Las calles de Plaza el Gallo se inundan de aguas infectadas con heces fecales. / Foto: NAUMBERG VELÁSQUEZ

12 Dic, 2013 | En el sector Plaza El Gallo de San Juan, municipio Díaz, las aguas negras inundan las calles. Al llover un poco, las bocas de visita de la zona empiezan a desbordarlas.

El problema que se desató hace ocho años, según el relato de los vecinos, se ha incrementado durante los últimos días.

Los residentes de la zona comentaron que hay dos bocas de visita, que no tienen más de 100 metros de distancia y que cuando llueve se desbordan. El mayor de los problemas para los vecinos es que las aguas nauseabundas corren hacia su calle, una vía en proyecto que no cuenta con asfaltado.

Siendo caminos de tierra la superficie es irregular, por lo que el agua se empoza, dejando millones de bacterias en el lugar, permanentemente.

Los hijos de la señora Alicia Pérez, vecina del sector, ya han enfermado de dengue dos veces, del tipo viral y hemorrágico. "Los niños han tenido estas afecciones, así como contaminación con gérmenes atípicos".

Asimismo, los adultos mayores han contraído infecciones en las vías respiratorias, por estar expuestos a los olores putrefactos casi a diario.

Pérez manifestó que ya han ido a la Alcaldía de Díaz y a la Gobernación del estado Nueva Esparta a pedir ayuda para solucionar el problema, pero aunque ha sido atendida, la situación no ha sido resuelta.

Causas

Vecinos de Plaza El Gallo comentan que una de las causas por la cual las bocas de visita se desbordan con frecuencia es que la chicharronera que queda en el sector no cuenta con atrapa grasas en sus desagües.

"De las bocas de visita salen pelotas de grasa que son las que tapan el flujo de las aguas servidas y hacen que se desborden", aseveró José Gregorio Rojas, habitante del sector.

Además, las 27 residencias del sector sanjuanero no cuentan con cloacas debido a que se encuentran por debajo del nivel de la carretera nacional de San Juan.

Estas viviendas deben utilizar pozos sépticos para depositar las heces, pero los camiones que limpian estos espacios, descargan los desperdicios en la misma tubería y al final termina en las calles de Plaza el Gallo.

Los vecinos de esta comunidad solicitaron una audiencia con la Cámara Municipal de Díaz para buscar una solución al problema, pero señalaron que no hay ordenanzas para pedir a los restaurantes poseer atrapa grasas.

Los residentes ven con temor la lluvias caídas los últimos días ya que saben que la situación se repetirá. Esperan que la alcaldesa Marisel Velásquez se aboque a ayudarlos en su nuevo mandato.