22 Dic, 2013 | Todas las culturas en todas las épocas han rendido honor a los héroes, esos hombres y mujeres que queremos imitar porque nos recuerdan el poder, la fuerza y el coraje para lograr avanzar y vencer las dificultades logrando la victoria.

El héroe cotidiano es quien elige dejar de victimizarse, culpar o lamentarse esperando a que alguien más lo salve. Es quien elige salvarse a sí mismo, asumir el protagonismo de su vida. Esta sabiduría ancestral nos acompaña y nos guía si le damos espacio.

Estoy segura de que has tenido momentos heroicos en tu vida, donde o bien te pusiste un reto o tuviste que enfrentar una situación difícil, avanzaste y lograste salir de ello con buenos resultados. ¿No te esfuerzas todos los días por ser el mejor héroe para tus hijos por amor a ellos? ¿No resuelves problemas y corres riesgos en tu trabajo? Sí, eres un héroe. ¿Qué pasaría si cada día te paras con esta claridad, esta fuerza? A pesar del miedo, escuchemos nuestro corazón y lancémonos a la aventura del llamado profundo que nos lleva a emprender caminos épicos de desarrollo interno y que son fuente de inspiración para otros.

Sé el héroe de tu vida, aprovecha las oportunidades que se te presentan para construir y dar la mejor versión de ti mismo. Conocerás tu lado oscuro y lado luminoso, descubrirás talentos, te asombrarás de lo que eres capaz. Te perderás y volverás a encontrarte más auténtico, más real. Descubrirás tu vulnerabilidad y el poder de aceptar el dolor y la responsabilidad por lo que ocurre. Ganarás la humildad necesaria para enseñar a partir de tu experiencia. Te reinventaste.

• Consultora-coach-conferencista en desarrollo gerencial y humano.