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Volver al legado
Por lo pronto todos hablan de defender y seguir el legado de Chávez. Los canales del Estado nos lo recuerdan a cada momento. No hay alto funcionario que no diga estar comprometido con el legado; además de insistir que son hijos de Chávez.
Pedro Salima | psalima36@gmail.com

26 Jun, 2015 | El venidero domingo son las elecciones internas del PSUV para elegir a los candidatos por circuitos a la Asamblea Nacional. Iré a votar, salvo que se presente un imprevisto en lo personal. Espero que no sea así. Entiendo que las y los aspirantes están comprometidos con el legado de Chávez. Iré a votar, entonces, por la vigencia de este legado. Sin reformas ni revisiones. Dogmáticamente. Ojalá la militancia del PSUV obvie el domingo cualquier lógica calentera con el gobierno y vote masivamente. Es mucho mejor seguir en esta cola a la espera de comprar "lo que sea" y no ver los estantes llenos con los bolsillos vacíos. Algún día los camaradas responsables de la economía podrán hacer algo. No olvidemos que desde carajitos, gracias al tema de Dios, nos enseñan a mantener la fe.

Por lo pronto todos hablan de defender y seguir el legado de Chávez. Los canales del Estado nos lo recuerdan a cada momento. No hay alto funcionario que no diga estar comprometido con el legado; además de insistir que son hijos de Chávez. Es normal escucharlos afirmar que ante cualquier situación se preguntan "¿cómo lo haría Chávez?". Y, bueno, uno no deja de recordar los difíciles días de la Plaza de Altamira: varios militares alzados, violencia, llamados a desconocer al gobierno. Chávez dejó que se desgastarán hasta que se fueron con el rabo entre las piernas. Nadie quedó encarcelado por aquellos actos. Tampoco el paro nos dejo presos. Ni siquiera hubo anuncio del fin del mismo, pero no hubo presos. Chávez, a pesar de ser duro con el discurso, llegó a conversar con políticos como Felipe González. Por eso no perdió prestigio, ni el gobierno dio un paso atrás. Nos habló mucho de la tolerancia.

A fin de cuentas, lo importante es mantener el legado de Chávez. Cientos de personas pueden soportar ocho horas de cola frente a un Pdval. De pie, unas tantas horas bajo sol, otras tantas bajo lluvia. Unidos por el legado de Chávez. Por cierto, insultados por unos funcionarios también fieles al legado. Muchas veces, la ñapa es que no hay ni carne ni pollo. La cola es solo para arroz, pasta y harina de maíz. Esta es una de las partes de la guerra económica que no entendemos. Ni siquiera en el legado aparece una explicación. A veces pareciera que organismos y funcionarios del gobierno están sumados a la tan mentada guerra. Parece una ladilla repetir en los Palabreos lo injustificable de las fallas en la azúcar, la sal y el café; pero debo hacerlo. Nadie explica por qué hay fallas en estos rubros, controlados en su mayor parte por el Estado. ¿Será que cambiaron el legado de Chávez?

Desde la oposición nos muestran estadísticas de la ausencia de muchas medicinas, del cierre de módulos de Barrio Adentro, de los aparatos dañados en los CDI, de los sueldos de los médicos en los hospitales y demás centros públicos. Dentro del gobierno nada nos dicen. ¿Será que así se cuida el legado de Chávez?

En oportunidades nos quieren complicar el contenido del legado de Chávez. Uno revisa y el mismo gira alrededor de un punto: el bienestar social del pueblo. El bien común, pues.




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