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2 de mayo de 2024





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"Kika" Triunfo es una uruguaya que ama y le agradece mucho a Margarita
A pesar de los vaivenes de la vida, entre tiempo buenos y malos, junto a su esposo se mantiene activa en el trabajo. Una de las cosas que más le irrita es escuchar a ciudadanos extranjeros despotricando de este país que les abrió sus puertas.
Yanet Escalona

Foto: CARIDAD LEAL

María Cristina "Kika" Triunfo en sus labores diarias. / Foto: CARIDAD LEAL

15 Feb, 2015 | Cuando "Kika" Triunfo y su esposo Walter Prieto conocieron la región insular quedaron encantados. Era una Margarita floreciente en tiempos del dólar a 4,30, con el auge del puerto libre y un Juan Griego que tenía fama de vender mucho más barato. En una camioneta convertida en "trailer" vendían empanadas uruguayas, las cuales salían como pan caliente en la calle La Marina de Juan Griego. Varios años después se establecieron en un local frente a la plaza Bolívar de la capital del municipio Marcano, donde aún mantienen su lunchería. Han estado allí, firmes. Comiéndose las verdes y las maduras con el norte siempre de trabajar.

En ese local elabora sus panecillos caseros, y los vende con queso o jamón, según los pida el cliente. También son famosos sus tostoncitos "mejores que los empaquetados", comenta una clienta, al sumarse espontánea.

Más allá del largo pasillo de acceso a la lunchería se cuelan las historias y ese departir permite que entre un cliente y otro "Kika" relate episodios de vida, para sorprenderse al final con sobrada modestia al ser objeto de una entrevista.

Cupido y la boda

"Kika" Triunfo conoció a Walter Prieto en un barrio uruguayo llamado Jardín de la Teja, cercano a la petrolera. Ella tenía 14 años y visitaba a una tía cuando quedó flechada por aquel apuesto joven, de 18 años. Comenzó el noviazgo que perduró cuatro años, período en el cual comenzó a armar su apronter o ajuar, para la futura boda. En la época, la mujer armaba con suficiente tiempo su ajuar, en compendio de ropa y muebles, para llevar a su nuevo hogar, ya casada.

La celebración fue en un club, y la luna de miel en Piriápolis, a una hora de Montevideo, y en donde es muy famosa la Capilla de San Antonio, justo donde las solteras piden al santo encontrarle un novio, pero "Kika" más bien le agradeció el ya tener el suyo asegurado. Walter, siempre laborioso, desde joven trabajó la zapatería y elaboración de suecos. Luego ingresó a la Compañía Petrolera Estatal de Uruguay, Ancap, en donde laboró 12 años. Todo iba bien hasta que empezó la dictadura en el país, y por sus ideas de libertad Walter fue perseguido y llevado al cuartel. Días de angustia porque no se sabía el lugar exacto de su detención. Cuando logran ubicarlo y lo sueltan, pensaron en la familia y los riesgos de ser uno más de la larga lista de los desaparecidos o torturados. Hubo la decisión de emigrar.

Walter Prieto se vino primero y logra llegar a Venezuela. Al año se desplazan "Kika" y sus hijos y en Venezuela se le abrieron las puertas. En Caracas se encargaron de una conserjería y después un amigo que trabajaba en La Salle de Punta de Piedras les habló de Margarita, y les invitó a venir. Fue cuando se mudaron a la isla e inician con sus empanadas y luego lunchería, hasta la actualidad. "Kika" dice que así como le gusta la arepa, el café o la hallaca local, en estas décadas a lo que no renuncia es al mate uruguayo. Esos sorbos, cada mañana, son su conexión vital…saben a Uruguay.

Y parafrasea al poeta Facundo Cabral "no soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad, ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad".

Perfil de la entrevistada

***María Cristina "Kika" Triunfo de Prieto nace en Montevideo, Uruguay, el 7 de julio de 1943, hija de María Luz Triunfo. Está casada con Walter Prieto, junto a quien regenta en Juan Griego, municipio Marcano la Lunchería GG, ubicada frente a la plaza Bolívar de esta ciudad crepuscular. En el sitio trabajan con el horneado de panes, y además su hija en la parte artesanal de cerámica. Desde este espacio han sido testigos del crecimiento insular, en una región que desde el principio les cautivó.

***"Amo a Venezuela; adoro a Margarita, y sobre todo el calor de su gente y de su clima. No entiendo a quienes hablan mal de un país que te ha abierto las puertas. Eso me molesta mucho, y cuando escucho a algún extranjero residente hablar de ese modo, al despotricar, le digo 'si tanto te quejas, ¿por qué no te regresas a tu país de origen?' A Venezuela le he sido fiel. Soy buena ciudadana, trabajo cada día, pago mis impuestos y no he sacado un céntimo que no sea del sudor de mi frente", dice en la entrevista.




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