Para este año, Rubén Prado tiene nuevas producciones en planes y un viaje a México donde prevé proyectar su "ópera prima". / Foto: STEPHANY OLDAN

18 Ene, 2015 | A los siete años Rubén Prado llegó a la isla de Margarita, por lo cual en esencia se siente margariteño por todos sus costados. En lo filosófico piensa que cuando al ser humano se le pregunta "de dónde es", sólo cabe una respuesta: "Soy de la tierra" y eso tiene que ver con la vida vista sin fronteras.

"Sin embargo, asumo a mi Isla como tal. Me considero margariteño. Cada vez que voy a Caracas, a pesar de haber nacido allí, no me encuentro en la metrópolis. Al regresar me atrapa este resplandor que se esconde detrás del sol de Margarita, siento esta paz que se respira, el salitre que te atrapa la piel y esa calidad humana de la gente".

"Sólo quien vive aquí lo puede sentir... es algo que me encanta, y que no siento en ningún otro lugar; algo que me roba el pensamiento, desde el destello del mar en Pampatar, hasta el hermoso paisaje de Bella Vista", expresó Prado.

Sobre la gastronomía local no tiene ninguna preferencia y come de todo un poco. "En general, la comida venezolana, comenzando por un pabellón, me encanta toda", dijo el músico y productor.

Cuando niño, la idea de hacer cine ya le revoleteaba en la cabeza y ahora, en retrospectiva, se ubica en esa época y se ve a sí mismo atraído por la parte artística. Recuerda que en su imaginario infantil inventaba películas y armaba su propio guion.
Con el reciente rodaje de su primera producción fílmica ("El tercer turno"), el tiempo y las circunstancias le han dado la razón, y el cine al igual que la música son su pasión.

"Yo estudié música, iniciándome con la guitarra, y luego seguí con batería y piano. Aprendí técnicas de vocalización, porque siendo mi mamá, Janaira Prado, una soprano, me dio lecciones", agrega y pronuncia cada palabra con el cuidado de quien arma un rompecabezas.

Mientras, prefiere proyectar imagen de joven circunspecto que se ahorra con ello muchas sonrisas.

Escuela para aprender

En ese contexto, el estudiar en la Escuela de Artes Pedro Ángel González de La Asunción terminó siendo un oasis. Siente que así como a un limón que se exprime, puede extraerle el zumo hasta para una jarra, a sus estudios allí también le sacó gran provecho porque hubo conocimiento de fotografía, escultura, pintura, dibujo, diseño gráfico, grabado y hasta orfebrería. Una buena base de formación, afirmó Prado.

En el campo de la música se introduce formalmente en 2004 junto a su hermano Ángel, guitarrista y cantautor, con quien crea Rucenhell e innovan con un género, Stoner Rock, poco escuchado en el país.

"El stoner rock o stoner metal es un subgénero del rock y del metal con gran influencia del rock psicodélico de fines de los sesenta y principios de los setenta. Está conectado tanto con el rock alternativo como con el heavy metal".

Hasta el año 2007 tocaban en sitios nocturnos y locales privados de la Isla. Cuando su hermano se casó y se mudó a Maracaibo, Rubén Prado inició en 2008 su propia agrupación: Stereografía, con la cual aún se mantiene. La integran actualmente Manuel Herrera, Jorge Rojas, Daniel Gaizka y su persona.

"La stereografía representa dos imágenes y yo traté de buscar una similitud con la temática en música".

Sonidos encajonados de la guitarra, baterías pronunciadas de modo que en la grabación suenen hasta un poco distorsionadas. ¿A quién no le gusta la intensidad entre las artes?, se pregunta, conectado con sus composiciones musicales. En 2010 grabaron un disco para el cual compuso temas, entre estos unos reflexionando sobre "las personas que no terminan de ser libres".

"Pienso que estamos en una época donde la libertad está excluida de nuestro pensamiento. Hemos sido demasiado juzgados por nosotros mismos. Tenemos que ser sin mirar a quien, y sin hacer daño. El ser humano alberga muchos miedos y temores a expresarse. Así como la obesidad es un problema hoy, también quienes no tienen dinero lo ven como algo social, e igual lo sexual".

Ante todo eso, Prado vocaliza una canción suya, "Secretos del Caribe" que dice: "Observando desde lejos mis secretos, siendo libre aunque sea un momento".

Un caraqueño bastante "ñero"

Nacimiento. Rubén Prado nació en Caracas el 21 de marzo de 1987, pero aún pequeño su mamá se mudó a Maracaibo, ciudad donde inició la primaria que luego concluiría en la isla de Margarita, región oriental donde se establecieron cuando él tenía siete años. Aquí cursó además sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas Pedro Ángel González de La Asunción, una carrera que le apasiona y que le dio herramientas para conocer el arte en todas sus manifestaciones.

Crecimiento... Observa un interesante movimiento cultural en Margarita, lugar donde rodó su película "El tercer turno", la cual vuelve a ser proyectada este martes 20 de enero, a las 7:00 p.m. en la Casa de la Cultura "Ramón Vásquez Brito" de Porlamar.
Aseguró que tanto el teatro como las manifestaciones artísticas en general tienen un crecimiento interesante en esta región. "Me interesa seguir produciendo en mi país. Rodar y hacer un buen arte", puntualiza.