Rodolfo Carreño y Ana Leguísamo son voluntarios de Doctor Yaso, una organización que lleva alegría a los niños en los hospitales. / Foto: VERÓNICA MEDINA

26 Ene, 2014 | Rodolfo Carreño descubrió la certeza con su trabajo como voluntario de "que el mundo puede ser mejor y lo sabes porque lo estás haciendo". Este margariteño estudió comunicación social en Puerto La Cruz donde descubrió en el año 2010 a "Doctor Yaso, Payasos de Hospital", una organización que se encarga de repartir sonrisas y alegría a los niños de los hospitales y a los ancianos del geriátrico.

"Uno de los requisitos que debíamos cumplir para graduarnos era hacer trabajo voluntario. Me hablaron de Dr. Yaso y quise participar. Una vez que culminé el período reglamentario me quedé como voluntario y continúe aquí en la Isla mi labor. Descubres que dar desde el corazón te da una felicidad más genuina. Creo que cada vez que vamos a hacer una visita al hospital o al geriátrico recibimos más de lo que damos. Porque te dan bendiciones, ves a las personas sonreír y sientes satisfacción".

Rodolfo organiza su tiempo entre el trabajo, la familia, amigos y su actividad como voluntario. "Si te planificas, sí se puede. En Dr. Yaso conseguí una gran familia donde cada uno es único y conectados con nuestro niño interno, que nos hace ver la vida con más alegría".

Ana Leguísamo es comunicadora social. Hace siete meses llegó a Margarita. Atrás dejó Valencia, su ciudad natal y donde se formó como doctora Yaso, payasa de hospital.

En la Isla, Ana fue acogida por la gran familia Yaso. "Viví un tiempo en Colombia, donde comencé a desarrollar trabajo voluntario y me gustó".

Ana ha tenido una vida con muchos privilegios. "Me siento agradecida y siempre he dicho que no me he puedo ir de este mundo sin dejar un granito de arena. Me motiva dar sin esperar nada a cambio, pero resulta ser todo lo contrario porque recibo muchísimo: los abrazos, las bendiciones de la gente".

En Dr. Yaso, Ana se identifica con un pensamiento que es recurrente entre los voluntarios: "yo no cambié la nariz, la nariz me cambió la vida". Piensa que el trabajo voluntario se puede hacer de muchas maneras, no necesariamente entrando en una fundación. "A veces no es necesario dar algo material, por ejemplo nosotros regalamos sonrisas".

Por el ambiente

"Nada se resuelve preocupándose del problema. Hay que ocuparse", dice José Herrera, quien el año pasado junto con Catherina Palermo germinaron la idea de "Rescata tu Isla". No se trata de una asociación o fundación. Son un grupo de personas –principalmente de ligadas al sector turismo- que se encargan de hacer cruzadas de limpieza por las playas y sectores del estado Nueva Esparta.

"Yo siempre he sido el primer chicharrón", confiesa José Herrera. Desde pequeño participaba en actividades de obras sociales.

Su historia en Margarita se escribe desde 1995, cuando lo trasladaron de una operadora turística italiana que abrió una sucursal en la Isla.

José Herrera y Catherina Palermo ayudan a recuperar el medioambiente con "Rescata tu Isla". / Foto: VERÓNICA MEDINA

Poco a poco se abrió campo en este sector económico y se vinculó a actividades gremialistas, primero en Asoctrans, una asociación que agrupaba a los transportistas turísticos del estado. Luego como director en la Cámara de Turismo del estado por ocho años, de la que también llegó a ser vicepresidente.

"Pensé que mi labor social en la Isla había culminado. Pero comencé a observar como poco a poco nuestro entorno se fue llenando de basura. Nada haces preocupándote. Y decidimos ocuparnos del asunto". Así fue como José llamó a varios de sus amigos para unir fuerzas. En junio de 2013 comenzaron a realizar las jornadas de limpieza.

"Existe una satisfacción muy grande en ver el trabajo terminado. Cómo cambia la visual de la playa. Te deja una gran satisfacción. Con cada jornada buscamos una limpieza de conciencia también".

Catherina Palermo maneja redes sociales y es una de las voluntarias e iniciadoras del movimiento "Rescata tu Isla".

Los días de semana calza tacones para ir al trabajo, desde el año pasado, los sábados en la mañana se convirtieron en un día para ir a playa a recoger basura, y concienciar a los personas con el ejemplo.

"Siempre hago fotografías del antes y después, y la verdad se siente como un fresquito al terminar y dejar el lugar limpio y ordenado. A la comunidad le beneficia ya que le dejamos limpia esa zona y todas las que hemos rescatado. Quizás no te lo agradezcan al momento pero estoy segura que la vida sí te retribuye esa contribución de corazón que uno hace".

Amor a los animales

Luisa Herta tiene 27 años y desde los 13 rescata a perros de la calle. Cree que el ejemplo de sus padres la ha motivado a ser voluntaria y crear la Fundación Fauna junto con la rescatista Alex Ilustra, en la que hacen campañas de concientización para la protección de los animales.

Luisa Herta rescata animales. Creó junto a Alex Ilustra la Fundación Fauna para crear conciencia sobre la protección animal. / Foto: VERÓNICA MEDINA

"Cuando era pequeña recogía animales, los cuidaba y luego iba de casa en casa a ver si alguien los adoptaba. Si pudiera hacer esto con los niños lo hiciera, pero es una responsabilidad mayor y hay todo un proceso legal a desarrollar".

Para Luisa participar este tipo de actividades es algo tácito. "Si puedo ayudar a resolver un problema del que nadie más se está ocupando, entonces lo hago", dice. Por eso cada cierto tiempo, esta especialista en Marketing y Ventas se dedica junto a otras proteccionistas independientes a organizar jornadas de adopción de mascotas.

"Ayudar es una cuestión de identidad. Si amas algo lo demuestras. Para ser voluntario hace falta planificar y hacer. Muchos nos quedamos solo en la idea. Hay que fijarnos metas con fechas y actuar aunque sea con pequeños pasos, porque creo que las buenas acciones son contagiosas".