Cuando llegó el momento de iniciarme en las tareas relacionadas con la investigación de la historia y cultura sucrense y, en circunstancias inesperadas, advertí que “el viejo Mariano” –como le decíamos- además de su dedicación a la composición musical, que era interpretada por el grupo “Canchunchú Florido”, también destinaba parte de su tiempo a la creación poética