladores regionales y, el gran ganador, nuevamente fue el PSUV y sus aliados del Gran Polo Patriótico (GPP).
De acuerdo con el CNE, se registró una participación del 42.63%, y el GPP obtuvo 5.024.475 votos, alcanzando sobradamente las dos terceras partes de la AN, y 23 de las 24 gobernaciones, incluyendo las de Barinas, Nueva Esparta y Zulia, hasta la fecha en manos de líderes opositores.
Si se comparan los resultados con los de las mega elecciones de 2021, cuando llegaron a 3.725.647 votos, registraron un incremento de 1.298.828 sufragios. No es poca cosa. Ahí tienen los “matemáticos electorales de oficio”, el dato para que hagan sus ejercicios y los sesudos analistas políticos abstencionistas, para que se distraigan un buen rato y le expliquen al país porque cada vez que llaman a la abstención, el gobierno gana por paliza.
Independientemente del número de participantes y del peso numérico de la abstención, el principal asunto es el resultado político, que no es otro, que un ostensible retroceso de la oposición electoral venezolana. Perdieron el 75 % de las 4 gobernaciones que ostentaban, 3 de 4.
La verdad es que el PSUV y sus aliados, hicieron bien la tarea, movilizando su voto duro y algo más el día “D”, pero también realizaron con excelencia su trabajo los promotores de la abstención, logrando que buena parte del electorado opositor se quedara en sus casas y finalmente, ayudando “alguito al régimen” que tanto proclaman adversar.
El PSUV cumplió su objetivo de colorear de rojo el mapa político electoral del país, lo cual los coloca en ventaja para las elecciones de alcaldes y concejales de este mismo año. Como lo comenté la semana pasada, “los electos el 25 de mayo serán los diputados a la Asamblea Nacional hasta 2030, y los gobernadores y legisladores regionales ejercerán sus cargos los próximos cuatro años”. Todo lo demás es pura mamarrachada especulativa.
Ahora bien, no pueden los nuevos opositores participacionistas, atribuirle toda la culpa a la intensa campaña abstencionista de María Corina Machado y sus aliados, sin examinar su propia actuación.
Algo llevan, quienes hasta este mismo año compartían asientos en la Plataforma Unitaria y, estimularon la abstención en repetidos procesos electorales. No lograron convencer al electorado de su reconversión a la lucha política electoral, pacífica y constitucional. Ni siquiera tuvieron la gallardía de reconocer públicamente sus errores y ceder espacios a una generación de relevo que los miró nuevamente hacerse de las “posiciones salidoras” a la AN.
Ahora es más fácil echarle la culpa del descalabro electoral a los abstencionistas, aun cuando la tienen y con creces, pero sin reflexionar sinceramente sobre su accionar de los últimos tiempos. Que la gente observe y sienta sincero el acto de contrición que todavía no se produce.
Además, deben también reconocer y reflexionar, así sea privadamente, sobre la notable superioridad política, organizativa y electoral, del PSUV y sus aliados, que ya entraron al sexto lustro derrotándolos consecutivamente en el campo electoral, salvo contadísimas excepciones.
Por su lado, los abstencionistas de todos los tiempos, hoy se frotan las manos porque contribuyeron a que la oposición democrática perdiera la mayoría en tres importantes regiones del país. Es imposible razonar con quienes actúan esgrimiendo que su verdad es la única que existe, que su liderazgo es incontrastable e indiscutible, que transitan por la ruta correcta. Insisten en su comportamiento errático. Para la muestra “un botón”.
Este lunes reapareció la impresentable AN-2015 con un comunicado firmado por su cabecilla, Dinorah Figuera, en el cual sostiene que: “La masiva y manifiesta abstención del pueblo venezolano frente a ese proceso fraudulento ha dejado claro ante el país y el mundo que el 28 de julio se mantiene como el día en que Venezuela habló con contundencia y eligió democráticamente al presidente Edmundo González Urrutia (…) No pasaremos la página del 28 de julio, todo lo contrario, ratificamos el mandato soberano del pueblo para que Edmundo González asuma la Presidencia”. Cumplieron con su encomienda. Continuarán cobrando indebidamente salarios en dólares, sin trabajar.
Por su parte, MCM, en un video difundido por las RRSS, ese mismo día, dijo, palabras más, palabras menos: “este 25 de mayo constituye un plebiscito contra la tiranía y la ratificación de un mandato a la Fuerza Armada Nacional, expresado el pasado 28 de julio y ratificado este día por el pueblo de Venezuela con su desobediencia, el país les exige que cumplan con su deber y sean garantes de la soberanía popular, es el momento de actuar, tienen la obligación de hacerlo, no más complicidad, es la hora de abrir el camino a la transición en orden y con seguridad”.
Ahora la línea de los abstencionistas es de vociferación insurreccional. Hasta cuando tanta majadería.