Porlamar
25 de abril de 2024





EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C






Orgullosa en la danza de la vida y por ser la madre de Gustavo Dudamel
Con humildad, Solange Ramírez de Dudamel habla de su hijo, el director de orquestas, a quien considera un amigo. A pesar de la fama de Gustavo Adolfo -como acostumbra llamarle-, asegura que en el hogar tal prestigio no les afecta como personas.
Yanet Escalona

Foto: CORTESÍA

Madre e hijo, Solange y Gustavo, en uno de sus tantos momentos familiares. / Foto: CORTESÍA

11 May, 2014 | La danza de la vida cada quien la asume conforme al destino y a lo que Dios y todos los ángeles protectores tracen en el camino. En medio de ese ir y venir de acontecimientos, Solange Coromoto Ramírez de Dudamel, en una entrevista surgida casi fortuita y canalizada por la colega Teresa Ovalles, recuerda cada minuto relacionado con la vida y trayectoria de su hijo, el prestigioso y joven director de orquesta Gustavo Dudamel.

En el rodar de la memoria se traslada incluso pocos días antes de aquél 26 de enero de 1981, cuando nació en Barquisimeto Gustavo Adolfo, como llama a su hijo, por la fuerza implícita de la unión de su primer y segundo nombre.

Delgada, bajita y barrigona, entonces perteneciente a una Coral del INCE, tuvo el "antojo" o ímpetu de ir a bailar y se lo pidió a su esposo Óscar Dudamel, miembro del Sistema de Orquestas, músico y ejecutante del trombón, quien la miró sorprendido.

Aún así, accedió a complacerle. Era viernes y acudieron al Tango Club, el cual era un conocido local nocturno de la capital larense. Solange sonríe al recordar y verse embarazada bailando la salsa, ritmo que le gusta mucho. No se imaginó que esa danza era preliminar, porque al lunes siguiente, tres días después, entraba a trabajo de parto y nació quien hoy es considerado un virtuoso de la música.

Comentó que aparte de la clásica, a la cual ha dedicado tanto estudio y perseverancia, Gustavo Dudamel es amante de la música popular, la salsa, el bolero, y hasta de las canciones de Felipe Pirela. Desde pequeño soñó con ser director de orquesta, y lo logró. A los 9 años ya informalmente dirigía un trío –él con un violín-, llamado Boccacio, junto a Manuela y Antonio Ríos.

-Prendía el equipo y al sonar la música hacía las veces de director. A los 17 años, el maestro José Antonio Abreu ya se lo había llevado a Caracas, dentro del Sistema Nacional de Orquestas.

Solange Ramírez, quien vive y labora actualmente en Caracas, afirmó que aun cuando su hijo se mantiene casi siempre de gira cumpliendo compromisos musicales fuera del país, procura tener contacto permanente con sus padres, a quienes considera principalmente sus amigos.

Humilde y franca, Solange afirmó que a pesar de la trayectoria o fama de Gustavo Adolfo, en el seno familiar eso no les ha cambiado como personas. Tienen el privilegio, eso sí, de haber podido viajar por "medio mundo" y la dicha de estar sentados en primera fila en los escenarios donde su hijo, director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, la Sinfónica de Gotemburgo y la Sinfónica Simón Bolívar, ha actuado. A la expectativa se mantiene en el alcance de su próximo anhelo: dirigir la Orquesta Filarmónica de Berlín.

En su homenaje, recopiló información, datos, fotos y material en general relacionados con su vida y trayectoria para una exposición. Lo hará inspirada en esa persona especial… ese Gustavo Adolfo, a quien además de amar, admira.

Mujer inquieta

Solange Ramírez nació el 6 de septiembre de 1960 en Pueblo Nuevo de Mene Grande, estado Zulia, donde su papá trabajaba en las petroleras. Cuando ella tenía seis años, su familia se mudó a Barquisimeto, donde transcurrió el resto de su infancia y adolescencia.

Muy joven conoció a quien sería su esposo y las circunstancias llevó a la pareja a vivir en la casa de los padres de Óscar Dudamel: Engracia Vásquez y Honorio Dudamel, con quienes compartieron desde los paseos en familia hasta la crianza del consentido Gustavo Adolfo. "Era un compartir hermoso", evocó. Solange siempre ha trabajado y se dibuja a sí misma "Inquieta y de aquí para allá". Por eso mantiene un constante aprendizaje desde los 15 años en la simple mecanografía de la época, hasta alcanzar hace cinco años el título universitario en Relaciones Públicas. Confesó que la única asignatura que aún tiene pendiente es la música, porque aun cuando ha cultivado el canto en agrupaciones corales y en el Sistema, también su anhelo es aprender a tocar piano. "Quizás cuando me jubile, cuando sea viejita", agregó entre risas.














Locales | Sucesos | Afición Deportiva | Nacionales | Internacionales | Vida de Hoy | Gente Feliz | 50° Aniversario | Opinión


Nosotros | HISTORIA | MISIÓN, VISIÓN Y VALORES