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La conciencia El tema es vital, cuando se requiere llevar adelante una revolución, por lo cual es importante crear talleres formativos en temas relacionados con la conciencia individual y colectiva y sus alcances en situaciones de cambios. Mireya Mata | mireyamatanota@gmail.com
24 Jun, 2015 | Por definición es el conocimiento que el ser humano posee sobre sí mismo, su existencia y su relación con el mundo. Pero también es el conocimiento detallado, exacto y real de algo: conciencia social, medioambiental. Pero hay un estado de conciencia, sumamente importante, que es el referido a la moral. Se trata del discernimiento del bien y del mal, lo cual incide directamente en la conciencia social. La ausencia de conocimiento, la ignorancia, la falsificación de la verdad, distorsiona la conciencia. El tema es vital, cuando se requiere llevar adelante una revolución, por lo cual es importante crear talleres formativos en temas relacionados con la conciencia individual y colectiva y sus alcances en situaciones de cambios. Sería una herramienta de trabajo para facilitar los planteamientos, los programas y evitar un desgaste de energías dispersas. No es lo mismo el fruto que puedes recoger en una comunidad plenamente consciente del objetivo propuesto, a otra desorganizada, sin disciplina de trabajo, sin objetivos claros y sin voluntades dispuestas. Tal vez a eso se refiere el presidente Maduro cuando dice que todavía no ve clara la madurez de una conciencia como para avanzar a una etapa de autosuficiencia en la masa laborar. Hay grupos dispersos y también algunos líderes que sufren del mismo mal. La madurez no es algo que se adquiera de una vez y fácilmente, se requiere trabajo, enseñanza, evaluaciones, correcciones de muchas circunstancias en el proceso productivo y de aspectos de la personalidad y del comportamiento. Conciencia individual que incida en la conciencia grupal. El presidente solo no puede hacerlo y es allí donde se requiere el concurso de todos. Para colmo, existen grupos de nacionales e internacionales que trabajan "a conciencia" para dañar a piezas claves y a algunos "tontos útiles", que leudan la masa e impiden el avance continuo del proceso. Su papel es obstaculizar, distorsionar, corromper, impedir o torpedearlo todo. Son dignos representantes de la "mala conciencia" que debemos combatir como un germen de la destrucción.
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