![]() |
EL TIEMPO EN MARGARITA 28°C |
«Endecha a un alma joven»: a mi sobrino Juan Mauricio Salazar Ortiz, a un año de su lamentable fallecimiento Un año, Juan Mauricio,
y hasta ahora no había podido escribir nada precisamente por la nada en la que se queda ante un golpe así de fuerte... Juan Ortiz
![]() 4 Abr, 2025 | Escribirte un año después de tu partida derrama ríos de vida que no fue sobre esta hoja, esperanzas desechas en el aire, ruegos sin puerto, oraciones universales de una madre que pidió y pidió y aún así perdió sin remedio a su primer amor. Querer entender la existencia desde tu cama blanca entre cuatro paredes frías con una ventana mirando a un mundo que añorabas con tus entrañas sin derecho a vivirle, a descubrirle, es, cuando menos, imposible, doloroso desde esta silla a kilómetros de tu descanso. Te vi apagarte entre posts de redes y esporádicos mensajes de voz, irte sin querer, aferrado a toda fe posible, con sufrimientos indecibles cubriendo tu faz; dolía saberte así, enormemente, pero nada comparado a lo que vivió a tu lado el ser que te trajo y a quien se le quitó de un tajo parte de sí aquel día. Hace nada, Juan Mauricio, tu bullicio llenaba la sala de una casa, tu sonrisa alumbraba corazones, eras una energía apabullante que daba razón de alegría a mucha gente; hoy, sin embargo, pese a que tu sonrisa en las imágenes no miente y trae aquí un calor que no se apaga, hay una lágrima que socava los rostros sin aviso, hiel que amarga el guiso de Michelle en la cocina, recuerdo que no compagina ni termina de llenar las ausencias, porque no se acepta ni se aceptará que tu ausencia nos mire en cada espacio las mañanas. Un año, Juan Mauricio, y hasta ahora no había podido escribir nada precisamente por la nada en la que se queda ante un golpe así de fuerte... cuando a la juventud toca esta suerte no hay nadie detrás del dolor que quede en pie, todo es desdén, desorden, miles de preguntas, traspiés, y nunca llega a tenerse razón que consuele... de ningún lado viene el bálsamo verdadero. Sin embargo, pese al cuadro triste sobre la pared del alma de los que te supimos, de los tantos que aún hoy no despedimos tu alma radiante, persiste adentro un estandarte del amor que diste, entrega desinteresada que supiste brindar en todo obrar adonde quiera que llegabas; insiste tu siempre sol en cobijarnos los desalientos hasta que toquen los encuentros del sempiterno descansar. Buenos Aires, 02/04/2025.
| ||||