8 Sep, 2022 | Nunca había leído a Arnoldo Rosas, ¿para qué mentirles? Nunca se me había dado la oportunidad, hasta hace un par de días atrás y gracias a que el autor tuvo la estupenda idea de decirme que su obra "Añicos: 50 microrrelatos" estaría gratis durante un tiempo en Amazon. Sin esperar, fui y la descargué.

Arnoldo Rosas. / Foto: CORTESÍA

Lo primero que debo decir es que el título miente, yo fui en pos de pequeñas historias y hallé poesía en su expresión más pura, la que me gusta: prosa con brillantes toques de realismo mágico.

Cada poema: un mundo en sí, con sus continentes equidistantes, a un espacio simple uno del otro.

Sensación de sorpresa: a cada rato, en cada genialidad, en cada verso interrumpido con las necesarias comas, en las pausas, en la hoja en blanco para perderse y decir, con el perdón de los sensibles: "¡Qué vaina tan buena acabo de leer, coño!".

Confieso que amo la brevedad, el autor, cuando me lea, verá que no miento. Estos destellos que ha dejado Arnoldo —desde "Tras la puerta" hasta "Ausencia"— son para perderse en poco, para ahogarse, realmente, en un vaso de agua; no, perdón, en una taza de café. Ahora, no tengan en poco esto, no, porque sacar de lo minúsculo un mundo es don de pocos, sino pregúntale Stephen Hawking o a Einstein.

Y así, de explosión en explosión, uno recorre este texto y termina, sin querer, imbuido en estados ambiguos: alumbrado por supernovas, sumido en sombras filosofando las desgracias propias y ajenas; entre llanto y risa; hambre y gula; cercanía y distancias; paz y guerra, y todo cuanto podamos contraponer en este entuerto que es la vida; y es bueno leerlo todo en un diminuto espacio como el de "Añicos", para recordar un poco que se existe, que se está vivo.

100% recomendado, no dejen de leerlo.

Buenos Aires, 03/09/2022